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29 páginas: el último legado de Botín, con aroma catalán, agita el Santander
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Alberto Artero

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29 páginas: el último legado de Botín, con aroma catalán, agita el Santander

"No hay mucha más cera que la que arde en su 'testamento', y cuando antes lo entendamos, mejor", parece imponerse como mensaje hacia arriba en el primer banco de España

Foto: Emilio Botín. (Reuters)
Emilio Botín. (Reuters)

Si les digo que Emilio Botín estuvo al pie del cañón hasta el segundo antes de morir, imagino que no se sorprenderá nadie.

Sin embargo pocos de ustedes son sabedores de qué ocupó buena parte de su actividad en sus últimos meses de vida, cuáles fueron sus prioridades el verano anterior a su fallecimiento el 10 de septiembre del año pasado.

Pues bien, una de sus obsesiones era Catalunya.

Y no tanto por la incierta deriva política de la región, donde no dudó en animar desde la sombra el nacimiento e impulso posterior de la Societat Civil Catalana como contrapeso al movimiento independentista.

Qué va.

Banquero nació y banquero murió.

Su preocupación principal era cómo ganar cuota en una región en la que la presencia del banco se situaba sustancialmente por debajo de la delresto de España y donde no conseguía los frutos deseados con sus sucesivas campañas e iniciativas.

Mejorar la presencia de Santander en la comunidad autónoma se convirtió para él en una prioridad que pensaba corregiría de un plumazo con una adjudicación, la de Catalunya Bank, que daba por descontada tras haber estado trabajando durante semanas en construir la ‘mejor oferta’.

De poco le sirvió.

Se quedó compuesto y sin novia a la puerta de iglesia viendo como BBVA le levantaba a la prometida con una propuesta que recordaba a las por él realizadas por otras firmas en dificultades en el pasado.

El FROB no me lo dio, FG me lo quitó.

Pese a todo no se arredró e inició una ronda acelerada de consultas con conocidos banqueros catalanes. Fruto de ellas fue un durísimo documento de 29 páginas en el que se describía con extraordinaria crudeza la endeble realidad de esa territorial y se fijaba una hoja de ruta para mejorarla.Como colofón, incluíauna serie de recomendaciones de producto tanto de activo como de pasivo que habrían de actuar como gancho para atraer y presentar a los clientes actuales y potenciales el ‘nuevo banco’.

Pese a que el presidente se removió en su silla al conocerlo -pocas veces le habían puesto delante con tanta claridad las vergüenzas comerciales de su entidad- su veredicto final fue pulgar arriba.

"Hágase".

Cuando ya se habían producido los primeros fichajes -caso del nuevo responsable de zona al que trajeron del propio Catalunya Bank-tuvo lugar el súbito óbito de don Emilio. Como no podía ser de otra manera, la incertidumbre se adueñó del proyecto. Una situación que pronto se encargaría de resolver su hija Ana Patricia por la vía rápida.

"De lo hablado con mi padre, nada de nada". Equipo desmantelado y a otra cosa butterfly.

O, mejor dicho, casi nada.

En efecto, el plan se convirtió en papel mojado pero se rescató de él la conocida campaña de extra remuneración del pasivo local por todos conocida. Una iniciativa a priori exitosa que, no obstante y según comenta gente conocedora del desempeño del Santander en la región, al no venir acompañado del cambio cultural que los expertos exigían, puede quedar en una experiencia fallida o, al menos, insuficiente.

Es lo que tiene comenzar la casa por el tejado.

No en vano, en el análisis se apuntaba la falta de fidelización del cliente retail catalán como uno de los puntos críticos de mejora.

Sea como fuere, pocos son los elegidos que conocen este estudio de apenas tres decenas de hojas dentro de la compañía.Algo no tan inusual dado el modo presidencialista de gestión del antiguo primer ejecutivo. De inicio él, su entonces consejero delegado y algunos directores de área que comenzaban a recibir a comienzos de ese mes de septiembre instrucciones bien directas o indirectas, por medio de personas de la máxima confianza de Botín. Luego, sus herederos en los distintos cargos de responsabilidad.

Un círculo bastante cerrado, en cualquier caso.

Pero la persistencia del problema ha provocado que se haya renovado el interés por el informe desde la cúpula. Parte del nuevo equipo gestor se está convenciendo con el paso de los meses de la solidez del documento y en la falta de alternativas sensatas respecto a lo que ahí se plantea. "No hay mucha más cera que la que arde en el 'testamento' del jefe, y cuando antes lo entendamos, mejor", parece imponerse en el seno del banco como mensaje hacia arriba.

No sería la primera vez que donde dijo digo, Santander diga Diego.

Basta recordar alguna que otra OPV de ida y vuelta, maximización del precio en la venta y aprovechamiento de su desplome en la recompra. Si eso se hace con ‘diurnidad’ y alevosía ante el universo inversor, no parece que haya mucho obstáculo para impedir que un cambio de criterio de carácter meramente interno termine porproducirse, más allá de los egos de unos y otros que son los que mueven el mundo.

Veremos a ver.

El último legado de Emilio Botín persigue por la vía de los hechos a sus sucesores.

¿Se cumplirá su última voluntad?

Buena semana a todos.

Si les digo que Emilio Botín estuvo al pie del cañón hasta el segundo antes de morir, imagino que no se sorprenderá nadie.

Santander Ana Patricia Botín