Es noticia
Lee esto antes de indexarte en renta fija
  1. Mercados
  2. Perlas de Kike
Kike Vázquez

Perlas de Kike

Por

Lee esto antes de indexarte en renta fija

A pesar de los resultados que obtiene la indexación en renta variable, en renta fija este método presenta limitaciones. Cumple, pero no es tan barato ni efectivo como parece

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

La indexación goza cada día de más popularidad entre los inversores, y lo hace por méritos propios: es la forma más barata y sencilla de invertir correctamente. Digo ‘correctamente’ porque, al contrario que con otros métodos, posibilita y promueve la diversificación, consigue unos resultados aceptables y se adapta al perfil de cada uno. Es una forma tan buena de invertir que, a pesar de los obstáculos que sufre por parte de la industria, se ha convertido en una tendencia imparable que ya no tiene vuelta atrás. Y eso es porque funciona.

Ahora bien, ¿quiere eso decir que la indexación es un sistema perfecto o que no es mejorable? En mi opinión no. La realidad es que, aunque pocos, sí existen gestores activos que son capaces de batir recurrentemente a los índices o aquellos que, no tratando de batirlos, lo hacen con un riesgo más controlado. Sea como fuere, encontrar buenos fondos requiere tiempo y conocimiento, por lo que es lógico que la gestión pasiva se haya popularizado. Al menos eso ha ocurrido en países como Estados Unidos, especialmente en renta variable, contagiándose ahora a otros activos y geografías. No obstante es posible que la indexación en renta fija no consiga obtener tan buenos resultados como estamos viendo con la inversión en acciones.

Un buen punto de partida para entender el por qué es este artículo de Ángel Martín Oro. En él se recogen unas declaraciones de Carlos Babiano Espinosa, Director de Inversiones del Grupo Santalucía, que más claras y directas no pueden ser: “En un entorno totalmente intervenido, de tipos de interés en mínimos, privarse de gestionar duraciones, crédito, (…) es como ponerse delante del AVE para recoger unos céntimos de Euro. Además, los índices de RF están sesgados a duraciones que han ido incrementándose a medida que los emisores han emitido a más largo plazo por la caída de los tipos de interés.”

Foto: Panel informativo de la Bolsa de España. (EFE) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Renta Fija o Renta Variable ¿quién se equivoca?
Juan Gómez Bada

En otras palabras, indexarse quiere decir comprar un índice, con sus pros y sus contras, comprar lo bueno y lo malo a cambio de obtener una rentabilidad media. Por ejemplo ahora mismo existe la creencia mayoritaria de que nos encontramos ante un entorno de subidas de tipos de interés, siendo poco recomendable tener exposición a fondos con alta duración (más sensibles a las subidas). Apostar por la gestión pasiva equivale a ser agnóstico, quién sabe si finalmente será así; o incluso ateo, el mercado es eficiente y por tanto con la gestión activa no ganaremos nada. Si tenemos el suficiente conocimiento o convicción sobre el mercado nos costará mucho delegar nuestra suerte a la fortuna.

Es posible que creamos que, apostando por un determinado fondo de inversión, también estamos delegando nuestra suerte en dicho gestor. Y así es. La diferencia es que, en el caso del gestor activo, sabemos lo que ha hecho en el pasado, e incluso cómo está posicionado actualmente (si creemos que los tipos van a subir escogeremos a alguien con baja duración y no alta por ejemplo). En un fondo indexado vamos a disfrutar de una gran diversificación, algo que es muy positivo, pero nuestro posicionamiento va a depender puramente del azar.

Foto: BlackRock - REUTERS Opinión
TE PUEDE INTERESAR
La indexación se está cargando el mercado
Kike Vázquez

Esto es así porque, al contrario que en la renta variable en donde compramos determinadas empresas de un área geográfica (pagando un sobrecoste por comprar caras las empresas que entran en el índice y vender baratas las que salen), en renta fija las ponderaciones se basan fundamentalmente en el volumen de deuda emitido.

Por ello, si compramos un fondo de bonos pasivo global tendremos una baja exposición a Australia o Canadá, en donde los tipos están relativamente altos, y una alta exposición a Japón, en donde la deuda pública no renta y es muy elevada. Si optamos por uno europeo nuestras principales posiciones serán Italia, con un 25%, y Francia, con un 24%. Casi la mitad de nuestra inversión estará condicionada por factores políticos. Además la duración media, tanto en el índice global como europeo, superará los 7 años, lo que equivale a aceptar importantes pérdidas si los tipos de interés suben. Y es que, la deuda barata provoca que las empresas y gobiernos aumenten sus vencimientos. Nuestra suerte va a depender de esa conducta.

