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Motivos para ser optimistas en 2016
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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Motivos para ser optimistas en 2016

El año 2015, con los datos en la mano, ha superado todas las expectativas. Crecemos más de lo esperado y más que nuestros comparables.

Foto: Foto del actor Leonardo Di Caprio sujetando una copa de champán.
Foto del actor Leonardo Di Caprio sujetando una copa de champán.

Este no es el típico mensaje de optimismo infinito que podría aparecer en cualquier libro de autoayuda, lo siento. La vida tiene cosas buenas y malas, momentos de total felicidad y momentos en donde la visión más positiva perecería. Pero la ilusión es necesaria para seguir adelante, para levantarse día tras día cuando suena el despertador. La ilusión es imprescindible para ser felices. Por ello, rescatemos algunos buenos datos del año que nos abandona e intuyamos algunos otros del que está a punto de comenzar, a ver si con suerte conseguimos ver el lado positivo.

Un hecho alentador es que España está creciendo a un ritmo realmente alto. Se estima que el crecimiento medio del PIB para 2015 alcanzará el 3,2%: una cifra que puede parecer insuficiente para alcanzar los objetivos que deseamos (seguimos sufriendo un nivel de desempleo inasumible, por ejemplo) pero que, sin duda, es tremendamente positiva. Hace solo dos o tres años nadie apostaría un euro por vernos salir del estancamiento (y eso que el euro no era precisamente la moneda más querida en ese momento...), ni siquiera el año pasado se esperaba algo así.

Más allá de riñas electorales sobre si estos datos son fruto principalmente de las reformas aplicadas o de la coyuntura (el petróleo barato, el turismo o la política monetaria han sido de gran ayuda), lo que parece indiscutible es que el dato es bueno. Estamos mucho mejor que hace un año, y el año pasado estábamos mejor que el anterior... por lo que, ¡sí, eso se llama avanzar! Avanzamos más de lo que esperábamos avanzar, y no solo eso, más que la mayoría de potencias internacionales: Estados Unidos (2,6%), Reino Unido (2,5%), Alemania (1,5%), Japón (0,6%)...

La mala noticia es que no hemos conseguido corregir de verdad nuestros desequilibrios con el exterior

La mala noticia es que no hemos conseguido corregir verdaderamente nuestros desequilibrios con el exterior, ya que a pesar de haber equilibrado nuestra balanza comercial, nuestra posición neta de inversión internacional (que mide los activos y pasivos que debemos o nos deben frente al exterior) se ha estancado en torno al billón de euros: -984.000 millones en el tercer trimestre de 2015.

Pero incluso este dato a corto plazo es aceptable, puesto que vivimos en un mundo que actualmente favorece a los deudores frente a los acreedores, y España como país lo es. Además, el mercado espera un tipo de interés medio inferior al 1% para los próximos 10 años, lo que es una gran noticia para las 'cigarras' como nosotros. No es un buen dato deber, cuando el ciclo cambie nos acordaremos de ello... pero puestos a ser deudores, sin duda mejor serlo en un escenario como el actual.

Se pueden poner pegas sobre de dónde venimos (corrupción, desigualdad, precariedad...) pero no sobre cómo lo estamos haciendo económicamente en comparación con los demás. Sea por las reformas o por la coyuntura, lo cierto es que por fin ha llegado nuestro momento: hoy podemos debatir lo cualitativo, pero lo cuantitativo ha rebasado todas las expectativas. De hecho, ni en la campaña electoral se ha puesto en duda el crecimiento: se ha debatido sobre las reformas, sobre cómo crecer, pero nadie ha afirmado poder crecer más porque simplemente sería disparatado.

El mercado espera un tipo de interés medio inferior al 1% para los próximos 10 años, lo que es una gran noticia para las 'cigarras' como nosotros

Lean mi último artículo del año 2014 y comprobarán que el crecimiento esperado para este año era del 2%, y eso que ya se sabía que el petróleo daría un empujón a economías dependientes como la nuestra, al igual que la demanda de países como Estados Unidos o Alemania, ya se sabía que el crédito había vuelto para quedarse (barato e incluso para nuestras pymes)... y aun así las buenas noticias nos han superado. Ahora lo vemos como normal, pero España ha batido los registros reiteradamente en los últimos años, podemos sentirnos orgullosos de ello.

2012 fue el punto de inflexión. 2013 fue la vuelta de la confianza. 2014 fue el comienzo de la normalidad. 2015 ha sido el año en que el ciudadano de a pie ha comenzado a notar la mejoría y 2016 será el año de la consolidación. Los incrédulos se convencerán, y ya nadie discutirá que hemos mejorado y que España crece. Será demasiado obvio. ¿El problema? Cuando todo el mundo se entera de algo es que probablemente está a punto de cambiar, y me temo que en 2016 tendremos un gran debate sobre un hipotético frenazo de la economía mundial.

Don't worry, suceda lo que suceda, recuerda una frase que pronunció Lennon: la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes

Y es que el ciclo está cambiando en las principales economías del mundo, no digo que lo haga bruscamente, pero el crecimiento ha tocado techo al mismo tiempo que las economías emergentes no reaccionan. Eso, en un entorno como el actual, marcado por los estímulos, marcado por los supuestos efectos colaterales de las políticas monetarias y sobre la salubridad del crecimiento actual, garantiza el debate. Que toque techo no quiere decir que caiga, ni siquiera que el crecimiento se convierta en insatisfactorio, pero sin duda habrá incertidumbre. Si la hubo en pleno ciclo expansivo, qué decir ahora...

'Don't worry', suceda lo que suceda, recuerda una frase que pronunció Lennon: la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. No debemos de perder la perspectiva de las cosas: la economía es importante, pero nuestro gran tesoro no es ni el dinero ni el poder, sino nuestra vida. Somos nosotros, y nadie más que nosotros, los únicos responsables de disfrutarla, de darle sentido, somos nosotros los únicos responsables de nuestra felicidad. Somos nosotros mismos quienes, cuando el reloj de arena suelta su último suspiro, ejercemos de jueces. Por ello, ¿por qué no dejarnos de hacer 'otros planes' y dedicarnos a lo realmente importante? Así, 2016 seguro que será un gran año. A por él.

Felices fiestas.

Este no es el típico mensaje de optimismo infinito que podría aparecer en cualquier libro de autoayuda, lo siento. La vida tiene cosas buenas y malas, momentos de total felicidad y momentos en donde la visión más positiva perecería. Pero la ilusión es necesaria para seguir adelante, para levantarse día tras día cuando suena el despertador. La ilusión es imprescindible para ser felices. Por ello, rescatemos algunos buenos datos del año que nos abandona e intuyamos algunos otros del que está a punto de comenzar, a ver si con suerte conseguimos ver el lado positivo.

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