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Guerra suicida y absurda de la banca por competir con los bonos
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Alberto Artero

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Guerra suicida y absurda de la banca por competir con los bonos

Da la impresión de que los bancos están decididos a cavarse su propia tumba. Ahora, su coste de 'funding' está por los suelos pero esa situación no va a durar eternamente y entonces…

Foto: Imagen de archivo de monedas de céntimos de euro. (Reuters)
Imagen de archivo de monedas de céntimos de euro. (Reuters)

Europa es un continente bancarizado.

En contra de lo que sucede en Estados Unidos, la banca domina la financiación empresarial pese a la mayor flexibilidad que, como regla general, ofrece el mercado de bonos a sus emisores.

Aunque el cierre del grifo crediticio con la crisis ha propiciado la aparición de alternativas que pretendían fragmentar el liderazgo de la banca, lo cierto es que el balance global le sigue siendo muy favorable. Los nuevos actores, caso del P2P (private to private), o la aparición denuevos mercados para pymes como el MARF, apenas han afectado al cuadro general.

Los bancos, pues, mandan.

Sin embargo, le han visto las orejas al lobo y, como el miedo es libre, están entrando en dinámicas peligrosas para proteger su negociado que, de algún modo, recuerdan a prácticas que les condujeron al abismo en los años anteriores al estallido del último gran fenómeno de inestabilidad financiera.

En efecto, el discurso es del responsable de las finanzas de una multinacional extranjera de las muy gordas con sede en España.

Mira, McCoy, el panorama ha cambiado radicalmente. Hace un par de años, no había banco que te prestara a más de tres años y los diferenciales eran abismales. Realmente no había voluntad de dar crédito, por mucho que presentaras unas cuentas saneadas.

Pues bien, ahora estamos en el punto opuesto. Los plazos se han alargado hasta cerca de diez años y los diferenciales se han situados de nuevo, al menos para nosotros, por debajo de los cien puntos básicos sobre unos tipos de referencia igualmente deprimidos.

Tenemos cola a nuestra puerta para cerrar operaciones.

Se huele la urgencia en muchas entidades por hacer nueva producción.

'Aunque suene surrealista, nueve años más tarde volvemos a la casilla de inicio, a una situación en la que no pedir dinero es de bobos'

Aunque suene surrealista, nueve años más tarde volvemos a la casilla de inicio, a una situación en la que no pedir dinero es de bobos.

Sin embargo, tampoco hay grandes oportunidades de inversión que tengan sentido económico a los precios actuales,por lo que todos estamos aprovechando esta ventana de ingente liquidez para refinanciarnos, liquidar operaciones antiguas y establecer nuevas sobre la base de tipos deprimidos.

Con una ventaja.Ahora las grandes corporaciones podemos poner en competencia a los oferentes no sólo entre ellos, sino en relación con las cotizaciones del mercado de bonos. Hasta esta semana en la que ha habido un repunte significativo del coste de financiación, esa espiral positiva era la alegría matutina de cualquier CFO.

Realmente, cuesta entender lo que está pasando.

Da la impresión de que los bancos están decididos, una vez más, a cavarse su propia tumba. Ahora su coste de 'funding' está por los suelos, pero esa situación no va a durar eternamente y entonces… Están condenando su margen por muchos años.

Ellos verán…

Se despide con una sonrisa.

Tiene razón mi interlocutor. No se entiende muy bien esta dinámica que, si bien afecta de momento a un grupo selecto de clientes, en la medida en la que se prolongue en el tiempo se irá extendiendo al resto de la clientela. No en vano, tenemos ya el ejemplo de lo que está sucediendo con el hipotecario, en el queel umbral de los 100 puntos básicos sobre Euribor vuelve a estar encima de la mesa sin grandes distingos.

Parece qeu buena parte de las cautelas que se establecieron durante los peores años de la crisis han sido demasiado pronto olvidadas

Buena parte de las cautelas que se establecieron durante los peores años de la crisis que estuvo a punto de llevarse por delante el sistema financiero internacional parecen demasiado pronto olvidadas gracias a la cooperación necesaria de unos bancos centrales que son causa y consecuencia de lo que está pasando con su acción monetaria, sus líneas de liquidez ligadas a nuevos préstamos o sus compras de activos financieros.

Hay que financiar, es el mensaje.

El problema de hacerlo a cualquier precio, en cualquier plazo, es que es receta segura para el desastre.

No aprenderán.

Buena semana a todos.

Europa es un continente bancarizado.

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