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Depositante, ya nadie quiere tu dinero
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Kike Vázquez

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Depositante, ya nadie quiere tu dinero

Querido ahorrador. Imagínate que mañana vas a la sucursal más cercana de tu entidad financiera habitual. Quieres un depósito a plazo fijo, y como siempre, tratas

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi (EFE)
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi (EFE)

Querido ahorrador. Imagínate que mañana vas a la sucursal más cercana de tu entidad financiera habitual. Quieres un depósito a plazo fijo, y como siempre, tratas de negociar el precio con la persona que te atiende. Pero, al contrario de lo que ocurre siempre, esta no te hace una buena oferta de esas que hacía antaño “por ser un cliente especial”. Lejos de eso, quiere cobrarte. Sí, cobrar. Esto es, en vez de ofrecer un 1%, un 0,5% o un determinado tipo de interés, pretende que tú, querido ahorrador, pagues por depositar tu dinero. ¿Una locura?

Quizá eso hayan pensado los clientes a los que les ha pasado ya. Sí, estás leyendo bien… Cobrar por depositar el dinero en una entidad financiera es hoy por hoy una realidad. Y no, no hay trampa ni cartón, no me refiero a que el dinero esté remunerado y se cobren comisiones por otros conceptos que inclinen la balanza a favor de la entidad financiera. No, nada de eso. Me refiero a que hoy por hoy, los mayores bancos del mundo han empezado a cobrar a los grandes depositantes de euros por custodiar su dinero. O, en otras palabras, en Euroland los tipos de interés negativos son ya una realidad. No hay trampa ni cartón.

Véase la siguiente noticia del WSJ (“Big Banks Start Charging Clients for Euro Deposits” 17-10-2014), que es el medio que ha publicado el bombazo, o si lo prefieren pueden leer parte de la información en Reuters o Bloomberg. Entidades como BNY Mellon, el mayor custodio del mundo, Goldman Sachs, JP Morgan, Credit Suisse o HSBC están cobrando, o van a hacerlo de forma inmediata, a aquellos clientes que depositan grandes cantidades de saldos de pasivo en euros en sus cuentas.

Es cierto que no se menciona a entidades como Santander, BBVA o La Caixa, que sería lo que realmente le preocuparía al ahorrador español, pero por lo pronto las rentabilidades ofrecidas han bajado de forma notoria también en nuestro país. Y, si ha pasado esto, algo que hace tan solo unos meses era impensable, ¿por qué no valorar la posibilidad de que vaya a más? De hecho, véase cómo las noticias sobre los ‘tijeretazos’ a las rentabilidades son cada día más habituales en nuestros portales de noticias favoritos, incluyendo a los grandes bancos (de hecho quizá sean quienes lleven la delantera).

¿Por qué está pasando esto? Claramente, por la decisión del BCE de situar los tipos de interés de la facilidad de depósito en el -0,2%. Vamos, que el BCE ha decidido cobrar a los bancos por depositar su dinero en la institución y ahora las entidades financieras han empezado a repercutir dicho coste al cliente. Dicha medida no solo ha depreciado la divisa y minorado la rentabilidad en los bonos a corto plazo, sino que también ha provocado un cambio en la mentalidad de los diversos agentes económicos. Se intuye en el movimiento de los grandes bancos que no esperan que lo que vivimos sea coyuntural, sino que los tipos de interés en terreno negativo están aquí para quedarse, al menos por un tiempo. En caso contrario, ¿por qué molestar a sus mayores clientes?

Así, aparentes ‘locuras’ en la deuda pública de mayor calidad se entienden mejor. Por ejemplo en la yield curve AAA de la Eurozona podemos encontrar rendimientos negativos hasta vencimientos de 3 años, y en el caso de la deuda pública alemana se marcaron cifras a 5 años tan irrisorias como el 0,1%. Si los Estados catalogados como ‘refugio’ lo deseasen, podrían reducir el vencimiento medio de su deuda pública y financiarse literalmente gratis; es más, ¡podrían incluso cobrar dinero por endeudarse! Eso es una ‘locura’, al menos desde una perspectiva ‘precrisis’, pero a partir de ahora el debate puede ir más allá. ¿Por ejemplo, alguien se imagina un Euribor en territorio negativo?

