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Aproveche la segunda y tercera derivadas del QE
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Víctor Alvargonzález

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Aproveche la segunda y tercera derivadas del QE

El Banco Central Europeo ha inundado el mercado de bonos y usted también puede aprovecharse de ello

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Sí, lo sé: el título hace pensar que este es un artículo técnico y complicado sobre mercados. Nada más lejos de la realidad. Es de mercado, sí, para inversores y ahorradores, sí, pero no necesariamente agresivos ni sofisticados. Y no se basa especialmente en el análisis fundamental o técnico, sino en el que personalmente considero más importante: el sentido común.

Todo el mundo sabe que el Banco Central Europeo (BCE) ha iniciado un proceso de Quantitative Easing (QE), que es el nombre más complicado que se puede buscar para algo muy sencillo, que es que el BCE inundará el mercado de euros con la sana intención que del mercado pasen luego a la economía real. No voy a entrar en si conseguirá su objetivo, porque a nuestros efectos nos basta el inicial, que de hecho ya ha conseguido parcialmente: los tipos de interés de la deuda pública europea han caído a mínimos de … ¡300 años! Se dice rápido. Es decir, en la práctica los estados se financian al precio más bajo de la historia, porque hace trescientos años no había un “mercado” tal y como ahora lo entendemos y vivimos.

Y como esto afecta a su vez a la deuda de las empresas, especialmente a las que emiten bonos que cotizan en bolsa (bonos corporativos), los costes de endeudamiento ya están bajando, sobre todo en las empresas con un buen nivel de solvencia, lo que técnicamente se conoce como “Grado de Inversión” (Investment Grade). Algunas, las hípersolventes, como la suiza Nestlé, de hecho cobran por que les presten, algo auténticamente surrealista, aunque tiene su lógica de mercado (se busca la seguridad y la posible plusvalía, no el cupón, ver “Cómo invertir cuando los prestamistas pagan por prestar”).

Pero el QE tiene efectos secundarios, y no me refiero sólo a los negativos, que ya vendrán, sino a los positivos a corto y medio plazo para los inversores. Son lo que yo, como soy “de ciencias” –aunque para nada un genio de los números- llamo, utilizando términos matemáticos, la “segunda y tercera derivada” del QE (siendo la primera, obviamente, el propio QE). Y para diferenciarlo del QE “primigenio” que lanza una institución pública como el BCE, le llamaré QE “privado”.

El QE privado en los bonos

Imaginen una sociedad que gestiona miles de millones en planes de pensiones. Hasta ahora su trabajo era relativamente fácil, y no sólo porque curiosamente la gente no suele mirar la rentabilidad de su fondos de pensiones, o porque no saben que se puede cambiar a otro mejor sin coste fiscal, sino porque, con la tranquilidad que da lo anterior, a muchos gestores les bastaba con comprar un bono, público o privado, y sentarse a cobrar el cupón. Por supuesto que hay excepciones. Hay muchos gestores que se lo “curran” y no se limitan a cobrar el cupón. Gente que compra y vende para generar plusvalías adicionales y que realiza cambios de estrategia en función de las expectativas de los mercados.

Pero volvamos al meollo de la cuestión: la mayoría del dinero de los planes de pensiones está en bonos que dan un cupón. Entonces, se pregunta uno ¿qué pasa si, de repente, según van venciendo esos bonos, el gestor se encuentra con que bonos similares, es decir, esos de calidad que le permiten dormir tranquilo, pagan un cupón tan bajo que hasta el partícipe más despistado lo va a “flipar” cuando vea la rentabilidad del año? Lo mismo que cuando fue al banco y le dijeron que a partir de ahora en lugar de un 3% le dan un 0,4% y que se prepare para que cuando vuelva lo que le van a dar es una palmadita en la espalda (para quién se encuentre en esa situación le recomiendo vivamente mi libro “¿Y yo, que hago con mis ahorros?”, editorial Deusto, no se arrepentirá).

El gestor primero entra en “modo pánico”, pero superado el “modo pánico”, reflexiona y ve que hay países que siguen pagando un cupón razonable (España, Italia, Portugal,..) o al menos “pagan” un cupón. Y que ya no dan el miedo que daban cuando la crisis del euro o cuando jugábamos en la Champions League(del Monopoly). Es entonces cuando se produce la segunda derivada: cuando esos gestores empiezan a tomar algo más de riesgo y “ayudan” al BCE comprando deuda de los países a los que mejor les viene que les bajen los tipos de interés, que obviamente son los que están más endeudados. Y el BCE tiene, a su vez, ha dicho que no va a comprar nada que ofrezca un tipo de interés menor que la tasa del depósito anual del banco, actualmente en el -0,2%. Es lógico: no va a tener en balance bonos que no den cupón o sea negativo, pues eso sería un problema muy serio si se da la vuelta la tortilla -que algún día se la dará cuando mejore la economía y suban los tipos de interés-.

El QE tiene efectos secundarios, y no me refiero sólo a los negativos, que ya vendrán, sino a los positivos a corto y medio plazo para los inversores

Puede tener bonos con minusvalía, pero, mientras los mantenga hasta vencimiento y den un cupón, la situación es sostenible. Pero ¿un bono por el que tiene que pagar, y que encima pierde valor? Eso lo puede hacer un inversor a corto que sólo busque la plusvalía, pero no el BCE. Ergo, todos los bonos alemanes, austriacos, holandeses, etc., que estén por debajo de ese nivel, quedan descartados. Los mismos que va a descartar nuestro gestor. Conclusión: en mi modesta opinión, no sólo el BCE va a comprar con especial énfasis bonos de estados que todavía pagan (respetando las condiciones que le impone la participación de cada uno en el capital del banco central), sino que también lo va a hacer gente que maneja, si no tanto dinero como el BCE, si mucho dinero, es decir, los gestores europeos de planes de pensiones.

