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El MAB ha muerto, ¡viva el MARF!
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Kike Vázquez

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El MAB ha muerto, ¡viva el MARF!

El Mercado Alternativo Bursátil ha fracasado, al menos en su forma actual, al menos en uno de sus objetivos: ayudar a las pequeñas y medianas empresas

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El Mercado Alternativo Bursátil ha fracasado, al menos en su forma actual, al menos en uno de sus objetivos: ayudar a las pequeñas y medianas empresas a crecer y expandirse. Los continuos fraudes y negocios ruinosos que se han descubierto en los últimos meses han generado una total desconfianza sobre este mercado que será difícil de borrar. No obstante no debemos resignarnos a ver el vaso medio vacío porque, paralelamente y de forma sigilosa, está creciendo una propuesta de notable éxito: el Mercado Alternativo de Renta Fija. Tanto es así que amenaza con convertirse en un gran rival de la banca nacional. ¿Vaso medio lleno u optimismo injustificado puro y duro? Juzguemos.

Empecemos por el principio, ¿qué es el MARF? Pues como su nombre indica es un mercado alternativo, no oficial, que pretende acercar la financiación mediante títulos de renta fija a empresas de tamaño medio. Sus argumentos son convincentes. La presente crisis ha demostrado que es muy recomendable diversificar las fuentes de financiación, y es que la banca no siempre da crédito, a pesar de que ese es su teórico negocio, o no siempre ofrece los mejores precios. El MARF lo ha aprovechado captando un nicho muy rentable: empresas que son demasiado pequeñas para acudir a los mercados de renta fija tradicionales, pero suficientemente grandes para generar confianza con su trayectoria.

Tenemos un cliente objetivo, tenemos una necesidad satisfecha y un mercado lo suficientemente grande que demanda lo ofertado. Pero mucho ojo porque, digan lo que digan los libros de texto, eso no garantiza el éxito. Véase como, a pesar de existir evidentes paralelismos entre el MARF y el MAB (su esencia es comparable salvo porque uno financia y el otro capitaliza), presentan una trayectoria dispar. ¿Por qué? En mi opinión que se consolide el éxito del MARF dependerá de que no se precipiten tratando de crecer rápido con empresas que no cumplen los estándares de calidad, justo lo que hizo el MAB.

El futuro dirá, pero eso será tema para otro artículo porque la actualidad manda. Y es que, si bien el hecho de financiar 370 millones de euros en su primer año de vida es digno de elogio, si aumentar su mercado de la renta fija ‘tradicional’ a los pagarés me parece inteligente, lo que más me ha llamado la atención ha sido lo ocurrido el pasado viernes. Pueden leerlo en un artículo de esta casa (“El MARF admite la emisión de pagarés de Copasa y los primeros bonos titulizados”, Cotizalia 31-10-2014). ¿A qué me refiero? Bonos titulizados. Sé que de buenas a primeras la palabra puede dejarnos un poco escépticos, sonarnos exótica e incluso recordarnos a las manidas hipotecas subprime, pero déjenme decirles que estamos ante algo relevante y ante un nuevo e importante golpe para la banca.

Auriga ha lanzado ‘IM Auriga Pymes 1’, una emisión de 10 millones de euros respaldada por derechos de cobro de pequeñas empresas. Para ello una sociedad, llamada Finalter, adquiere facturas a pymes con necesidades de liquidez, realizándose un análisis de solvencia y contando como garantía adicional con una póliza de seguro. Posteriormente, los derechos de cobro se ceden a un fondo, en este caso de titulización, que a su vez emite los bonos que cotizarán en el MARF pudiendo alcanzar agregadamente los 500 millones de euros. ¿Por qué esto es revolucionario? Porque las pymes dejarán de depender de las entidades financieras tradicionales para gestionar su liquidez, puesto que el nuevo producto compite directamente con las operaciones de factoring.

Ya no son solo las grandes empresas las que pueden acceder a los mercados de capitales, ya no son solo las medianas empresas las que pueden acceder a plataformas como el MARF: ahora también las pymes pueden disfrutar la financiación institucional. Y si bien es cierto que aún queda tiempo para que se sientan sus efectos reales tanto en el negocio de las entidades financieras como en la economía real, el producto de Auriga marca un gran punto de inflexión. El ‘IM Auriga Pymes 1’ es una clara muestra de que la desintermediación bancaria no tiene marcha atrás. No estamos ante un proceso gradual, sino total.

Recordemos que, mientras la banca sigue preocupándose por los nuevos requisitos de capital, el shadow banking, el P2P crediticio y los nuevos medios de pago tratan de comerse el pastel. Basta abrir cualquier medio relevante para encontrarse el ‘Apple Pay’, para leer como los hedge funds se lanzan en manada al direct lending o como la banca tradicional se rinde ante el P2P (“Santander and BlackRock work on first rated P2P securitisations”). Anteriormente en esta sección ya tratamos el caso de OnDeck y BBVA. Simplemente está pasando, y es irreversible.

Y sé cómo terminan estos debates, sé que alguien a estas alturas de la película estará pensando que la banca siempre seguirá siendo banca mientras sea la que transmita la política monetaria y tenga la capacidad de crear dinero de la nada. Puede que así sea, y actualmente así es, pero déjenme hacer una simple pregunta: ¿cuál ha sido el gran cambio de la política monetaria actual? En mi opinión ha sido la compra de activos. Si anteriormente la política monetaria se basaba en los tipos de interés y su trasmisión a través del sistema financiero, en la actualidad los bancos centrales han demostrado una gran capacidad de influencia y alteración de su entorno mediante la compra de activos en sus diversas variantes.

Esos activos, por ejemplo la deuda pública, están principalmente en los balances de los bancos, cierto, pero no exclusivamente. Cada vez que el BCE o la Reserva Federal piensan en los grandes capitales para mejorar sus políticas, o cada vez que la transmisión de la política monetaria no depende exclusivamente de las entidades financieras, cada vez que eso pasa la banca pierde poder. Es la única que crea dinero de la nada, sí, pero ¿qué pasaría si un día también el shadow banking consigue hacerlo en plenas condiciones, como ya se ha planteado en Estados Unidos? La banca ya no siempre gana, ahora necesita jugar sus cartas, y el ‘IM Auriga Pymes 1’ es una nueva muestra de ello.

El Mercado Alternativo Bursátil ha fracasado, al menos en su forma actual, al menos en uno de sus objetivos: ayudar a las pequeñas y medianas empresas a crecer y expandirse. Los continuos fraudes y negocios ruinosos que se han descubierto en los últimos meses han generado una total desconfianza sobre este mercado que será difícil de borrar. No obstante no debemos resignarnos a ver el vaso medio vacío porque, paralelamente y de forma sigilosa, está creciendo una propuesta de notable éxito: el Mercado Alternativo de Renta Fija. Tanto es así que amenaza con convertirse en un gran rival de la banca nacional. ¿Vaso medio lleno u optimismo injustificado puro y duro? Juzguemos.

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