Es noticia
Fanfarrias 4G o el trágico destino de la tecnología en Europa
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

Fanfarrias 4G o el trágico destino de la tecnología en Europa

Hace pocos días tuve ocasión de departir con el principal ejecutivo de una de las mayores compañías de telefonía con oficina en España. Estuvimos hablando un

Hace pocos días tuve ocasión de departir con el principal ejecutivo de una de las mayores compañías de telefonía con oficina en España. Estuvimos hablando un buen rato de un pasado de convergencia tarifaria hacia los estándares europeos y de un futuro social que inevitablemente va a girar, en términos personales y económicos, alrededor de los nuevos terminales móviles. Si no lo ha hecho ya.

Su discurso hacia Europa estaba impregnado de pesimismo por lo que a su industria se refiere. No en vano, se encargó de recordar, "hemos pasado del liderazgo en redes y dispositivos al más completo ostracismo. Ni Ericsson, ni Alcatel, ni Nokia han conservado su liderazgo pasado. Nos hemos dejado arrebatar el dominio en el desarrollo tecnológico y operativo tanto de infraestructuras como de aparatos por fabricantes asiáticos y estadounidenses. Una tragedia que se puede repetir con el 4G".

Poco ha tardado el Wall Street Journal en darle la razón. En un artículo publicado el pasado lunes, el diario estadounidense advertía del retraso en la implantación de la movilidad de cuarta generación en la región pese a las ventajas que incorpora en términos de productividad, velocidad de conexión y tiempo de descarga (WSJ, "Europe is losing the 4G race", 03-06-2013).

Y lo hacía basándose en cifras concretas, a saber: se espera que para final de año el 19% de las conexiones móviles en Estados Unidos se realice a redes de este tipo, frente al 2% de la UE. A finales de 2012 la primera potencia del mundo contaba con 31 millones de clientes de la tecnología LTE, predominante en el 4G. En Alemania (donde la implantación comenzó en 2011) rondaban los 570.000, mientras que en el Reino Unido, en marcha desde octubre de 2012, apenas superaban los 40.000. Un abismo, sin duda.

Son varias las causas de esta rémora identificadas por el diario norteamericano. La principal, la falta de inversiones en la última década como consecuencia de:

- factores macro: la crisis financiera que sufre la región, una extraordinaria fragmentación de mercado que ahora Bruselas pretende corregir y las trabas regulatorias en aras de una mayor competencia que perjudican, precisamente, al que tiene fondos para capital expenditure.

- y micro: debilidad de balance de las operadoras, sobrepagos pasados por espectro que exigen mayor periodo de amortización (el Reino Unido ingresó al cambio actual 25.000 millones de euros en subastas 3G en 2000 y ha percibido este año poco más de la décima parte por las 4G) o estrategias erradas de obtención y fidelización de la clientela que han puesto el foco en el lugar equivocado.

Ahora que en España se produce el aterrizaje del 4G, con la correspondiente fanfarria mediática de los primeros operadores–caso de Vodafone, Orange y Yoigo-, se impone la consideración de esta tecnología como estratégica desde las distintas instancias de la Administración. No en vano, forjar una competitividad estructural que nos permita lograr ventajas diferenciales permanentes con respecto a otros productores exige eficiencia energética, mano de obra cualificada o infraestructuras modernas, entre otros condicionantes. Pero también conocimiento y aplicación generalizada de progresos tecnológicos tan sustanciales como este.

En la medida en que la implantación del 4G se retrase, el diferencial de velocidad de redes con otros mercados será mayor, la capacidad de aprovechar el potencial de la nube menguará y nos veremos superados por aquellos que sí han hecho sus deberes. A la voluntad de desarrollo del sector privado se ha de unir el apoyo del público, llámese este tolerancia a la concentración, al compartir activos, a una mejor fiscalidad a la inversión o lo que sea.

Nos jugamos mucho en este envite.

Buen fin de semana a todos. 

Hace pocos días tuve ocasión de departir con el principal ejecutivo de una de las mayores compañías de telefonía con oficina en España. Estuvimos hablando un buen rato de un pasado de convergencia tarifaria hacia los estándares europeos y de un futuro social que inevitablemente va a girar, en términos personales y económicos, alrededor de los nuevos terminales móviles. Si no lo ha hecho ya.