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¿Quién falló, el BdE o el BCE?
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Kike Vázquez

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¿Quién falló, el BdE o el BCE?

Hay cambio de ciclo, o al menos eso creen las autoridades europeas. Se nota porque, si antes el debate era qué medidas tomar para salir de

Hay cambio de ciclo, o al menos eso creen las autoridades europeas. Se nota porque, si antes el debate era qué medidas tomar para salir de la crisis, ahora lo que se pretende es encontrar culpables. O lo que es lo mismo, lo que preocupa ahora mismo es escribir los libros de historia del futuro, crear una versión sobre lo sucedido para que las generaciones venideras no tengan problemas interpretando una crisis tan compleja. De ahí que la disputa dialéctica entre Durao Barroso y el Banco de España tenga mucha más trascendencia de lo que a priori pueda parecer, lo que está en juego es quién será recordado como el principal culpable de la crisis actual.

Los antecedentes, como sabrán, se remontan al pasado lunes, día en el que Barroso, presidente de la Comisión Europea, lanzó uno de los ataques más duros que se recuerdan al papel ejercido por el Banco de España en los últimos años. Pronunció frases como "El Banco de España no era uno de los mejores bancos centrales del mundo, es que era el mejor, decía siempre está todo perfecto" o "¿De quién es la culpa de la crisis en España? ¿De Merkel? ¿De Bruselas? ¿Del FMI? La UE no creó la burbuja financiera, la responsabilidad es de quién tenía la competencia de supervisión".

Barroso ataca frontalmente todas las teorías que culpan de una forma u otra a Europa como responsable de lo sucedido, minimizando o situando en un segundo lugar su responsabilidad, para poner en el punto de mira como principal causante al Banco de España. Parece dar a entender que la política monetaria o la mejorable estructura con la que se creó el euro no son motivos suficientes para generar una crisis y que, contrariamente, lo que determina el auge de una burbuja es el incorrecto control supervisor realizado sobre las entidades financieras.

Vamos a retorcer un poco el argumento porque, si esto es así, querría decir que para los que están en la cima del organigrama de la Unión Europea no es tan importante que un banco central conceda una excesiva liquidez o baje demasiado los tipos de interés como controlar que las entidades financieras, intermediarias no solo entre ahorradores y prestatarios sino también entre economía monetaria y real, vigilen a quien conceden crédito. Esto es, según esta teoría un banco central puede volverse loco que, si los bancos comerciales no prestan el dinero a quien no deben, no habrá burbuja. Una teoría interesante pero, ¿encaja con el caso español?

En primer lugar hay que señalar que, desgraciadamente, la respuesta no es crucial para responder a la pregunta que encabeza este artículo, y es que son los vencedores quienes determinan la visión imperante y por tanto ya sabemos, independientemente del debate que se produzca, quien será recordado como culpable de la crisis actual. Lo objetivo el día de mañana será que el Banco de España perdió la mayor parte de sus competencias de supervisión y regulación en favor del Banco Central Europeo, a nadie le importará si dicho paso fue voluntario por apoyar la visión de una Eurozona unida, o si por la contra fue un castigo por hacerlo mal. Además el debate sobre si importan más los factores internos o externos en la generación de una crisis es realmente complejo, ¿mejor tener a mano una interpretación sencilla, no?

Sin embargo, entender correctamente la generación de la presente burbuja es determinante para nuestro futuro como país: solo los países que aprenden de los errores prosperan. Partiendo de ahí he de decir que el Banco de España tendrá difícil su exculpación, no solo por lo ya mencionado sino porque, a pesar de aciertos como la provisión anticíclica, es difícil de entender que el supervisor de un sistema financiero quebrado dijese siempre que “está todo perfecto”. Podría decir que no podía hacer más, o podría decir que los riesgos existían pero no eran sistémicos como finalmente resultaron, podrían decir muchas cosas salvo decir que algo quebrado está “perfecto”. Eso es miopía o cerrar los ojos, cada cual que escoja lo que crea conveniente.

Ahora bien, siendo el Banco de España parcialmente culpable, sufriendo nuestra economía problemas internos que la hacían más vulnerable a cualquier tipo de shock, también considero preocupante que desde el núcleo de la Eurozona no se haga la más mínima autocrítica. Y es que es un hecho que la Eurozona no fue creada como una zona monetaria óptima, algo que siendo un inconveniente puede resultar positivo a largo plazo si las ventajas de la unión superan a las desventajas de la política monetaria, pero que provoca que exista un precio a pagar por la creación de esa área monetaria. ¿Quién pagó? Es obvio, y no es solo una impresión, son datos.

La gráfica procede de un estudio de la Reserva Federal, pero es indiferente cual escojan. Cualquier estudio que analice qué política monetaria correspondería a la Europa ‘core’ y cual a la Europa ‘periférica’ concluirá que la política monetaria llevada a cabo por el Banco Central Europeo en los años previos a la crisis fue muy laxa para nosotros y relativamente aceptable para el núcleo. Asimismo, en la actualidad sufrimos una política monetaria excesivamente dura para lo que necesitaríamos mientras para la Europa ‘core’ es laxa, pero nada comparable a lo que nosotros vivimos (a pesar de ello no dejan de preocuparse por una potencial burbuja). ¿Quién pagó la creación de un área monetaria no óptima? Es obvio, la periferia.

Esto no quiere decir que en términos netos no podamos salir ganando, puesto que de no estar en el euro se habría aplicado una fuerte devaluación que nos haría más pobres sin saberlo, no tendríamos un gran mercado interno para vender como en la actualidad, ni tampoco aprenderíamos tantas cosas positivas que estamos adquiriendo de la Europa central. Pero regalar nadie nos ha regalado nada.

Contrariamente a lo que dice Barroso, las políticas monetarias no apropiadas sí son perjudiciales y sí crean burbujas, porque la asunción de riesgo está en nuestro ADN, porque independientemente de lo que haga un supervisor o un gobierno o los bancos, al final el dinero fácil se transmite a la economía real de una forma u otra. ¿Quién será recordado como el principal culpable de la crisis actual? Probablemente el Banco de España. ¿Quién falló? Probablemente tanto España como Europa. ¿Quién lo diría con tanta autocrítica que se escucha, verdad?

Hay cambio de ciclo, o al menos eso creen las autoridades europeas. Se nota porque, si antes el debate era qué medidas tomar para salir de la crisis, ahora lo que se pretende es encontrar culpables. O lo que es lo mismo, lo que preocupa ahora mismo es escribir los libros de historia del futuro, crear una versión sobre lo sucedido para que las generaciones venideras no tengan problemas interpretando una crisis tan compleja. De ahí que la disputa dialéctica entre Durao Barroso y el Banco de España tenga mucha más trascendencia de lo que a priori pueda parecer, lo que está en juego es quién será recordado como el principal culpable de la crisis actual.