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Banco Popular: manipula que algo queda.
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Alberto Artero

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Banco Popular: manipula que algo queda.

Si alguien quiere entender lo que de verdad está ocurriendo en el Banco Popular en las últimas horas, les recomiendo que hagan un ejercicio extraordinariamente sencillo.

Si alguien quiere entender lo que de verdad está ocurriendo en el Banco Popular en las últimas horas, les recomiendo que hagan un ejercicio extraordinariamente sencillo. Vayan a la sección de Publicaciones de la web de la Bolsa de Madrid y dense un garbeo por el Boletín que se cuelga cada día al cierre de mercado. Una fuente de información demasiado olvidada a veces. Del menú que se despliega tomen la opción de “préstamo de valores y operaciones a crédito” y váyanse a continuación a la columna que refleja la posición abierta sobre acciones de la entidad. No, no se froten los ojos. Efectivamente, 476 millones sobre un total de 1.215 en circulación. Cerca del 40%. Ya de por sí es un dato a considerar. Los pesimistas augurios de muchos analistas sobre la compañía, junto con el atractivo interés que ahora devenga para el legítimo propietario el dar sus títulos para que otro los venda en mercado (alrededor del 7% anual, un caramelo demasiado goloso para numerosas depositarías), ha provocado que dicha cifra más que doble desde los 213 millones de hace un año y crezca un 42% sobre los niveles de final de 2007 (335 millones).

Ahora, lejos de especulaciones diversas sobre la mayor o menor participación accionarial de determinados socios de referencia en la firma, excluyan del denominador de la división aquellas acciones en manos del núcleo duro de la entidad y háganlo en la cuantía porcentual que figura en los registros oficiales de la condenada a muerte CNMV. La sindicatura de accionistas suma un 14,5%, Allianz un 9,5%, el portugués Americo Amorin alcanza el 7,8%, y Trinitario Casanova, Ram Bhavmani y el constructor Nicolás Osuna detentan un 3,9%, un 3,3% y un 3% respectivamente. Total, grosso modo, un 42%. El free float teórico de Banco Popular queda reducido entonces a 705 millones de títulos, lo cual quiere decir que el nivel de potenciales cortos sobre la sociedad alcanza el 67% de los valores en libre circulación. Dos de cada tres. ¿Qué les parece? No hay que ser un Einstein para darse cuenta de que la acción era y es extremadamente vulnerable a las buenas noticias. Cualquier despegue de la cotización podría generar lo que, en terminología anglosajona, se denomina short squeeze que no es otra cosa que un cierre acelerado de posiciones vendidas con objeto de limitar las pérdidas (toda posición corta requiere, para quedarse comida por servida, de una rentabilidad igual al coste de financiación más las comisiones que gravan la transacción).

Bueno, pues si usted y yo, -bueno, yo seguro-, que no tenemos intereses excesivos en el valor, somos capaces de percibir una obviedad tan manifiesta como la anteriormente expuesta, cuánto más un inversor de referencia que se encuentre en una posición, digamos, un tanto desairada debido a la evolución reciente de la cotización del banco. Puede que el mercado me calle la boca tan tarde como hoy mismo pero es que resulta todo tan absolutamente rocambolesco que da casi hasta risa. Bienvenidos al sainete financiero del viernes que me va a ahorrar la recomendación lúdica tradicional. Ustedes mismos. Resulta que, curioso, coincidiendo con la visita de Felipe Calderón a Madrid un mexicano -el mundo al revés, llega la contraconquista- ligado al sector de las telecomunicaciones, lógica aplastante, se quiere hacer, pese a la baja tasa de bancarización de su país que ofrece muchas y mejores oportunidades, con una entidad financiera española fundamentalmente doméstica y extraordinariamente ligada a un ciclo que tiene pocos visos de recuperar en un espacio de tiempo razonablemente corto. Que no hay nada como invertir con paciencia. Teoría del Santo Job, la podríamos llamar, finanzas modernas. Y no sólo eso: quiere pagar por una participación minoritaria que no le garantiza el control, dada la posición de fuerza inicial de la Sindicatura de Accionistas y Allianz, una prima, no del 10% o del 20%, qué va, sino de casi el 50% sobre el cierre del miércoles con la que está cayendo. Vamos, que se quiten los huevos de Pancho Villa, con perdón, que aquí estoy yo. Con un par, como Dios manda. Eso sí que es saber hacer bien las cosas. Tan bien como Credit Agricole con Bankinter que es el espejo en que Tomás Milmo, que así se llama el sagaz comprador potencial, se mira para saber cómo actuar. Me troncho. Será cuestión de ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho.