Quizá nos arriesguemos y aún así optemos por la estrategia pasiva. Al fin y al cabo en eso consiste, en diversificar correctamente, ganando en unas posiciones y perdiendo en otras. Si el consenso de mercado acierta, a la renta fija pasiva le irá mal, pero a la renta variable le irá bien y nuestra cartera lo soportará. No obstante los inconvenientes no se derivan solo de que nuestra exposición dependa del azar (o de que gobiernos y empresas decidan endeudarse más o menos y a mayor o menor plazo), además la comparativa entre gestión activa y pasiva en renta fija no está tan clara como en renta variable.

Foto: Bolsa de Hong Kong. (Reuters) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Las cinco reglas del inversor pasivo
Javier Molina

PIMCO, la principal gestora activa de renta fija, ha publicado varios artículos explicando por qué creen que su gestión es mejor (cada uno defiende lo suyo, como no podía ser de otro modo). Si bien, los resultados son llamativos y, salvo prueba en contrario que hasta el momento desconozco, equilibran bastante la balanza. Los principales argumentos de todo lo que he leído al respecto son dos: en la gestión pasiva de renta fija ni el coste ni tampoco la rentabilidad son tan buenos como se cree.

Por una parte, podrán comprobar en el anterior enlace que, mientras las comisiones medias en renta variable son 3 - 4 veces superiores en gestión activa, en renta fija depende del caso. A corto y medio plazo la relación es similar, aunque en high yield o fondos globales el coste de lo activo es de 0,74% y 0,69% respectivamente, por 0,43% y 0,40% de lo pasivo. Lo pasivo sigue siendo más barato, pero no cuenta con la misma ventaja competitiva cuando debe comprar las miles y miles de referencias existentes en los índices globales de bonos, así como modificarlas continuamente por el importante número de emisiones que existen (un 18% del índice de EEUU se modifica anualmente). Comprar el S&P 500 es barato, el Barclays Aggregate menos.

Aún así, la gestión pasiva seguiría ganando la comparativa si no fuese por la siguiente gráfica. Y es que, mientras el gestor de renta variable medio pierde cuando se le compara con la gestión pasiva, el gestor de renta fija medio gana a la gestión pasiva. Al menos en los últimos 10 años. ¿Por qué? Probablemente porque en el mercado de renta fija existe un numeroso grupo de inversores que ‘compran a cualquier precio’ produciéndose ineficiencias que son aprovechadas por el gestor medio. La gestión activa en renta fija es algo más cara que la pasiva pero, de media, lo vale.

Por último podríamos decir que no existe una inversión realmente pasiva, siempre debemos tomar decisiones. Debemos decidir si invertir en un fondo global, o europeo, o de larga duración o corta. Muchos inversores se llaman pasivos y a la hora de la verdad juegan con las duraciones porque su convicción del mercado no les permite dormir tranquilos con la exposición que el mercado les ha preparado. De eso a apostar por un fondo puramente activo hay un paso.

¿Con esto quiero decir que indexarse es malo? Tras mi último artículo mostrando ciertas distorsiones que podría provocar este fenómeno en los mercados, habrá quien piense que esa es mi opinión. Nada más lejos de la realidad: indexarse es un gran punto de partida. Requiere que determinemos nuestro perfil, que determinemos qué exposición queremos, qué riesgo estamos dispuestos a asumir, y garantiza la diversificación y unos resultados aceptables. Pero eso no quiere decir que la gestión activa haya pasado a mejor vida. El problema no es de activos y pasivos, el problema es detectar a los malos gestores y colocadores camuflados de asesores. Si evitamos eso nos irá bien, con una u otra filosofía, o con las dos a la vez.

La indexación goza cada día de más popularidad entre los inversores, y lo hace por méritos propios: es la forma más barata y sencilla de invertir correctamente. Digo ‘correctamente’ porque, al contrario que con otros métodos, posibilita y promueve la diversificación, consigue unos resultados aceptables y se adapta al perfil de cada uno. Es una forma tan buena de invertir que, a pesar de los obstáculos que sufre por parte de la industria, se ha convertido en una tendencia imparable que ya no tiene vuelta atrás. Y eso es porque funciona.

Renta fija Renta variable