Es noticia
Temas de inversión. La reindustrialización norteamericana
  1. Mercados
  2. Pon tu talento a trabajar
Enrique Roca

Pon tu talento a trabajar

Por

Temas de inversión. La reindustrialización norteamericana

A principios de año hice mi asignación de activos en los mercados bursátiles, dando un peso importante a los mercados emergentes. Sin embargo, la evolución de

A principios de año hice mi asignación de activos en los mercados bursátiles, dando un peso importante a los mercados emergentes. Sin embargo, la evolución de los mercados durante el primer trimestre, con un claro mejor comportamiento del S&P 500 y del Russell 2000, me han incitado a replanteármelo e intentar averiguar si el flujo de fondos hacia los mercados norteamericanos es meramente coyuntural (como refugio temporal hacia las turbulencias monetarias y políticas) o tiene visos de ser estructural, con lo que su duración puede ser mayor y, por tanto, tengo que modificar mi cartera.

Desde hace algunos trimestres, algunas casas de valores están haciendo hincapié en el tema de la reindustrialización norteamericana basado en estos pilares:

La salud financiera de sus empresas, con sólidos balances, un porcentaje elevado de efectivo que puede ser utilizado para operaciones corporativas y nuevas inversiones.

La fuerte apreciación en términos reales de las monedas emergentes. La depreciación del dólar durante esta última década frente a una cesta de ellas se estima alrededor del 30%. Esta tendencia es probable que continúe a corto plazo por una mayor productividad y crecimiento del los ingresos per cápita de estos países.

Los salarios en USA están contenidos, mientras en China y otros países están creciendo a tasas superiores al 10%. El desempleo norteamericano hace que esta tendencia, tanto en salarios como inflación, se mantenga y, además, China necesita mantener esta tendencia de crecimiento de salarios reales si quiere cambiar su modelo productivo hacia un mayor consumo.

En los últimos años, un creciente número de empresas decidió traer de vuelta al país parte de la producción del exterior, como Ford, Caterpillar y General Electric (GE). Los datos de empleo indican alguna recuperación del sector de manufacturas, aunque no sean espectaculares. Desde enero de 2010, cuando alcanzó el menor nivel de empleo post-crisis, el segmento creó casi 520.000 puestos en Estados Unidos, elevando el total de trabajadores a casi 12 millones en febrero de este año.

La revolución energética. Este es un tema al que le prestamos en España escasa atención, porque no sabemos lo que significa. Preferimos hablar de fútbol y líos de faldas antes que establecer las bases para la industrialización.

El shale gas ha conseguido que el precio del gas en USA sea la cuarta parte que en el resto del mundo, disminuyendo su dependencia energética mientras los precios a nivel global se mantienen en los mismos niveles que hace unos años.

El gas de esquisto producido en EEUU supone ahora un 30% de su consumo total, frente a tan sólo el 1% de 2000. La importación neta de crudo de EEUU ha caído de más de 13 millones de barriles diarios en 2007 hasta 8 millones a finales de 2011.

Algunos expertos creen que EEUU podría ser energéticamente autosuficiente en 2020. El aumento de esta producción energética es positivo para la mayor parte de los motores de la economía de EEUU, incluido el consumo privado (facturas energéticas más bajas y creación de empleo), además de incrementar la inversión en inmovilizado (en actividades y tecnologías de perforación) y mejorar las exportaciones netas (menor factura por importaciones).

Un suministro nacional más barato también proporciona un importante impulso competitivo de varios sectores con gran consumo de energía, como los productos petroquímicos, los fertilizantes y el acero. El efecto combinado de estos cambios probablemente dé un impulso sostenido a la economía de EEUU.

Con un mercado interno de 350 millones de habitantes y con el más alto poder adquisitivo del mundo, el desplazamiento masivo de la inversión de las grandes empresas multinacionales en la química y la siderurgia, buscando ventajas competitivas en energía, va a colocar a Estados Unidos en una posición de enorme ventaja frente a la China y la India, la Comunidad Europea, y el resto del mundo.

Pero ya esa revolución no es estadounidense exclusivamente, y aunque ese país con su tecnología y experiencia lleva una ventaja de unos 15 años sobre todos los demás países, cada vez más se adelantan iniciativas en otras latitudes. A estas alturas resulta claro que esa revolución está teniendo y seguirá teniendo un gran impacto regional y global en diversas formas.

El incremento de la producción de energías derivadas del esquisto es un aspecto positivo para EEUU. A largo plazo, esto debería proporcionar una ventaja en el plano de los costes de producción para algunos sectores económicos. Sin embargo, a corto plazo los grandes beneficiarios de todo lo relacionado con la energía del esquisto serán las empresas con exposición directa al proceso.

La lucha entre consumidores (Alcoa, Dow Chemical) y exportadores demuestra los millones de puestos de trabajo que están en juego.

La recuperación del mercado de la vivienda en Estados Unidos, con gran importancia en el efecto riqueza y el consumo de los americanos.

El mejor gobierno corporativo de las empresas, el mayor activismo de los accionistas y las reglas más claras de la economía con mayor preponderancia de los principios de la economía de mercado (justicia más clara y rápida) en relación a otras partes del mundo. EEUU continúa siendo un Estado, a pesar de ser federal.

Creo que los que hemos infraponderado USA en nuestras carteras nos hemos vuelto a equivocar. Examinar el por qué y rectificar es de sabios.

A principios de año hice mi asignación de activos en los mercados bursátiles, dando un peso importante a los mercados emergentes. Sin embargo, la evolución de los mercados durante el primer trimestre, con un claro mejor comportamiento del S&P 500 y del Russell 2000, me han incitado a replanteármelo e intentar averiguar si el flujo de fondos hacia los mercados norteamericanos es meramente coyuntural (como refugio temporal hacia las turbulencias monetarias y políticas) o tiene visos de ser estructural, con lo que su duración puede ser mayor y, por tanto, tengo que modificar mi cartera.