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¿Y si hacemos que la Seguridad Social compre Loterías?
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Alberto Artero

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¿Y si hacemos que la Seguridad Social compre Loterías?

(Rescato hoy para ustedes, de forma actualizada con la última información disponible, el post que escribiera el pasado 12 de enero sobre la posibilidad de que

(Rescato hoy para ustedes, de forma actualizada con la última información disponible, el post que escribiera el pasado 12 de enero sobre la posibilidad de que sea la Seguridad Social la que compre Loterías. Parece una memez pero, pensado de manera fría, traería muchas más ventajas que inconvenientes que someto a su consideración. Buen fin de semana).

Como espectador de fondo de toda la polémica alrededor de la, se pongan como se pongan los sindicatos, imprescindible Reforma de las Pensiones se encuentra el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Una hucha que, en contra de lo que pudiera nominativamente parecer, no es garantía de pago a los futuros pensionistas una vez llegada su edad de jubilación. Ya les gustaría. Sirve básicamente para hacer frente a las necesidades inmediatas derivadas de las servidumbres del Estado del Bienestar. Es lo que tiene aceptar servilmente un fraude piramidal de este calado, donde las contribuciones hoy son destinadas sin solución de continuidad a hacer frente a las promesas pasadas de perentorio vencimiento.

Pues bien, dos son las noticias que han llamado poderosamente mi atención en relación a este Fondo (de septiembre de 2011): 

  1. Por una parte, su engorde se ve perjudicado por la condición de primer moroso del Estado que, a cierre de agosto, debía a las arcas de la Seguridad Social la no poco despreciable suma de 4.644 millones de euros, con una mejora, eso sí, desde los 8.349 millones que adeudaba en octubre de 2010. Se trata de impagos vinculados a las cuotas de los trabajadores que están en situación de desempleo y que se canalizan a través del Servicio Público de Empleo Estatal, como se encargó de recordarnos el miércoles Carlos Sánchez.
  2. El mismo Carlos, en este caso ayer mismo, se hizo eco de una realidad a la que acaba de despertar algún que otro medio generalista: el 90% del Fondo de Reserva estaba invertido a 31 de diciembre en deuda pública española, desde el 55% en octubre de 2009, en lo que supone un incumplimiento de su obligación de comprar activos con calificación crediticia triple A (AAA) que afecta a los valores foráneos, condición que perdió hace muchos meses España. Una concentración excesiva que incrementa, al menos teóricamente, el riesgo de este patrimonio destinado a priori a salvaguardar la ilusoria sensación de protección futura de la ciudadanía (interesante este post de Marc Garrigasait sobre el particular).

Pues bien, al calor de ambas informaciones no es difícil inferir la conveniencia de algún tipo de iniciativa que, por una parte, permita a la tiesa Tesorería de la Administración saldar lo que debe a todos los españoles y, por otra, satisfacer el ánimo ludópata de los gestores del Fondo, capaces de apostar todos sus posibles al rojo o negro de los bonos nacionales sin despeinarse, bajo el argumento, eso sí, de la potencial mayor rentabilidad a obtener. ¿Para qué reflexionar sobre la causa que suscita dicho mayor retorno? Qué buen vasallo si tuviese buen señor, que leyéramos en el Poema del Mío Cid.

Lo cual me lleva a rescatar una idea que me hiciera llegar a través del Twitter un tal Ismael Terrón del que nunca más volví a saber: suponiendo que convirtiéramos el Fondo de la Reserva de la Seguridad Social en una suerte de fondo soberano -de hecho ya antes del estallido de la burbuja se planteó la posibilidad de que invirtiera en bolsa y/o renta fija privada- podríamos matar dos pájaros de un tiro haciendo a la hucha común de todos los españoles titular de ese 30% de las Loterías y Apuestas del Estado que el Gobierno pretende privatizar junto con el 49% de AENA. Si aceptamos como válido un valor para dicha participación de 7.000 millones de euros, las cifras servirían prácticamente para liquidar con creces los saldos pendientes. Podría incluso contemplarse la posibilidad, si se quisiera que el vendedor obtuviera disponibilidades líquidas, de incrementar esa participación por encima de lo inicialmente previsto.

Supongamos que no. Lo cierto es que con una transacción de “ciencia ficción” como ésta…

  1. aliviaríamos la presión sobre las cuentas públicas (que evita el pago de los 4.644 millones) y evitaríamos tener que ceder a un tercero privado la parte del beneficio y de los dividendos que ONLAE genera en la actualidad, que dejarían de llegar en el porcentaje vendido a las arcas del Estado; 
  2. generaríamos un flujo de caja recurrente para el Fondo de Reserva de la Seguridad Social a través de una inversión (parte por compensación de saldos, parte con salida de fondos) poco superior al 10% de su importe (65.000 millones de euros a cierre de diciembre), fácilmente recuperable en un periodo entre 7 y 8 años de mantenerse las cuentas del organismo a privatizar como hasta ahora (en 2009 generó 3.000 millones en cifras redondas de beneficio neto), válida a efectos de diversificación nacional; 
  3. multiplicaríamos por más de tres la rentabilidad de las opciones alternativas, en esencia renta pública española, en cada uno de los años de “amortización” de la apuesta (actualmente el 24% del fondo está invertido a 5 años y otro 26% a diez años que rentan respectivamente el 4,9% y el 5,5% frente al 12,85% potencial, 900 millones divididos entre 7.000);
  4. daríamos una función social al gasto de los españoles en Loterías y Apuestas del Estado a la vez que se mantendría la labor de redistribución de renta y riqueza que corresponde a la Administración en sus distintas facetas con una salvedad: por una vez y sin que sirva de precedente las aportaciones de los contribuyentes serían voluntarias.

A lo mejor estoy diciendo muchas tonterías para un solo post pero es hora de aplicar la imaginación para tratar de resolver los problemas a los que se enfrenta el país. Cualquier buena idea, por peregrina que parezca, y después del adecuado filtro, encontrará cabida en esta columna. Sus comentarios.

(Rescato hoy para ustedes, de forma actualizada con la última información disponible, el post que escribiera el pasado 12 de enero sobre la posibilidad de que sea la Seguridad Social la que compre Loterías. Parece una memez pero, pensado de manera fría, traería muchas más ventajas que inconvenientes que someto a su consideración. Buen fin de semana).

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