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Oh, sorpresa: y al noveno mes, Ana Botín quiso ser como FG
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Alberto Artero

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Oh, sorpresa: y al noveno mes, Ana Botín quiso ser como FG

Nueve meses más tarde, entre los objetivos del nuevo Santander está el parecerse a su competidor, voz que ha clamado en el desierto tecnológico durante años con escaso éxito

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Botín. (Reuters)
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín. (Reuters)

El pasado 10 de septiembreaterrizó forzosamente en la presidencia del Santander Ana Botín –lo de Patricia ha quedado en el baúl de los recuerdos, uh, uh, uh, no vaya a ser que elorigen romano del nombresirva a alguien como excusa para remover las aguas de su peculiar designación, tan censurada allende nuestras fronteras–.

Desde entonces, los cambios en el seno de la entidad han sido constantes. Del consejero delegado para abajo, toda la organización se ha visto sacudida por una pléyadede designacionesque buscan adecuar la estructura y el organigrama del banco al modo de entender el negocio financiero de su primera ejecutiva, empeñada en romper lazos con el pasado a la mayor celeridad posible. Sus razones tendrá.

Ya a comienzos de julio se filtró que Santander había llegado a un acuerdo con la firma de pagos a través del móvil Monitise

Pues bien, entre tanta vorágine han pasado desapercibidas una serie de iniciativas menores que, sin embargo, permiten entender qué es lo que preocupa a la primogénita de don Emilio. De ellas se ha hecho eco en sucesivas entregas Business Insider y sorprende la poca repercusión que han tenido dentro de nuestras fronteras.

¿A qué nos estamos refiriendo?

Ya a comienzos de julio se filtró que Santander había llegado a un acuerdo con la firma de pagos a través del móvil Monitise –cuyo comportamiento bursátil a la fecha del convenio era para salir corriendo–para crear e invertir en start-ups del segmento fintech, esto es: tecnología aplicada a ofrecer soluciones financieras disruptivas. Su aportación inicial en la joint-venture al 50% se limitaba a 15 millones de dólares y era adicional al fondo de 100 kilos que ya había establecido el año anterior con la misma finalidad.

Hace un par de meses explicamos de la mano de The Economist, el porqué del interés y éxito en y de este tipo de compañías, las razones de su proliferación, la amenaza que suponen para el negocio tradicional y las opciones que tienela industria para defenderse. Señalamos entonces que su importancia era tal que había llevado a afirmar a Jamie Dimon, el CEO de J.P. Morgan, en la última Memoria Anual de su firma: "(Hey, mates!) Silicon Valley is coming".

Cuidadín.

No en vano, el autor de la pieza del BI la titula malévolamente y de forma un tanto exagerada“Santander just launched a fintech fund to stop start-ups from eating it”, es decir: si no puedes con tu enemigo, únete a él, primo de Zumosol.

Ha llevado a 200 ejecutivos a un programa en el que estaban obligados a crear y ‘vender’ a potenciales inversores una fintech en el plazo de 24 horas

Sin embargo, el interés por conectar con esta nueva realidad por parte de Ana Botín –uh, uh, uh–no se ha detenido en el ámbitooperativo, sino que va más allá. En la certeza de que, sin un cambio de mentalidad de su equipo directivo que permita importar y desarrollar nuevas iniciativas en el ámbito de la tecnología y la desintermediación, cualquier aventura que se inicie será apreciada como una amenaza y no como oportunidad por quienes han de ejecutarla, ni corta ni perezosa ha llevado a 200 ejecutivos a un programa en el que estaban obligados a crear y ‘vender’ a potenciales inversores una fintech en el plazo de 24 horas. Lo ha hecho de la mano de Level39.

¿Objetivo principal? Apertura de mente y conexión con el entorno digital, en palabras del organizador –que después de esta confesión pública me da que se ha quedado sin negocio futuro, al menos por esta parte–.

¿Qué les parece?

Interesante.

Resulta que unos cardan la lana y otros se llevan la fama. O viceversa. Si FG ha encumbrado a Carlos Torres a la cúpula del BBVA con objeto de hacer de la compañía “el mejor banco universal de la era digital”, la presidenta de Santander le sigue los pasos de una manera mucho menos estruendosa. Pero los movimientos de ambos coinciden, por sus hechos los conoceréis. Y las estrategias, probablemente, también.

Nueve meses más tarde, resulta que, entre los objetivos de la nueva etapa del primer banco de España está el parecerse a su competidor, voz que ha clamado en el desierto tecnológico durante años con escaso éxito y menores concreciones.

¡Oh, sorpresa!

O no tanto.

Y es quela verdaderatragedia para ambosesque no hay otro camino posible… Veremos más, mucho más ante lo que ha dejado de ser una mera amenaza y se ha convertido en peligrosa realidad tras la entrada de algunos gigantes de la tecnología.

Buen fin de semana a tutti frutti (de dos bolas, por favor).

El pasado 10 de septiembreaterrizó forzosamente en la presidencia del Santander Ana Botín –lo de Patricia ha quedado en el baúl de los recuerdos, uh, uh, uh, no vaya a ser que elorigen romano del nombresirva a alguien como excusa para remover las aguas de su peculiar designación, tan censurada allende nuestras fronteras–.

Ana Patricia Botín The Economist