Es noticia
España se radicaliza a la espera de la sopa boba que no llegará
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

España se radicaliza a la espera de la sopa boba que no llegará

El 20-D refleja una radicalización de la política española que encuentra su reflejo también en el ámbito económico. Sin embargo, la sangre no llegará al río

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)

Es indudable adónde ha ido pararel voto de buena parte de los indecisos que reflejaban las encuestas. Nos ha faltado a la mayoría visión política de la jugada. Es evidente que el que menos tiene decidido qué formación elegir es el menos predispuesto también a ir a votar, lo que coincide las más de las veces con descreídos y alejados del sistema. Caladero natural de Podemos, que el equipo de Pablo Iglesias ha sabido rentabilizar con una campaña casi perfecta para sus intereses.

Lo que refleja el panorama que ha salido de las elecciones de este domingo es una España más radical, en que los insultos de Pedro Sánchez no le han pasado más factura que la que ya llevaba acumulada antes el debate en que los profirió, en que el puñetazo a Mariano Rajoy apenas ha despertado simpatía electoral entre unos votantes a los que estas cosas antes conmovían, y en que la moderación prometida por elCiudadanos de AlbertRivera se ha quedado en tierra de nadie, debido a una indefinición ideológica que ha ahuyentado a simpatizantes provenientes del PP y no ha convencido a los que podrían llegar desde el PSOE.

El resultado del 20-D no es si no el culmen de un proceso de degeneración por el que el adversario político y lo que representa no solo no es merecedor de respeto sino que es atacado y vilipendiado en una suerte de guerracivilismo impropio de las democracias más maduras. Ay, Transición, Transición, esfuerzo colectivo, quén te ha visto y quién te ve.Importa más romper que construir, prima más cortar que tender puentes, preocupa más denostar que conciliar. El expresidente deja un país cainita, bronco, a la gresca en el que el exabrupto prima sobre el discurso y la verborrea acusadora sobre la argumentación lógica. Y el pueblolo acepta, aplaude y vota.

Es evidente que tal radicalización tiene también su reflejo en el ámbito de las propuestas económicas. Las 'fuerzas de izquierda', como se las ha dado en llamar, han podido prometer y han prometido en este ámbito el oro y el moro a quienes les dieran su papeleta. Hacerlo, como saben, es gratis. Sus iniciativas van desde la socialdemocracia más rancia que proponen los socialistas, fuente histórica de pobreza, hasta la peligrosa ingenuidad de aquellos que piensan que la riqueza surge de la nada, como un manantial, y su deber es solo repartirla a la vez que ahogan sus fuentes, círculos de Podemos. Ya es Navidad permanente en El Corte Inglés.

Es probable que la ingobernabilidad traiga incertidumbre y esta desconfianza, fugas de capitales, paralización económica y repuntes en el desempleo

Sin embargo, no merece la pena hacer mucho caso a sus dislates.

Por varios motivos. El primero de ellos es que España es cada vez menos española en esta materia. La pertenencia a una moneda única, con las exigencias que la misma lleva aparejadas en términos de capacidad de acción y buen gobierno, impedirán a los radicales campar a sus anchas por la regulación. El déficit es el déficit, se siente, amigos. Ocurre además, en segundo lugar, que somos una nación endeudada hasta las trancas en que el poder descansa menos en el deudor cuanto en unos acreedores que no se andan con bromas a la hora de exigir lo que se les debe. Por último, en el ámbito de la política económica, queda solo la fiscalidadpero es jugar con fuego, secar el oasis,especialmente si llega a convertirse en (aún más) confiscatoria. No hay, por tanto, mucho margen.

Siento decirles, pues, que la sopa boba que ha movido el voto de unas cuantas generaciones educadas en derechos y no en obligaciones, en la ley del mínimo esfuerzo y en la censura de quienes se enriquecen gracias a él, en la igualación por abajo y la condena de la meritocracia, no va a llegar. Es mucho más probable, a día de hoy, que la ingobernabilidad traiga incertidumbre, y esta desconfianza, fugas de capitales, paralización económica y nuevos repuntes en el desempleo y la precariedad. Es lo que hay. Este país pide a gritos una segunda vuelta, reforma que, por cierto, solo podía haber acometido Rajoy. Pero, ya saben, como dijera con motivo del debate a cuatro, "demasiado lío, ¿no?".

Pues eso, en el pecado lleva la penitencia.

FelizPascuadel Nacimiento del Salvador.

Es indudable adónde ha ido pararel voto de buena parte de los indecisos que reflejaban las encuestas. Nos ha faltado a la mayoría visión política de la jugada. Es evidente que el que menos tiene decidido qué formación elegir es el menos predispuesto también a ir a votar, lo que coincide las más de las veces con descreídos y alejados del sistema. Caladero natural de Podemos, que el equipo de Pablo Iglesias ha sabido rentabilizar con una campaña casi perfecta para sus intereses.

Mariano Rajoy