Sigamos con un ejercicio adicional. Tomen el gráfico del Banco Popular de la funcionalidad que incorpora la ficha valor de Cotizalia. Ahora observen lo que hizo la cotización de la firma a lo largo de la segunda mitad de 2006 que fue el momento en el que algunos de los actuales accionistas construyeron sus posiciones. Bien, ¿qué les sale? Efectivamente, que gran parte de esas acciones están compradas, algunas de ellas a crédito, a niveles superiores a los 12, 13 y hasta 14 euros por acción. Vaya, vaya. Era el momento en el que se llegó a hablar de la posibilidad de que una serie de empresarios andaluces crearan un banco que, abierto al público, se dedicara principalmente a financiar su actividad. Ah, sueños de grandeza que se desinflan al mismo ritmo que, los montones de ladrillo sobre los que se construyeron, se acumulan en promociones a las que no hay manera de dar salida. Puede que sí o puede que no, pero todo esto, no lo negarán, desprende un cierto tufillo a Colonial. Debe ser que dime a quien financias y te diré a quien te pareces . Por cierto que la única pieza que podría encajar en todo este absurdo rompecabezas es, precisamente, el perfil del potencial financiador, HSBC, dada su importante presencia en el país centroamericano.

La operación, en mi modesta opinión, no tiene ni pies ni cabeza. No existe, al menos en los términos que se plantean. Ni se justifica por oportunidad o valoración (25% de prima ex operación sobre la media de la banca europea en PER ajustado) dado el momento del ciclo en el que nos encontramos, ni por complementariedad geográfica o de negocio para el comprador (fit estratégico), ni por la posibilidad de obtener sinergias de ingresos o costes, ni siquiera por las potenciales mejoras de eficiencia o rentabilidad. Nada de nada, rien de rien. Y para comprar y esperar parece que no hay prisa, visto la que se avecina. Por si fuera poco, la "traición" a la que fuera la franquicia tradicional de negocio del Popular liderado por Angel Ron, puede pasar su factura ahora que llegan las vacas flacas. La ambición es legítima pero debe medir bien los riesgos en los que incurre para alcanzarla. El propio affaire Colonial debería servir de toque de atención frente a la complacencia de algunos analistas sobre la entidad. Quedan muertos en el armario. Seguro. ¿Para qué precipitarse? Buen fin de semana a todos.

Si alguien quiere entender lo que de verdad está ocurriendo en el Banco Popular en las últimas horas, les recomiendo que hagan un ejercicio extraordinariamente sencillo. Vayan a la sección de Publicaciones de la web de la Bolsa de Madrid y dense un garbeo por el Boletín que se cuelga cada día al cierre de mercado. Una fuente de información demasiado olvidada a veces. Del menú que se despliega tomen la opción de “préstamo de valores y operaciones a crédito” y váyanse a continuación a la columna que refleja la posición abierta sobre acciones de la entidad. No, no se froten los ojos. Efectivamente, 476 millones sobre un total de 1.215 en circulación. Cerca del 40%. Ya de por sí es un dato a considerar. Los pesimistas augurios de muchos analistas sobre la compañía, junto con el atractivo interés que ahora devenga para el legítimo propietario el dar sus títulos para que otro los venda en mercado (alrededor del 7% anual, un caramelo demasiado goloso para numerosas depositarías), ha provocado que dicha cifra más que doble desde los 213 millones de hace un año y crezca un 42% sobre los niveles de final de 2007 (335 millones).