Y si están pensando en bonos norteamericanos, de momento les sugeriría que evitaran esa opción, al menos hasta que se clarifique hasta donde pueden subir los tipos de interés en EEUU, so pena de encontrarte con una minusvalía nada más comprar.

Así que el BCE va a obligar a los principales inversores institucionales privados europeos a seguirle sus pasos. Eso, en economía, se llama efecto multiplicador. Y significa lo que parece.

Este efecto también se está produciendo, y de forma muy significativa, en la renta fija corporativa. Ahí todavía hay cupón -tipo de interés- positivo en muchas empresas. Y tenemos una nueva derivada “privada”: el BCE no va a comprar bonos que no sean Investment Grade, cierto, pero los que sí lo harán, aunque sea en pequeñas cuantías, serán los fondos de pensiones hambrientos de yield(cupón), especialmente en la parte alta de ese tipo de activos, que se denominan, precisamente high yield. Ahí hay -todavía– cupones de cierto nivel y si la eurozona sale de su estancamiento, mejoran las ventas y mejoran de los costes financieros –por la caída de los tipos de interés– habrá recalificaciones crediticias al alza.Al final del artículo les hago un resumen de cómo pueden aprovechar esto y todo lo anterior de forma sencilla, así que no se preocupen si no entienden alguno de estos matices.

El QE privado en la renta variable

Imaginen un inversor institucional europeo que se fija en que el dividendo medio de las empresas que componen el Stoxx 600 - índice representativo de la bolsa europea equivalente al SP 500 en las norteamericanas - es actualmente del 3,20%. Vamos, que se “sienta” sobre esos 600 valores y obtiene vía dividendo casi el triple de lo que ofrece el bono alemán con vencimiento a diez años. Y para asegurarse el dividendo, nada como un pequeño trabajo de análisis y selección para crear una cesta de valores que nunca hayan reducido el dividendo ni tengan historial de “trucos” que lo diluyan o afecten. Pasado ese filtro no obtendrá un 3,20%, pero sí un 2,50%, mucho más seguro y sin tener tantos valores en cartera. Y si mejora la situación económica, dentro de unos años el dividendo aumentará.

Por su parte un inversor particular puede hacer algo parecido dedicando una parte de su patrimonio a un fondo que invierta en empresas del Stoxx 600. Así que una “tacita” aquí de los inversores particulares, otra por allá de los institucionales y dinero que entra en bolsa. El BCE no va a comprar acciones, pero la “derivada” privada del QE si lo va a hacer.

Hay más, pero voy a dejarlo aquí, que luego me dicen -seguramente con toda la razón- que mis artículos son demasiado largos. Aunque uno se plantea que lo importante es el contenido y la calidad, no el tamaño. Si los libros dejaran de ser interesantes por ocupar más de dos folios no existiría literatura. En fin, vamos a lo que interesa, que son las conclusiones de todo lo anterior.

Un ahorrador puede deducir:

-Que en breve en los depósitos no le van a dar nada o casi nada.

-Que si a esa “nada” le pone un poco de sal - en forma de fondos de renta fija europea, pública y privada – y pimienta – en forma de fondos de renta variable de la zona euro - la “nada” puede convertirse en una rentabilidad decente (desde el punto de vista de un ahorrador)

-Que un poco de sal y pimienta no le va a quitar el sueño. Ni tampoco le hará perder mucho dinero si algo falla.

-Que si no lo hace pronto, mejor que no lo haga. Los mercados se mueven rápido y todo lo que comento en el artículo ya está pasando. Estos consejos ya los daba hace tres años y en “¿Y yo, que hago con mis ahorros?”

-Que en el caso de los bonos la inversión no debe contemplarse como de largo plazo. Sólo mientras la economía europea siga con un nivel de inflación (IPC) bajo o negativo. Y eso no será eterno. De todos modos, ya que informamos sobre el timing de entrada – hace más de dos años, en “Cómo ganar un 5% 'relativamente seguro” (por ejemplo) también informaremos sobre el de salida

-La renta variable nos preocupa menos. El dividendo seguirá ahí y las bolsas europeas tienen margen de subida.

En cuanto a los inversores, sólo insistir, como decimos desde hace tiempo, que en su cartera no pueden faltar:

-Fondos de renta variable europea. Habrá correcciones, no les quepa la menor duda, pero la tendencia es clara y las correcciones serán la oportunidad que tendrá el rezagado de subirse al tren.

-Fondos de renta fija, sí, pero si es usted inversor –que no ahorrador- no sea demasiado exigente con la calidad crediticia. Un fondo con una mezcla razonable de bonos de empresas con Grado de Inversión y high yieldde la parte alta de la cadena alimenticia de esta categoría es una estupenda opción. Todavía.

Y del dólar ya no hablo, que llevo dando la brasa con él desde Julio del año pasado (ver “Ideas de futuro frente a rentabilidades del pasado”) y ha tenido un “subidón” que tal vez sea mejor esperar una corrección. Y las razones para comprarlo las di en dicho artículo y hace un año en “El día en que Yellen se hizo tacaña y Weidmann generoso”.

¡Buen fin de semana!

Sí, lo sé: el título hace pensar que este es un artículo técnico y complicado sobre mercados. Nada más lejos de la realidad. Es de mercado, sí, para inversores y ahorradores, sí, pero no necesariamente agresivos ni sofisticados. Y no se basa especialmente en el análisis fundamental o técnico, sino en el que personalmente considero más importante: el sentido común.

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