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Corrida bancaria en China
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Kike Vázquez

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Corrida bancaria en China

Suele asociarse una corrida bancaria al comienzo de una crisis, como si el acto de retirar el dinero de las sucursales bancarias fuese el desencadenante de

Suele asociarse una corrida bancaria al comienzo de una crisis, como si el acto de retirar el dinero de las sucursales bancarias fuese el desencadenante de la caída. Pero rara vez esto es así. En general las corridas bancarias no suceden espontáneamente sino que son síntomas de algo mayor, cuando algo así ocurre no es el dinero quien se va, es la confianza y, en este sistema, si pierdes la confianza lo pierdes todo. Es por ello que lo que estamos viendo en China ahora mismo no se limita a una entidad bancaria, es la propia economía quien está en el punto de mira.

Pongámonos en antecedentes porque, al contrario de lo que se ha publicado en muchos medios, el problema no se limita a lo ocurrido la semana pasada en un pequeño banco de la provincia de Jiangsu al norte de Shanghai. En realidad existen dos hipótesis bastante plausibles que puede explicar lo que pasó: una de ellas es que en enero tres cooperativas de crédito locales cerraron sus puertas haciendo perder unos 80 millones de yuanes a sus partícipes, salvando su dinero solo los primeros que llegaron para retirarlo.

Si no se le ha dado importancia a esto es porque, al contrario que los bancos chinos tradicionales o las cooperativas de crédito del mundo occidental, en China algunas de estas sociedades no están consideradas entidades financieras (*). Ni pueden recibir depósitos del público, ni cumplen la regulación bancaria, ni pueden acceder a ningún tipo de liquidez del PBoC, por lo que su función teórica se limita a intermediar entre pequeños fondos privados del sector primario y pequeños proyectos. Por tanto, si hay problemas, no se le da mayor importancia por tratarse de algo ajeno al mundo financiero y con contrapartes privadas... pero la tiene.

Las cooperativas de crédito chinas, reguladas y no reguladas, se han convertido en un instrumento que ya supone un 10% del total de los activos del sistema financiero tradicional. Sin embargo gran parte de este crecimiento no se debe a sus actividades habituales, sino que en muchos casos se han convertido en vehículos para financiar al sector inmobiliario o los proyectos de los gobiernos locales de turno. Ahora que la burbuja china parece empezar a pincharse, estas sociedades están sufriendo la peor parte: deben soportar el aumento de la morosidad del sector inmobiliario, los retrasos de las autoridades locales en cumplir con sus compromisos, y por la contra no cuentan con la "aprobación" de las autoridades de Pekín.

Como segunda hipótesis tenemos a las sociedades de garantía. Y es que, en China, los principales bancos del país prefieren orientarse a las empresas públicas en lugar de prestar a las pymes, lo que deja a las pequeñas empresas en una difícil situación para obtener crédito. ¿Solución? Agruparse varias sociedades que se avalan unas a otras, o bien crear sociedades que se dediquen a avalar. Se dice que el Sheyang Bank, víctima de la corrida bancaria, está siendo notoriamente afectado por la quiebra de numerosas sociedades de este tipo no habiendo evaluado correctamente el riesgo de las garantías cruzadas.

Si las cadenas se rompen por la parte más débil, entonces en China debemos prestar atención a sus cooperativas de crédito locales y a sus sociedades de garantía porque, a diferencia de los trust u otros elementos del “shadow banking”, no tienen nexos con el gobierno central. Por la contra algunas de ellas han cometido fraudes, estando huidos algunos empleados de las mismas, y son un objetivo para “ejemplarizar” en la nueva campaña de reformas que se está impulsando desde Pekín.

Con estos antecedentes se entiende mucho mejor por qué el lunes, cuando empezó a expandirse el rumor de que un cliente fue incapaz de retirar 200 mil yuanes de su cuenta en el banco Jiangsu Sheyang Rural Commercial Bank, cientos de personas se agolpasen en la entidad para retirar su dinero. Nadie sabe si el rumor es cierto o no pero, a pesar de que las autoridades lo negaron, a pesar de que algunas sucursales del banco estuvieron abiertas 24 horas para que todo el mundo retirase todo el dinero que desease, y a pesar de que se colocaron bien visibles sacos de billetes en los mostradores como símbolo de liquidez, la corrida bancaria alcanzó también al Rural Commercial Bank of Huanghai.

Fueron necesarios tres días de nerviosismo para que las colas menguasen y la corrida bancaria diese a su fin. Tuvo que intervenir la China Banking Association, el gobierno local, e incluso se dice que en sucursales locales del CCB, uno de los cuatro grandes bancos de China, se defendía al Sheyang Bank con un cartel electrónico afirmando que era una entidad legal y regulada. Sin embargo el problema real no son ni las cooperativas, ni las sociedades de garantías, ni siquiera el Sheyang Bank o el Bank of Huanghai… el problema real de lo que estamos viendo es que las garantías implícitas de las que gozaba el sistema financiero por parte de las autoridades se acaban de desvanecer con el “default” de Chaori.

Y es que como comentaba en un artículo del pasado enero ( China y el dominó del riesgo moral” 20-01-2014 Las perlas de Kike) se produce un efecto en cadena cuando las garantías que sustentan el riesgo moral se terminan, que es lo que está pasando. De hecho según el South China Morning Post, que cita una fuente del CBRC, este no sería un caso aislado y habrían existido más corridas bancarias en otros lugares, algo que de ser cierto mostraría el nerviosismo existente.

Hasta el momento el gobierno central prometía ser omnipotente y omnipresente garantizándolo todo, sean depósitos bancarios, trust o bonos locales, una garantía implícita que ha funcionado hasta que los problemas han aparecido de la mano de la empresa Chaori. ¿Una vez incumplida la promesa dónde está el límite? ¿Por qué los depositantes van a creer que sus ahorros están seguros si en teoría la empresa Chaori también lo era? El ICBC ya ha tomado medidas para restringir la distribución de “trust”evitando con ellocompensar las pérdidas que puedan surgir, como ya ha ocurrido en varia ocasiones.

Esto es una muestra de que China necesita urgentes reformas, y no más estímulos insostenibles que solo hacen el hoyo más hondo, como se rumorea tras los malos datos de principios de año. Es probable que pronto veamos una ley que garantice de alguna forma los depósitos bancarios, lo que seguramente sea un paso adelante, pero también lo fácil. Lo difícil, pero también lo necesario, es transformar la economía, las SOEs (empresas públicas) o desligar el crédito de los proyectos políticos. En caso contrario la confianza seguirá menguando, y una vez pierdes la confianza… Sí, lo pierdes todo.

(*) Hay una gran variedad de supuestos, para más detalles recomiendo leer el siguiente informe o este artículo. En el caso que nos ocupa se trata de un programa piloto que creó en Yancheng, perteneciente a la provincia de Jiangsu.

Suele asociarse una corrida bancaria al comienzo de una crisis, como si el acto de retirar el dinero de las sucursales bancarias fuese el desencadenante de la caída. Pero rara vez esto es así. En general las corridas bancarias no suceden espontáneamente sino que son síntomas de algo mayor, cuando algo así ocurre no es el dinero quien se va, es la confianza y, en este sistema, si pierdes la confianza lo pierdes todo. Es por ello que lo que estamos viendo en China ahora mismo no se limita a una entidad bancaria, es la propia economía quien está en el punto de mira.

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