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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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Las cuatro crisis que más preocupan

Voy a centrarme en lo que tendría que cambiar para que se obstaculice el desarrollo de la actividad económica. El ecosistema de confianza actual podría dañarse por 4 causas

Foto: Manifestación por Hugo Chávez (Reuters)
Manifestación por Hugo Chávez (Reuters)

Hace dos semanas en el artículo La economía del pincho de tortilla ponía el ejemplo de una transacción concreta para determinar qué es lo realmente importante para el crecimiento económico.

Esta vez voy a centrarme en el análisis de lo que tendría que cambiar para que se obstaculice el desarrollo de la actividad económica. El ecosistema de confianza actual podría dañarse a través de una o varias de las siguientes cuatro causas:

1. Crisis por exceso de oferta

En el ejemplo del bar que sirve pinchos de tortilla se generaría cuando la producción de tortillas aumentase significativamente y las ventas no creciesen al mismo ritmo. La confianza del empresario en la demanda disminuiría. Para solucionarlo, lo más normal es reducir la producción hasta ajustarla a la demanda. Si es muy acusada, posiblemente el dueño del bar decida prescindir de alguno de los cocineros (incremento del desempleo).

Si no pudiese reducir rápidamente la producción (en algunos sectores se tarda mucho tiempo en conseguir) el exceso de producto haría bajar el precio. Este es el contexto actual de los sectores de materias primas y energía.

Las consecuencias de este tipo de crisis suelen durar un tiempo limitado, hasta que se ajustan oferta y demanda. Afectan sobre todo a las regiones donde se decide cerrar fábricas (desempleo) y a los inversores que hayan concentrado sus inversiones en los sectores implicados. La bajada de precios perjudica los ingresos de todas las empresas del sector mientras que el desempleo se genera solo donde se reduce la producción.

Los consumidores en general y el resto de sectores y regiones se benefician del menor precio de esos productos. Para ellos es como un incremento de renta disponible.

2. Crisis por contracción de la demanda

En este escenario, menos clientes acudirían al bar que vende pinchos de tortilla. La bajada generalizada de la confianza del consumidor suele ser consecuencia de una menor renta disponible de los clientes o de un peor ecosistema de confianza según lo definimos hace 15 días. En una economía de mercado es bueno que a los demás les vaya bien porque al final, directa o indirectamente, todos somos clientes de todos.

En un mundo cada vez más globalizado también debemos tener en cuenta el comercio internacional. La evolución económica de un país suele generar repercusiones importantes en sus principales socios comerciales.

3. Crisis financiera

En el ejemplo de los pinchos de tortilla tendría efectos cuando el dueño del bar no pueda incrementar el negocio (ampliar o montar otro bar) porque el banco no le ofreciese crédito, se vea obligado a reducir la actividad (despedir parte de la plantilla, retrasar reformas del local, etc) para devolver antes de lo previsto el crédito actual ya que no puede refinanciarlo o se vea forzado a cerrar. La confianza del empresario disminuiría.

Las crisis pueden originarse en el ámbito financiero cuando se ha invertido enormes cantidades de dinero en negocios o activos que no van a generar nunca ingresos que justifiquen el precio pagado. El estallido de burbujas financieras como la de los tulipanes (Holanda, siglo XVII), la puntocom (año 2000) acaban generando fuertes pérdidas que afectan a la economía real.

Otras veces crisis de la economía real se convierten en financieras, adquiriendo una dimensión más peligrosa, cuando las entidades que ofrecen crédito de manera muy apalancada (bancos) incurren en fuertes pérdidas que dejan mermada su solvencia. Al complicarse su propia financiación reducen la cantidad de crédito al tejido empresarial y al consumo y disminuye la confianza de los ciudadanos en el sector financiero. Esto ocurre cuando se originan crisis en sectores o activos en los que la banca tiene mucha exposición. Algunos ejemplos son la construcción, el sector inmobiliario o la deuda pública.

El pinchazo de las burbujas de crédito e inmobiliaria (2008) y la crisis de deuda pública de la eurozona (2011-2013) han sido motivos para que la crisis que hemos pasado haya sido también financiera. Ni la ralentización de la economía de países emergentes ni la sobreprodución de materias primas y energías deberían generar una crisis financiera porque la exposición de los bancos a estas actividades es muy reducida.

4. Crisis política o institucional

Afectaría a la transacción del pincho de tortilla todo lo que dañe el ecosistema de confianza (estado de derecho, estabilidad institucional, seguridad sanitaria, policía, justicia, normativa laboral, etcétera). Perjudicaría tanto la confianza del consumidor como la de los empresarios.

No tiene que ver con que los partidos políticos se pongan o no de acuerdo para gobernar, sino con las medidas que aprueban los gobiernos. Lo normal es que el clima de confianza vaya mejorando en el medio plazo mediante reformas económicas e institucionales que vayan aumentando los derechos y seguridad jurídica de empresarios y consumidores. No obstante, a veces en vez de ir a mejor se empeora.

Los momentos en los que la sociedad no se siente identificada con sus representantes son críticos. Normalmente son consecuencia de la corrupción, inestabilidad social y del empobrecimiento de las clases medias. Puede producirse un rápido avance mediante una mejora sustancial de la democracia y de las instituciones (se arregla lo que funciona mal) o, en el peor de los casos, alguien peligroso que dice actuar en nombre del pueblo accede al gobierno y poco a poco acaba con la división de poderes y los derechos de los ciudadanos.

Un caso reciente es el de Hugo Chávez en Venezuela. Llegó al poder en 1999 y se hizo con el control del ejército, justicia, policía y medios de comunicación, cambió la constitución, expropió las principales empresas privadas para dirigirlas a su voluntad y encarceló a sus opositores. Otro caso similar de concentración de poder con consecuencias aún peores es el de Hitler en la Alemania de 1933. Suelen ser líderes de extrema derecha o de extrema izquierda los que debilitan las instituciones que critican para acumular poder entorno a ellos.

Afortunadamente, en ninguno de los países desarrollados donde han surgido en los últimos años movimientos políticos extremistas parece que estos líderes vayan a tener el respaldo mayoritario de la población. Por lo tanto, lo más probable es que sigamos mejorando nuestras instituciones y estados de derecho. No obstante, aunque se trate de riesgos remotos, es algo importante a vigilar.

Hace dos semanas en el artículo La economía del pincho de tortilla ponía el ejemplo de una transacción concreta para determinar qué es lo realmente importante para el crecimiento económico.

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