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25% de paro en España, el problema de Europa
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Alberto Artero

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25% de paro en España, el problema de Europa

Como no se puede tomar el nombre de Dios en vano, no incurriré en juramentos innecesarios para justificar el artículo de hoy. Pero puedo prometer y

Como no se puede tomar el nombre de Dios en vano, no incurriré en juramentos innecesarios para justificar el artículo de hoy. Pero puedo prometer y prometo, que diría Adolfo Suárez, que no era la mercancía que tenía prevista despachar desde este mostrador virtual que es Valor Añadido y que, si he cambiado de criterio, ha sido por aclamación popular. ¿Has visto el último informe de Garthwaite, de Credit Suisse? Cantinela recurrente a lo largo de la jornada. En la comida con un operador de mercado; en distintos correos electrónicos de lectores bien informados; interés general, preocupación colectiva, conclusión demoledora: España va camino de convertirse en el problema de Europa.

Una idea que enlaza directamente con el final de mi artículo de ayer, toda vez que el estratega de la entidad suiza -que tanto daño ha hecho a su franquicia en nuestro país al llamar a las peras, peras y a las manzanas, manzanas, que vivan los brotes verdes- hace referencia a la economía española en la penúltima página de un documento que se titula Turning more cautious y, más en concreto, en el apartado que dedica a la evolución del dólar estadounidense, del que concluíamos hace 24 horas que podía ser a estos niveles una interesante oportunidad de inversión a corto plazo.

Pues bien, Garthwaite defiende la estabilidad en la evolución de la divisa norteamericana, frente a los mensajes apocalípticos que de ser ciertos tardarán en materializarse, con base en argumentos tanto de tipo absoluto (inmediata respuesta a la crisis de Estados Unidos, mejora de su balanza por cuenta corriente, liquidación de las posiciones especulativas, correlación directa con un S&P 500 que da síntomas de agotamiento), como de carácter relativo entre las que destacan el valor intrínseco de esta moneda en términos de poder de paridad de compra, las devaluaciones generalizadas tanto explícitas como encubiertas contra el dólar y, por último, la ausencia de alternativas, especialmente del euro. Y, como Soraya en la Eurovisión de este año, desgraciada actuación a los postres, es en este motivo final donde España cobra protagonismo… para mal.

Cito literalmente. “Creemos que el mercado no es consciente de las dificultades a las que se enfrenta la zona euro y, sobre todo, la economía española. Una nación que puede encontrarse con una tasa de paro del 25%. Sus circunstancias macro no son muy diferentes a los de Irlanda en términos de sobrevaloración de la vivienda, exceso de crédito privado, dependencia económica de sectores cíclicos. De momento el gobierno ha comprometido un 5% de su PIB en arreglar la situación. Cabe la posibilidad que tal esfuerzo conduzca a un aumento significativo del riesgo soberano, lo que se traduciría en insuficiencia financiera y en la obligación de endurecer su política fiscal. Y, si gracias al paraguas europeo, tal encarecimiento de la financiación no se produce, Europa podría exigir una contraprestación en términos de mayor disciplina fiscal, pudiendo negarse incluso a aceptar los bonos españoles como colateral”.

Mensaje de un analista que se supone observador imparcial de la situación económica patria, no contaminado por esa basura política que convierte los brotes en billetes o hace de la hierba, marihuana que se fuma colectivamente. Un estratega de extraordinario predicamento en el mundo inversor anglosajón que sitúa a nuestro país en el furgón de cola de la estabilidad europea. Probablemente se trate de una proclama catastrofista en exceso, toda vez que en todas partes cuecen habas y la situación de deterioro española no le aleja tanto de la de otras naciones del entorno europeo, precisamente con las que seguramente no nos gustaría compararnos. Hagamos de tripas corazón. Incluso se trataría de un presagio muy alejado de la realidad de nuestra bolsa, cada vez más internacional y expuesta a áreas geográficas cuya mayor flexibilidad les augura una más pronta recuperación. De acuerdo.

