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Los bancos se preparan para el declive de las comisiones
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Kike Vázquez

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Los bancos se preparan para el declive de las comisiones

Probablemente si hiciésemos una encuesta sobre el motivo por el cual los lectores de El Confidencial cambiaron por última vez de entidad financiera, obtendríamos una respuesta

Probablemente si hiciésemos una encuesta sobre el motivo por el cual los lectores de El Confidencial cambiaron por última vez de entidad financiera, obtendríamos una respuesta unánime para el primer puesto: las comisiones bancarias. O al menos eso sería lo esperable atendiendo a los estudios que se han hecho al respecto entre la población general. Y es que las comisiones bancarias nos causan estrés, nos cabrean y aun encima no paran de subir continuamente... ¡solo con mencionar su nombre ya se nos pone mala cara! Pues bien, déjenme decirles que es muy probable que en los próximos años esto cambie: las comisiones bancarias van a transformarse.

¿Por qué? Bien, para empezar no estamos ante nada nuevo. Así como en los años 80 y 90 las comisiones se pusieron de moda haciéndose omnipresentes, en los últimos tiempos vemos como existen nuevas propuestas en donde la ausencia de comisiones es el reclamo. Y no pensemos solo en bancos que hacen de esto su modelo de negocio (¿ING?), sino también en aquellas entidades que tienen al menos una oferta para librarse de los cargos tradicionales, bien sea a través de la “cuenta ABC” o de su banca online. Es decir, todas, porque... ¿quién se atreve a perder a un cliente rentable por unos euros?

A pesar de esta nueva tendencia, es cierto que la población no percibe un verdadero punto de inflexión y, hoy por hoy, el coste medio de nuestras queridas amigas las comisiones sigue aumentando según los datos que nos facilita el Banco de España. ¿Estaremos predestinados a seguir pagando? Pues seguramente sí, pero no tanto como ahora. O eso parece intuirse de los últimos datos que nos llegan desde EEUU, puesto que la Federal Deposit Insurance Corp ha publicado un informe donde muestra que desde 2009 los ingresos por comisiones no han parado de descender. No solo han caído en valores absolutos desde 41 mil millones en 2009 a 32 mil millones de dólares en 2013, también en términos relativos.

Los argumentos que justifican tal situación al otro lado del Atlántico son varios, y a fenómenos ya comentados como la infidelidad de los clientes o a la nueva competencia se une otro factor relevante: la regulación. Quizá para compensar los favores realizados a los 'too big to fail' se está endureciendo la normativa, no solo con unos mayores requisitos de capital, también haciendo más difícil el cobro de comisiones. Si extrapolamos a nuestro país veremos que los síntomas son exactamente los mismos, y que recientemente también se han aprobado diversas normativas que van por el mismo camino.

No son las únicas similitudes entre EEUU y nuestro país. Al otro lado del Atlántico a estrategias tan conocidas como el aumento de la vinculación se unen otras como son el sustituir comisiones tradicionales por nuevas comisiones ligadas a la inversión, especialmente fondos de inversión y gestión de patrimonio. Lo hacen allí y lo hacemos aquí. Véase como CaixaBank ha comprado Barclays superando a Santander en banca privada y a BBVA en fondos, como Bankinter no para de incorporar trabajadores a este área reconocidamente estratégica o como la gran banca no para de aumentar los ingresos en este segmento. Si las comisiones siguen gozando de buena salud en las cuentas de resultados no es tanto por las comisiones tradicionales como por los nuevos enfoques aplicados, en donde el cliente percibe más valor y ve más justificable el pago.

Vamos, que los clientes se cabrean, los reguladores también, y además existen modos de recuperar los ingresos con nuevos mecanismos... ¿tiene sentido entonces seguir cobrando comisiones tradicionales? Obviamente los bancos no van a ofrecer gratis algo que para ellos tiene un coste directo, y probablemente tampoco dejarán de pasar cargos injustificados cuando quieran deshacerse de un cliente, pero más allá de casos concretos parece que se percibe un punto de inflexión y que el declive, al menos en conceptos tradicionales, ya está aquí.

Es más, mirando al futuro parecen intuirse elementos que harán que esta tendencia no solo no se frene sino que se acelere. ¿A alguien le suena Google, Amazon, PayPal, Facebook, Alibaba o Apple? Las grandes empresas tecnológicas de nuestra era quieren nuestra cartera, y no, no hablo de que compremos sus productos o usemos sus servicios, que también, hablo de que todas ellas están dando los primeros pasos para ser los nuevos amos de los medios de pago.

El control que tienen sobre los móviles, sobre internet y la tecnología NFC pueden provocar un cambio disruptivo en la que forma que hacemos los pagos y gestionamos nuestros gastos diarios. Google Wallet, por ejemplo, es un primer paso. Pronto vendrán más, como la esperada tecnología NFC en el iPhone 6, (y recordemos que Apple con iTunes es una de las mayores bases de datos de tarjetas de crédito del mundo), o el 'nuevo' PayPal de Facebook. Por el momento son pequeñas iniciativas, pero estas empresas son auténticos depredadores que donde ponen el ojo ponen la bala, y sin duda nuestra cartera es su objetivo.

No aspiran a ser bancos tradicionales, pero sí a robar parte del mercado de la banca tradicional, y es ese mercado precisamente el que más se beneficiaba de las comisiones de toda la vida. Y eso siempre y cuando las tecnológicas no empiecen por los medios de pago, que lo harán, sigan por las tarjetas de crédito entrando así en la financiación, que están en ello, y continúen por la financiación al consumo y corporativa, algo que ya hacen indirectamente a través de algunas empresas en las que participan. Y es que aun encima el 'shadow banking' y la financiación online son el último grito. No sé qué intenciones tendrán, pero la banca tradicional debería de tener los ojos bien abiertos.

Si observamos la 'big picture' vemos como el declive de las comisiones es el primer síntoma de algo mucho mayor: la tecnología es un cambio disruptivo para la banca. La tecnología hizo que podamos comparar entidades a golpe de click, que fuesen posibles los ahorros de costes o que surgiesen nuevos competidores online, y por tanto es la tecnología quien está provocando el declive de las comisiones. Pero este es solo el primer paso, como así vemos en el auge del 'direct lending' o del 'crowdfunding', y pronto vendrán más. Hoy vemos como la banca se prepara para el declive de las comisiones, ¿veremos mañana el declive de la banca tradicional?

Probablemente si hiciésemos una encuesta sobre el motivo por el cual los lectores de El Confidencial cambiaron por última vez de entidad financiera, obtendríamos una respuesta unánime para el primer puesto: las comisiones bancarias. O al menos eso sería lo esperable atendiendo a los estudios que se han hecho al respecto entre la población general. Y es que las comisiones bancarias nos causan estrés, nos cabrean y aun encima no paran de subir continuamente... ¡solo con mencionar su nombre ya se nos pone mala cara! Pues bien, déjenme decirles que es muy probable que en los próximos años esto cambie: las comisiones bancarias van a transformarse.

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