Es noticia
Explicación fácil y sencilla del porqué de los tipos negativos
  1. Mercados
  2. Telón de Fondo
Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

Por

Explicación fácil y sencilla del porqué de los tipos negativos

Al dinero le pasa algo parecido. No se destruye, sino que cambia de bolsillo. La cuestión es ¿hacia dónde irá el dinero cuando salga de la madriguera?

Foto: Retrato de Benjamin Franklin en un billete de un dólar. (Reuters)
Retrato de Benjamin Franklin en un billete de un dólar. (Reuters)

Tertulianos y tuiteros se mesan los cabellos y desgarran las vestiduras ante el incremento de activos con tipos de interés negativos. “¡Esto es incomprensible!”, “¡no tiene ninguna lógica!”, “¡la culpa es de Draghi!” (Draghi es muy socorrido cuando algo falla), etc.

Estoy de acuerdo en que la situación es rarita – algunos economistas lo llaman “la nueva normalidad” y de normal tiene poco -, pero no me digan que no tiene lógica, porque la tiene.

Piensen en las películas de vaqueros que veían de pequeños (o que ven ahora para echarse una siesta los domingos). En el salvaje oeste robar un banco estaba al alcance de cualquiera. Y caían como moscas. Ahora imagínense que hubiera un banco que NO pudiera ser robado, ¿pagaría un honrado comerciante por tener su dinero en ese banco? Es de sentido común: mejor pagar un 1% en un banco ultra seguro que estar en uno en El Paso en el que hay muchas probabilidades de que cuatro forajidos que pasaban por ahí te roben el 100% de tu dinero. De hecho, así nace la Reserva Federal de los EEUU: como un banco para los bancos.

Es el miedo, señores tertulianos. Es el miedo, señores tuiteros. La fuerza más importante en los mercados es el miedo. El miedo a perder

Es un ejemplo extremo, pero así se entiende mejor la cuestión: la lógica de las rentabilidades negativas es la lógica del miedo.

Es el miedo, señores tertulianos. Es el miedo, señores tuiteros. La fuerza más importante en los mercados es el miedo. El miedo a perder. Luego viene el miedo a dejar de ganar –es el que genera las burbujas bursátiles e inmobiliarias-, pero el miedo con mayúsculas es el miedo a perder.

Trasladen el planteamiento del salvaje Oeste al mundo de hoy.

La segunda economía del mundo –China- es una caja negra con deudas hasta las orejas y totalmente impredecible para los analistas. La primera economía del mundo no acaba de despegar y aumentan día a día las posibilidades de que la gobierne un tipo que se puede calificar, como mínimo, de inquietante. Europa al “tran, tran”, como dicen en el mus. Y los emergentes no ligan ni a “la chica”, todo lo cual genera temor a deflación a la japonesa.

Por si fuera poco, hay muchas probabilidades de que Reino Unido decida salir de la Unión Europea y la cuarta economía de la Eurozona podría estar a unos escaños de coronar a un líder populista presidente del gobierno (sí, nosotros)

¿Planteamiento pesimista? Por supuesto. Seguramente todo esto tiene solución, pero, mientras tanto, el miedo es libre. Y el dinero es miedoso, así que, cual comerciante de la película de 'El Padrino', prefiere pagar por protección. En otras palabras: el dinero mejor en un bono alemán a tipo negativo que asumir el riesgo de la bolsa o de invertir en la economía real.

Ahora bien, cuidado con olvidarse de la naturaleza cíclica y cambiante de los mercados y la economía. De hecho, en los mercados suele ocurrir lo contrario a lo que espera la mayoría. Y en este caso la mayoría es abrumadora: hay diez billones - con B - muy asustados, es decir, invertidos en bonos con rentabilidad negativa.

Si algún día el miedo cambia de puerta, el dinero que ahora está agazapado y pagando por protección va a comprar todo aquello en lo que pueda ganar algo

Esto puede acabar muy mal o muy bien. Muy mal como pronostica Bill Gross, que dice que es como una supernova a punto de estallar. Pero, ¿y si ocurre lo que no espera nadie? Imagínense por un instante que Trump no gana o que luego resulta más pragmático que en campaña. O que los chinos son capaces de organizarse. O que si sale Reino Unido de la UE al final el mundo sigue, etc. No digo que vaya a ser así, pero un buen inversor no debe descartar ningún escenario y tiene que vigilarlos todos. Incluso el de que 10 billones se equivoquen.

Si algún día el miedo cambia de puerta, el dinero que ahora está agazapado y pagando por protección va a comprar todo aquello en lo que pueda ganar algo, como hace ahora con los activos refugio por miedo a perder. Las estrellas explotan, pero la materia y la energía que generan no se destruye. Se convierte en nuevos planetas. Al dinero le pasa algo parecido. No se destruye, sino que cambia de bolsillo. La cuestión es, ¿hacia dónde irá el dinero cuando salga de la madriguera?

Tertulianos y tuiteros se mesan los cabellos y desgarran las vestiduras ante el incremento de activos con tipos de interés negativos. “¡Esto es incomprensible!”, “¡no tiene ninguna lógica!”, “¡la culpa es de Draghi!” (Draghi es muy socorrido cuando algo falla), etc.

Tipos de interés Películas Reino Unido Deudas Eurozona Bill Gross Unión Europea