Simplemente Garthwaite nos recuerda que, pese a que la tradición popular afirma lo contrario, una mentira repetida muchas veces no tiene por qué convertirse en verdad. Tomen sus decisiones no en función de la esperanza, sino de su experiencia cotidiana. Verán como disminuye su grado de error. Es ésta una crisis muy gorda donde hay un interés colectivo en abreviar temporalmente sus efectos, en unos casos por conveniencia política, en otros porque está en juego la supervivencia de los actores afectados, tal y como les recordaba este fin de semana. Pero no es un punto de partida realista. Los quilos de más sólo se bajan con mucho sacrificio, igual que las dependencias tóxicas no se eliminan de la noche a la mañana. Vivíamos en una economía obesa de crédito, en una sociedad adicta al tener. El proceso de adelgazamiento y desintoxicación va a ser largo y doloroso. Y, desgraciadamente, no ha hecho más que empezar. Como otros se encargan oportunamente de situar en el particular frontispicio macro español.

Ya es jueves.

Alimento para el alma. Los libros 25 a 27 del reto 50 en 2009 no son nada del otro mundo. Así, prometo linchar intelectualmente al próximo librero que me diga que me voy a tronchar con Chesterton. Absolutamente infumable La Taberna Errante. De esos libros que sirven para elevar la pantalla del ordenador. Nunca tantas veces en un texto ha aparecido el verbo columbrar. Con eso les digo todo. Mejor la historia fantástica que recoge del autor romántico alemán Adelbert von Chamisso, en la preciosa edición de Nórdica: La Maravillosa Historia de Peter Schlemihl, una leyenda irracional sobre un hombre que vende su sombra al diablo y que termina de un modo más absurdo todavía. Literatura juvenil. Por último, un cuento delicioso de Acantilado: Mendel el de los Libros de Stefan Zweig, apenas 60 páginas sobre la indiferencia humana, la fugacidad y el olvido. La semana que viene prometo traer chicha de mejor calidad.

Alimento para el Cuerpo. Dos experiencias de crisis, situadas en extremos opuestos. Vuelvo después de muchos años a Las Batuecas, en la Avenida de Reina Victoria de Madrid, cerca de Cuatro Caminos. Comida casera de calidad a 4-6 euros unos primeros abundantes y 10-12 los segundos. Lentejas, croquetas, tortilla con callos, albóndigas caseras, bonito con tomate… Aún así, ayer mediodía el restaurante a medio llenar. Curioso. Interesante la apuesta del laureado Juan Pablo Felipe en el Aris Bar, adyacente a un Chaflán que ha bajado notablemente sus precios. En la Avenida de Pío XII, ofrece parte de las viandas del restaurante principal a precios más que asequibles: panino de torta del casar con trufa, ensaladilla rusa, ensalada del jefe, huevos con patatas y jamón espectaculares, rabas de calamar algo más flojas (materia prima blanda, rebozado de aire industrial), arroz con leche y tarta de queso con membrillo de frutos secos por unos 20 euros por barba, bebidas incluidas. Si no fuera porque la terraza parece de tasca infame, un lugar por descubrir en la noche madrileña.

Como no se puede tomar el nombre de Dios en vano, no incurriré en juramentos innecesarios para justificar el artículo de hoy. Pero puedo prometer y prometo, que diría Adolfo Suárez, que no era la mercancía que tenía prevista despachar desde este mostrador virtual que es Valor Añadido y que, si he cambiado de criterio, ha sido por aclamación popular. ¿Has visto el último informe de Garthwaite, de Credit Suisse? Cantinela recurrente a lo largo de la jornada. En la comida con un operador de mercado; en distintos correos electrónicos de lectores bien informados; interés general, preocupación colectiva, conclusión demoledora: España va camino de convertirse en el problema de Europa.