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De millonarios a billonarios: una historia de inflación
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Víctor Alvargonzález

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De millonarios a billonarios: una historia de inflación

Hemos vivido un ciclo de más de 60 años seguidos de inflación ininterrumpida y, teniendo en cuenta que la economía es cíclica, no sería tan extraño que se produjera ahora el ciclo contrario

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Para los que tenemos más de cuarenta años, una buena forma de reducir gasto es pensar en pesetas. Si piensas que sesenta euros son diez mil “pelas” te lo piensas dos veces antes de gastártelos en una cena. Veinte mil si vas a cenar con tu pareja, que es lo normal. Y no te quiero decir si te vienes arriba e invitas a la otra pareja que vino a cenar con vosotros: cuarenta mil pesetas del vellón. Doscientos cuarenta euros suena caro, pero cuarenta mil pesetas suena carísimo.

El caso es que los economistas andan preocupados por la deflación, pero a lo mejor no se preocuparían tanto si vieran las cosas en perspectiva. Yo he hablado mucho de la deflación, tanto, que un amigo que trabaja en los medios me llama "Señor Deflación". Pero me ha interesado no porque me preocupe, sino porque es un fenómeno que permite ganar dinero invirtiendo en bonos –renta fija-, porque a más baja la inflación, más bajan los tipos de interés y más sube el precio de los bonos (*), que es lo que ha pasado a lo largo de los últimos años. Yo he aprovechado el proceso desinflacionista para que quienes siguen mis consejos y yo ganáramos dinero con la apreciación de los bonos y de los fondos de renta fija. Pero como economista no veo nada malo en la deflación, si no es “a la japonesa”. En otras palabras: me preocuparía que nos “japonizáramos” –deflación acompañada de recesión continuada- pero no me preocupa que no suban los precios si la economía se mueve en terreno positivo, aunque sea moderadamente.

Cuando era joven, en las películas americanas alguien que tuviera mucho dinero era “millonario”. Pero hoy en día, si no es “billonario” no es nada. Evidentemente no es lo mismo el billón anglosajón que el español. Un “billion” anglosajón son mil millones, así que un “billionaire” de película es alguien con un patrimonio de más de mil millones de dólares. En otras palabras: hace cincuenta años alguien con cien millones de dólares era muy rico. Ahora hacen falta mil para ser digno de entrar en la famosa discoteca “The Billionaire” de Cerdeña. El nombre no es casual.

¿Y qué me dicen de la famosa prueba del café? (de la hamburguesa en EEUU) Yo soy de los que piensa que manipularon las estadísticas cuando nos dijeron que el paso al euro no fue inflacionista. A partir de 2007 un café viene costando entre 1,50 y 2,00 euros en una cafetería normal. Dos euros son 333 pesetas. Pero solo un par de años antes un café costaba “veinte duros” (cien pesetas, para los más jóvenes) De repente, en unos años, el triple.

¿A dónde quiero llegar? Pues a que hemos vivido un ciclo de más de sesenta años seguidos de inflación ininterrumpida en las economías desarrolladas, y, teniendo en cuenta que la economía es cíclica, no sería tan extraño que el ciclo contrario –precios estables con periodos deflacionistas– durara no sé si sesenta, pero si diez o incluso quince años.

Implicaciones que afectan no ya a sus inversiones financieras, sino a su cuenta bancaria, a sus inversiones inmobiliarias y a sus gastos en general

¿Dónde está escrito que una inflación del 5% sea el estado natural de la economía? Como mucho el uno y pico que le gusta al BCE y a la FED, pero considerando que la media de los sesenta años anteriores ha sido muy superior, nada de raro tendría que nos pasáramos unos añitos revertiendo a la media.

Las implicaciones de esto son mucho mayores de lo que parece a primera vista. Implicaciones que afectan no ya a sus inversiones financieras, sino a su cuenta bancaria, a sus inversiones inmobiliarias y a sus gastos en general. Ahora verá porqué.

