Es noticia
A los inversores vuelve a hacerles tilín la Eurozona
  1. Mercados
  2. Perlas de Kike
Kike Vázquez

Perlas de Kike

Por

A los inversores vuelve a hacerles tilín la Eurozona

Volvamos al patio del colegio, a ese al que salíamos a jugar cuando éramos niños. Recordemos una escena típica. ¿Oye Luis, a ti te gusta María?

Foto: Una escultura del euro ante la sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort, Alemania (Reuters)
Una escultura del euro ante la sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort, Alemania (Reuters)

Volvamos al patio del colegio, a ese al que salíamos a jugar cuando éramos niños. Recordemos una escena típica. ¿Oye Luis, a ti te gusta María? ¿A mí? ¡Ni de bromaaaa! Lo que en realidad quería decir tan tajante negativa no es que Luis odiase a María, sino todo lo contrario. A Luis le habría encantado vivir un idilio con la mentada señorita, disfrutar los días juntos… pero ante el miedo a no ser correspondido optaba por una fingida apatía, repitiendo una y otra vez algún aparente defecto para autoconvencerse. Si ahora cambiamos a María por la Eurozona, empezaremos a entender muchas cosas.

Que el euro se rompe, que hay que reestructurar la deuda, que estamos en un proceso de ‘japonización’… Sí, existen riesgos y aparentes defectos, pero por el contrario nuestra señorita también tiene una gran virtud. Y es que, si María era irresistible a los ojos de Luis, la Eurozona tiene tanto potencial y está tan infravalorada que a una multitud de inversores les está resultando imposible no caer rendidos ante sus encantos. Así es el amor, no es perfecto, simplemente es. Y en este caso puede que fluya. ¿Por qué?

Empecemos con los fundamentales (datos de aquí y aquí). En la gráfica se representa el índice MSCI con algunos indicadores básicos a 31 de octubre de 2014 para Europa, mundo desarrollado, mundo agregado y mercados emergentes. La situación ha cambiado ligeramente en los últimos días, pero para ver una foto global nos sirve. La primera pregunta que seguramente nos hagamos es ¿cómo vamos a sentirnos atraídos por una región cuyo PER alcanza el 16,8 o 18,8 si solo miramosla Eurozona? La historia nos dice que una media aproximada de valor ‘justo’ es el 14,5-15, y que comprar por encima de eso, aunque relativamente en comparación con otras opciones más caras nos pueda parecer una oportunidad, es como mínimo aventurado.

Cierto, podríamos considerar el PER de hoy caro, pero en bolsa no importa el pasado, sino el futuro, y es cuando miramos adelante cuando nos encontramos que Europa cotiza a un PER estimado de 13,5, mientras que los índices de mercados desarrollados, influenciados por Estados Unidos, a un ‘perfecto’ PER 15. Teniendo en cuenta los beneficios estimados en los próximos meses, las bolsas mundiales cotizarían de forma agregada a un nivel cercano a su media histórica y Europa ligeramente barata. Claro que, "ligeramente barata" no quiere decir oportunidad de compra, ni mucho menos que los inversores puedan caer enamorados. ¿Por qué las miradas vuelven a Europa y especialmente a la Eurozona?

La Eurozona cotiza ligeramente barato teniendo en cuenta las expectativas de futuro que se barajan actualmente (‘japonización’, deflación, estancamiento…), y vemos que incluso así podemos tener activos europeos en nuestra cartera por precio, pues existe algo de recorrido. Sin embargo, el dinero hasta el momento huye. Tal es el negativismo que, a nada que se produzcan mejoras, la Eurozona pasará de estar ‘ligeramente barata’ a ‘totalmente barata’. ¿Pueden producirse mejoras? ¿Pueden sorprender los resultados en algún momento al alza? Como mínimo es una opción a contemplar.

He escogido este gráfico de Credit Suisse, si bien existen múltiples alternativas ante la alta expectación por saber cuándo se cerrará uno de los mayoresgaps de los tiempos modernos. Los beneficios de la Eurozona se sitúan en mínimos de 10 años, mientras que en Estados Unidos marcan máximos históricos, algo nunca visto por nuestra generación. El riesgo de que la economía de la Eurozona no funcione es alto, pero recordemos que simplemente con el comportamiento actual ya se justifica darle una mínima oportunidad en nuestra cartera. Si además se produce una ligera mejora o incluso un escenario optimista, el comportamiento podría ser espectacular.

Miremos a donde miremos encontraremos un indicador diciéndonos que la Eurozona tiene un gran margen de mejora. Por ejemplo, si miramos a la proporción de beneficios con respecto al total mundial, si miramos la capitalización bursátil con respecto al PIB, si miramos la relación del precio con el valor contable, si miramos el CAPE o si miramos por ejemplo a los dividendos. Y es que en la Eurozona, entre el miedo y el efecto Draghi "whatever it takes" parte 2, se está produciendo algo que nos debería dejar boquiabiertos: por primera vez en la historia es más interesante invertir en dividendos que en bonos corporativos. De hecho, lo que no encuentro hoy por hoy es un indicador fiable por fundamentales que diga lo contrario, que no se justifica la inversión.

Parece claro que la Eurozona está barata tanto en términos relativos como históricos y por ello, para aquellas personas que encaje con su perfil de riesgo, parece una opción a tener en cuenta. Además, al contrario que otras posibilidades de inversión con aparente gran potencial (y riesgo) como son los países emergentes, en este caso contamos con una importante rentabilidad por dividendo superior al 3%, y con empresas que en general han aprovechado la crisis para reforzar su balance y que presentan una mayor trasparencia (aunque hay de todo, claro). La clave, en cualquier caso, es el aumento de beneficios en ambas opciones.

Por ello la gran pregunta es: ¿hay algún indicio de que pueda producirse el esperado aumento de beneficios en los próximos meses? Nadie puede predecir el futuro, pero sí podemos estar muy pendientes de cualquier dato que pueda indicar un punto de inflexión. Un ejemplo de esto son las ventas, mejores de lo previstoen el tercer trimestre. No es un dato que evite el debate de la ‘japonización’, pues es insuficiente para mostrar una recuperación, pero recordemos que cualquier mejora debería de traducirse en beneficios para los inversores, por pequeña que sea.

En conclusión, da la impresión de que los inversores se han comportado últimamente de forma parecida a nuestro amigo Luis: critican y contemplan todos los escenarios negativos para la Eurozona, a la vez que empiezan a sentir un tilín irresistible por la misma. ¿Fluirá el amor? Draghi, nuestro Cupido particular, desea que así sea, aunque como sabemos los bancos centrales pueden empujarnos en la buena dirección pero no cambiar la realidad. Por ello, harán falta más que unas palabras para que esta historia acabe en boda. ¿Quizá un euro débil que nos ayude a exportar? ¿Quizá un petróleo barato? ¿Unas empresas con negocios diversificados? ¿Una mejora en las condiciones financieras? ¿QE? Pronto lo sabremos.

Volvamos al patio del colegio, a ese al que salíamos a jugar cuando éramos niños. Recordemos una escena típica. ¿Oye Luis, a ti te gusta María? ¿A mí? ¡Ni de bromaaaa! Lo que en realidad quería decir tan tajante negativa no es que Luis odiase a María, sino todo lo contrario. A Luis le habría encantado vivir un idilio con la mentada señorita, disfrutar los días juntos… pero ante el miedo a no ser correspondido optaba por una fingida apatía, repitiendo una y otra vez algún aparente defecto para autoconvencerse. Si ahora cambiamos a María por la Eurozona, empezaremos a entender muchas cosas.

Eurozona Mario Draghi