Sin duda se trata de un escenario más debatible a nivel teórico que práctico, porque poca gente se imagina que pueda llegar a pasar. Pero, por otra parte, ¿quién se imaginaba que llegaríamos a pagar por depositar nuestro dinero? ¿Quién se imaginaba la deuda pública alemana a 5 años con rendimiento casi cero? No es extraño, por tanto, viendo la vertiginosa caída del indicador, que la gente se empiece a preguntar cosas como “¿cómo afectará a mi hipoteca un Euribor en negativo?” o “¿Euribor al 0%? Es posible a final de año”. Los tipos de interés en negativo, si se consolidan, pueden afectar tanto a depositantes como a la rentabilidad de la deuda y a indicadores como el Euribor.

Y ese es otro motivo de preocupación para los ahorradores que deseen depositar su dinero en las entidades financieras. No solo el BCE ha establecido una facilidad de depósito en negativo, no solo aumentará de nuevo la liquidez en el sistema por medio de los TLTRO y la compra de activos (haciendo menos atractivo remunerar el dinero de los ahorradores y hundiendo las referencias a corto plazo), además, si indicadores como el Euribor se ven afectados, las entidades financieras seguirán bajando la rentabilidad de los depósitos más y más para defender sus márgenes. ¿Podría llegar todo ello a la calle? ¿Podríamos ver en algún momento depósitos con un tipo de interés negativo para el ciudadano de a pie?

Es difícil de imaginar, y operativamente complicado. Si los grandes bancos han elegido a las grandes cuentas para cobrar no es por gusto, es precisamente porque son estas cuentas las que no pueden prescindir de una entidad financiera. En otras palabras, si a un pequeño ahorrador le cobran una cantidad significativa por custodiar su dinero, lo sacará en efectivo y lo tendrá en casa, aun a riesgo de que se lo roben. Pero esto para un gran patrimonio es inviable. Un gran patrimonio puede invertirlo, puede moverlo, puede incluso meter una parte en su caja fuerte, pero si quiere liquidez no le quedará más remedio que pagar por ello. Aunque, dicho esto, también sacamos en conclusión que, si los tipos negativos se consolidan, se podría llegar a cobrar por depositar el dinero al ciudadano de a pie en un importe lo suficientemente bajo para que no compensara guardarlo en casa. Eso sí es posible; difícil, pero posible.

No sé si nuestros ojos llegarán a ver tal cosa, pero viendo el mundo en que vivimos probablemente el debate se irá incrementando en los próximos meses. Qué mejor ocasión que esta para empezar a planteárselo. Por otra parte, y relacionado con esto, ¿alguien se imagina un verdadero mercado bajista en la Eurozona con los miles de millones que saldrán de los depósitos a medida que las rentabilidades bajen? O mejor dicho, que están saliendo. Porque Manolo y Pepe probablemente no moverán el mercado, pero a quien están cobrando por depositar el dinero es a hedge funds, grandes empresas, grandes patrimonios… De hecho, el mercado de deuda corporativa con grado de inversión, uno de los más importantes para juzgar el devenir de los mercados, no se ha enterado de las recientes turbulencias. ¿Será que conocían de antemano los rumores de que Draghi podría comprar? ¿Hay demasiado dinero en el mundo? ¿Nos habremos vuelto locos?

Lea la segunda parte aquí.

Querido ahorrador. Imagínate que mañana vas a la sucursal más cercana de tu entidad financiera habitual. Quieres un depósito a plazo fijo, y como siempre, tratas de negociar el precio con la persona que te atiende. Pero, al contrario de lo que ocurre siempre, esta no te hace una buena oferta de esas que hacía antaño “por ser un cliente especial”. Lejos de eso, quiere cobrarte. Sí, cobrar. Esto es, en vez de ofrecer un 1%, un 0,5% o un determinado tipo de interés, pretende que tú, querido ahorrador, pagues por depositar tu dinero. ¿Una locura?

Rentabilidad Banco Central Europeo (BCE)