Su cuenta bancaria, porque, si estamos ante un ciclo nuevo de magnitud equivalente al anterior pero en sentido contrario, el depósito va a seguir pagando cero intereses durante mucho tiempo. Sus inversiones financieras, porque, si fuera así, el entorno sería parecido al de los últimos dos años, es decir, muy volátil, pero donde a medio plazo saldrían mejor las inversiones financieras que el depósito bancario. Porque, le digan lo que le digan, en los últimos tres años los bonos han subido como la espuma. Y las bolsas lo han hecho bastante bien, aunque ha habido que saber gestionar, pues hay una gran diferencia entre la evolución de la bolsa Norteamericana (+35% en el periodo) y la Europea (7%).

Si la inflación es baja o negativa lo normal es que el crecimiento económico tampoco sea para echar cohetes, como ocurre ahora en el mundo entero

Respecto a las inversiones inmobiliarias, si la inflación es baja o negativa lo normal es que el crecimiento económico tampoco sea para echar cohetes, como ocurre ahora mismo en el mundo entero, así que ojo con lo que compra. Odio eso de “ser selectivo”, porque es la frase que se dice cuando uno no se quiere mojar, pero en esta ocasión es cierto: hay que elegir bien, porque para que el precio de los pisos suba como la espuma tiene que haber crecimiento económico y cierto nivel de inflación.

Pero para el propietario de un inmueble en alquiler el problema va a estar en otro sitio: en el precio del alquiler. En un escenario de bajo crecimiento y con la cantidad de oferta inmobiliaria que hay en España no se pueda apretar mucho en cuestión de alquiler al inquilino. Además, el FROB tiene medio millón de viviendas que colocar. Por eso en “mi libro” - 'Y yo que hago con mis ahorros' -, publicado hace un par de años, les recomendaba comprar ladrillo, pero con “apellidos”, es decir, de calidad. Al español si no le dan dinero en el banco se compra “un piso para invertir”, pero ojo: eso lo va a hacer todo el mundo y la mayoría van a querer alquilarlo.

¿Ve cómo lo de los ciclos económicos nos afectan a todos, y no sólo a los inversores? Le pongo otro ejemplo: las decisiones de gasto. Si esto fuera un ciclo de varios años, no compre las cosas porque mañana puedan estar más caras, compre cuando lo considere oportuno. Es más: si va a haber periodos desinflacionistas, a lo mejor le interesa posponer determinadas opciones de compra, como un automóvil o una nevera.

No sé si el periodo de baja inflación o desinflación va a durar un par de años o si va a durar diez. En principio me inclino más por lo primero, pero es importante saber que no se debe descartar lo segundo. No iría contra la lógica económica y sería algo tan normal en economía como lo es la reversión a la media en estadística. Lo que sería una perversión económica es que un café hubiera llegado a costar seiscientas pesetas –cuatro euros-, que es lo que costaría ahora si no hubiéramos tenido este respiro desinflacionista.

(*) Cuanto más bajan los tipos de interés, más se gana en “renta fija” (bonos) Y no porque nos paguen más cupón, sino porque se revalorizan los títulos que hemos adquirido. Por ejemplo: imagínense lo que vale ahora un bono alemán comprado hace tres años cuando ofrecía un cupón anual del 3%. Ahora un bono similar (con vencimiento a diez años) ofrece el 0,0%. Ud. no lo vendería por el mismo precio que le costó ¿no?. El mercado tampoco.

Para los que tenemos más de cuarenta años, una buena forma de reducir gasto es pensar en pesetas. Si piensas que sesenta euros son diez mil “pelas” te lo piensas dos veces antes de gastártelos en una cena. Veinte mil si vas a cenar con tu pareja, que es lo normal. Y no te quiero decir si te vienes arriba e invitas a la otra pareja que vino a cenar con vosotros: cuarenta mil pesetas del vellón. Doscientos cuarenta euros suena caro, pero cuarenta mil pesetas suena carísimo.

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