Es noticia
Patada a la mafia rusa en el culo de los chipriotas
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

Patada a la mafia rusa en el culo de los chipriotas

Estén tranquilos. Lo que ha sucedido en Chipre el pasado viernes, con la imposición a su gobierno de la retención de una parte de los depósitos

Estén tranquilos. Lo que ha sucedido en Chipre el pasado viernes, con la imposición a su gobierno de la retención de una parte de los depósitos privados de sus ciudadanos para financiar su rescate, no va a reproducirse en el caso de que España o Italia se vieran abocados a una coyuntura similar. Este particular  ‘atraco a cuenta armada’ institucional no traspasará las fronteras de tan pequeño territorio. Seguro.

Hay varios factores tanto genéricos como específicos que así lo hacen suponer. Y aunque en la vorágine de cumbres europeas, cualquier sorpresa es posible -como quitar la protección a los ahorradores de menos de 100.000 euros, consenso regional, o limitar la libre circulación de capitales, uno de los principios esenciales de la UE-, se puede afirmar que estábamos ante una situación excepcional que requería de decisiones singulares no replicables en otros estados en el futuro.

En efecto. En contra de lo que opinan muchos analistas, la causa de ese novedoso y atrabiliario mecanismo de auxilio, que atenta directamente contra el bolsillo de los chipriotas, no se encuentra sólo en la consideración no sistémica del país; en el que la ayuda, 10.000 millones de euros, pueda suponer hasta un 60% del PIB nacional, frente al 100% inicialmente solicitado y el 40% de Irlanda, y, por tanto, requiera de la puesta en práctica de un castigo ejemplarizante que corrija su rumbo a futuro; o en que estemos hablando de una decisión entre susto –quita y corralito hasta que se ejecute para evitar la salida masiva de fondos- o muerte, quiebra financiera del estado o austeridad apabullante de la que escaparían unos foráneos sin duda en la raíz del problema. No sólo.

No se puede entender esta decisión sin la consideración durante años de la parte ‘griega’ de la isla como un paraíso del blanqueo de capitales de los señores de la guerra de la antigua Yugoslavia o de los millonarios que han ido floreciendo como setas en los distintos países que en su día formaron la Unión Soviética. Puede que, como comentamos hace poco más de una semana, la UE haya preferido ser mucho tiempo la cornuda que miraba hacia otro lado ante las veleidades chipriotas. Pero lo que no va a tolerar, por la inconsistencia del discurso ante los contribuyentes llamados a pagar esta fiesta mediterránea, es ser además la apaleada (V.A., Una isla mediterránea saca los colores a Europa, 06-03-2013).

Es en ese contexto en el que hay que entender la medida: en el de complicidad del conjunto de la nación, favorecida por el anterior gobierno de corte filocomunista, con un fraude estructural que ha permitido que el 50% de los depositantes sean extranjeros no residentes, en su gran mayoría rusos. Y aunque es imposible comulgar con una iniciativa que no discrimina justos de pecadores, el hecho de que la frontera entre la virtud y el delito sea tan fina ha llevado a los prebostes comunitarios a tirar peligrosamente por la calle de en medio. Por más que se vuelva a dar la paradoja, una vez más, de que el dinero se destine en buena medida al rescate de… ¡la propia banca!

De ahí la premura del resto de los Ejecutivos que están o pueden estar bajo la lupa de Bruselas, el BCE o el FMI en negar que la propuesta sea extrapolable a rescates ya ejecutados o venideros que estuvieran por llegar.

Se abre ahora un periodo de incertidumbre que gira alrededor de los ejes: la aprobación individual de los distintos parlamentos nacionales de los 27 (otra razón para este ‘sweetener’ abusivo que ayuda a Merkel de cara a sus elecciones de otoño) y, con carácter más inmediato, el de los legisladores chipriotas, algo que se antoja bastante complicado por el juego de mayorías (el partido en el poder tiene el 50% exacto de los votos).

De ahí que se hayan entablado negociaciones de urgencia con la troika para que los depositarios con menos de 100.000 euros paguen el 3,5% (base de 30.000 millones), por debajo del 6,75% inicialmente fijado; el porcentaje a confiscar (esa es la palabra) de aquellos cuyas posiciones oscilan entre los 100.001 y los 500.000 euros baje del 12,5% al 10% y el resto pague al 15% (base conjunta de estas dos últimas categorías: 38.400 millones). De este modo se castigaría más al gran defraudador frente al cliente minorista sin afectar a la recaudación prevista: 5.800 millones de euros a los que habría que añadir los derivados de la subida del impuesto de sociedades y de rentas de capital, de la restructuración de los escasos bonos junior o del plan de privatizaciones previsto.

De momento el debate sobre la moción ya se ha retrasado a mañana.

Llegados a este punto, sinceramente la aprobación o no de la moción sería irrelevante puesto que el daño para el conjunto de la Eurozona está hecho en términos de un nuevo y peligroso abanico de actuaciones posible que vulnera principios inviolables hasta ahora, por más que el convencimiento racional invita a pensar que estemos ante un suceso irrepetible. Y que mete una incertidumbre innecesaria ahora que las aguas parecían volver a su cauce. En caso de rechazo local, cualquier formulación deberá realizarse sobre el esquema inicialmente fijado. Y no es baladí la capacidad de los mandatarios de la Unión de empeorar sistemáticamente sus postulados originales.

Lo importante de verdad es que Europa ha vuelto a negarse a sí misma y ha construido, una vez más, sobre los lodos de negligencias pasadas, los barros de soluciones que tienen a beneficiar y penalizar, respectivamente, a los de siempre, ahondando la distancia entre dos bandos que, en contra de contiendas bélicas pasadas llenas de armas y trincheras en la región, viven una auténtica y soterrada guerra financiera por la hegemonía económica de Europa con un solo ganador (V.A., Entérense, el peligroso IV Reich alemán es ya una realidad, 01-03-2012).

Y, por cierto, ¿qué dirá la beligerante Rusia?

Estén tranquilos. Lo que ha sucedido en Chipre el pasado viernes, con la imposición a su gobierno de la retención de una parte de los depósitos privados de sus ciudadanos para financiar su rescate, no va a reproducirse en el caso de que España o Italia se vieran abocados a una coyuntura similar. Este particular  ‘atraco a cuenta armada’ institucional no traspasará las fronteras de tan pequeño territorio. Seguro.