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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Límites de velocidad ¿para qué?

Imagínese que usted es el responsable de carreteras de una demarcación y que en su zona de responsabilidad hay un tramo peligroso, por ejemplo una bajada

Imagínese que usted es el responsable de carreteras de una demarcación y que en su zona de responsabilidad hay un tramo peligroso, por ejemplo una bajada pronunciada de un puerto. Lógicamente, hay una cuestión objetiva y es que es importante que todos los usuarios reduzcan la velocidad en ese tramo para reducir riesgos.

Si usted fuera responsable de ese tramo de carretera, se viera en esa situación y se le presentan dos alternativas, me gustaría que pensara cuál sería la que utilizaría, siempre por el bien de todos los usuarios de la carretera.

La primera alternativa es poner varias señales diferentes. El punto de partida de la carretera, una autovía de una de las carreteras radiales, es una limitación genérica de 120 km/h. Se pueden poner varias señales bien grandes, incluso con algún sistema de aviso mediante luces destelleantes, para reducir la velocidad primero a 100 km/h y más tarde, con nuevas señales  a 80 km/h. Unas indicaciones bien visibles que hagan que todos los conductores que transitan por la zona se den cuenta de que se trata de una zona peligrosa.

Ahora viene la otra alternativa. Y les repito que se trata  de una carretera de primer orden con calzada desdoblada y dos o tres carriles de circulación en cada sentido. La opción es poner una señal lo más pequeña posible directamente con una limitación de 80 km/h para que los conductores no se den cuenta de que hay ese peligro… y 500 metros después un radar perfectamente bien camuflado para “cazar” a todo el que no se ha dado cuenta de esa señal.

En Inglaterra, o Alemania, o Francia cuando se aplica una limitación de velocidad específica e inferior a los valores normales se anuncia de forma muy clara, con muchas señales, incluso con conos en el suelo, etcétera. Pero en España no ocurre así, porque lo que se busca es hacer caja de la manera más rápida posible.

Se habla mucho de las autopistas alemanas que al menos de momento no tienen límite de velocidad genérico. Pero también hay que tener en cuenta que cuando existe un peligro puntual en una de ellas, se avisa de forma muy llamativa para reducir el peligro. Y ojo, el que se salta un límite de velocidad lo paga muy caro.

En los últimos meses se ha reducido de manera notable la circulación por nuestras carreteras, y eso hace que la recaudación por multas lo haya hecho en igual medida. Por ello, los organismos recaudadores (o quizá debería llamarlos sancionadores) están trabajando y apurando los márgenes hasta el mínimo.

En una vía de circunvalación de gran capacidad como la M30 de Madrid, en la que la velocidad está limitada a 70 km/h, tengo varios conocidos que han sido sancionados por hacerlo a 74 km/h.

Hace años a uno le daban un margen de error de un 10%, pero ahora uno ya no tiene derecho ni siquiera a un pequeño error. Y por eso todos los conductores circulan por debajo de los 70, e incluso de los 60 km/h para evitar peligros. Con la crisis que tenemos encima cualquiera se juega una multa.

Por cierto, para la pregunta que les hacía al comienzo puede servir un ejemplo. La salida de Madrid hacia el norte por la carretera Nacional 1. Se trata de la bajada del Puerto de Somosierra. Y la situación se repite en ambos sentidos.

En los dos casos hay una señal de 80, del tamaño más pequeño y menos visible que se puede poner y a continuación, a mano izquierda, el temible radar. El principal peligro de este tramo de carretera es precisamente la presencia del radar, con los frenazos de última hora del conductor que lo ve a destiempo, los camiones machacando sus frenos y, por supuesto, las multas imparables.

Imagínese que usted es el responsable de carreteras de una demarcación y que en su zona de responsabilidad hay un tramo peligroso, por ejemplo una bajada pronunciada de un puerto. Lógicamente, hay una cuestión objetiva y es que es importante que todos los usuarios reduzcan la velocidad en ese tramo para reducir riesgos.