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La revolución de la energía solar está en marcha
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Kike Vázquez

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La revolución de la energía solar está en marcha

¿Puede la energía solar ser la energía del futuro? No solo puede sino que según los últimos datos que se conocen del sector estamos ante una

Uno de los mayores miedos de la humanidad es, y siempre ha sido, la carestía de recursos. Tememos no producir suficientes alimentos para una creciente población, tememos que algún recurso natural imprescindible se termine y, especialmente, tememos que el declive de la energía fósil ponga fin a la mayor etapa de crecimiento que la raza humana nunca haya visto.

Hasta el día de hoy siempre hemos conseguido reinventarnos pero, ¿estaremos próximos a un punto en el que hipótesis derivadas de Malthus a nivel energético se impongan? No pocas voces afirman que la presente crisis no es financiera, sino fruto de los precios alcanzados por el barril de petróleo. Quizá nuestra economía sea lo que es simplemente gracias al oro “negro”, y acabado éste, acabado el desarrollo. ¿Debemos preocuparnos?

A tenor de los últimos datos procedentes de la industria fotovoltaica, la respuesta es un no rotundo. La energía solar está abaratando sus costes y mejorando su eficiencia de tal manera que, según Deutsche Bank, ya es competitiva en varias zonas a lo largo del mundo sin ningún tipo de subsidios: California, Chile, Australia, Turquía, Israel, Alemania, Japón, Italia, España y Grecia para residencial, y México y China para industrial.

O dicho con otras palabras, en España la energía es tan cara y tenemos unos terrenos con condiciones tan óptimas para instalar huertas solares que, a día de hoy, el precio proveniente de la energía fotovoltaica es inferior al pagado de media en la red, lo conocido como “paridad de red” o “grid parity”. Algo que ocurre en multitud de regiones a lo largo del globo, como ya hemos mencionado, y que será cada día algo más habitual teniendo en cuenta la increíble mejora en la eficiencia solar y el continuo aumento del costo de la energía tradicional.

No solo eso. La energía solar puede hoy en día mirar de tú a tú no solo al coste medio de las energías sino a algunas de las más competitivas, como son el petróleo o el gas natural. Según Michael Parker y Flora Chang de AllianceBernstein en la actualidad la energía solar rivalizaría, en condiciones óptimas, con el petróleo o el gas natural asiático (evaluado en $/MMBTU), algo que puede verse reflejado en la siguiente gráfica que titulan “Welcome to the Terrordome”. Como suele decirse… una imagen vale más que mil palabras. ¡Asombroso!

placeholder Energía solar

Existen notables mejoras en eficiencia, por ejemplo con un sobresaliente 44,7% en conversión a electricidad sobre el total de energía recibida (récord por otra parte que se supera cada poco tiempo); en almacenamiento, puesto que las baterías también están incrementando su capacidad y rendimiento, algo en lo que la empresa automovilística Tesla puede tener mucho que decir, por lo que pronto puede ser factible que los hogares simplemente se “desenchufen” de la red general y dependan de sí mismos gracias a dicho almacenamiento; y también en nuevas instalaciones con almacenamiento térmico, como Andasol en Andalucía construido por ACS, que consiguen entregar a la red la energía necesaria independientemente del sol existente en ese momento.

No es de extrañar que a nivel mundial se esté produciendo una “locura colectiva”. China es de sobra conocida por sus “agresivas” políticas de ayudas a empresas de paneles solares, en Estados Unidosestamos ante la última moda, especialmente en Nueva York, e incluso en países que a priori deberían preocuparse tan poco por las energías renovables, como son los países productores de petróleo, están embarcados en proyectos de gran calado, pretendiendo Arabia Saudí instalar 41 GW hasta 2032.

En Alemania, líder hasta el momento en el sector (32,6 GW en 2012) seguida por Italia (16,2 GW), empresas como RWE o EON, tras años criticando la ayuda gubernamental a las fuentesalternativas, se están empezando a interesar por nuevos proyectos solares debido a los menores costes, un 58% menos el último año según Bloomberg. De hecho RWE es una de las empresas que participa en Andasol, evaluando en la actualidad oportunidades en nuestro país, en Italia o Marruecos.

La energía solar no solo parece una buena alternativa, sino que a medida que los años pasen, puede convertirse en nuestra principal fuente de abastecimiento. Algo que parecía inviable hace años es hoy posible gracias a unas economías de escala de vértigo, notándose recientemente en varias compañías cotizadas en bolsa (ojo porque son muy volátiles) multiplicandoPlug Powersu precio por 40 en el último año. Si bien, quizá la derivada más interesante de todo este asunto no sea el debate “malthusiano”, sino el geoestratégico.

Como comenta en uno de sus últimos artículos Ambrose Evans-Pritchard de consolidarse este cambio, se producirá un vuelvo absoluto en el reparto de poder a nivel mundial, y es que naciones que dependen de los ingresos del petróleo para su funcionamiento, como es el caso de Rusia, Venezuela o Arabia Saudi, verán su principal fuente de ingresos esfumarse. La independencia energética, si bien no sería total, sería la más grande vista por nuestros ojos tanto en occidente, como en naciones que hoy por hoy no cuentan con los recursos necesarios para su correcto abastecimiento.

Algo similar puede ocurrir con los hogares y empresas, y es que si hasta ahora la red eléctrica funciona como un monopolio, pronto podría romperse dicha dependencia. Como ya hemos comentado, con las nuevas formas de almacenamiento y la mejora en costes de la energía solar, se dará la posibilidad de “autoabastecerse”, lo que replica la revolución que se producirá a nivel global geopolítico, de forma local. ¿Está preparado el sistema para ello? En España parece que no, viendo el decreto preparado por el Gobierno para penalizar el autoconsumo. En cualquier caso parece que de nuevo el hombre volverá a vencer la carestía de recursos, aunque sin duda Malthus volverá, y es que... siempre lo hace.

Uno de los mayores miedos de la humanidad es, y siempre ha sido, la carestía de recursos. Tememos no producir suficientes alimentos para una creciente población, tememos que algún recurso natural imprescindible se termine y, especialmente, tememos que el declive de la energía fósil ponga fin a la mayor etapa de crecimiento que la raza humana nunca haya visto.