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Salvar vidas no es caro, según la DGT
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Salvar vidas no es caro, según la DGT

En su último número la revista Tráfico y Seguridad Vial, que edita la Dirección General de Tráfico, parece que este organismo ha dado con la piedra

En su último número la revista Tráfico y Seguridad Vial, que edita la Dirección General de Tráfico, parece que este organismo ha dado con la piedra filosofal, al comentar que no es caro salvar vidas. Y lo hace en base a un artículo sobre cómo con reducir la velocidad a 80 km/h y poner una raya continua en un tramo de 30 kilómetros se ha conseguido reducir las víctimas en un 70%.

Tengo que decir antes que nada que la revista de la DGT es una buena revista, en la que trabajan buenos profesionales que saben lo que hacen, pero que por encima de todo están a las órdenes de su director general, que es el que impone el criterio informativo de la publicación.

Y dicho esto, déjenme que les hable un poco más del asunto. Carretera N-232 entre las localidades aragonesas de Figueruelas y Mallén, un tramo muy peligroso en el que en 2007 se produjeron 129 accidentes, en los que perdieron la vida 10 personas. En diciembre de 2008 la Comisión de Seguridad Vial de Aragón decidió imponer en ese tramo una velocidad máxima de 80 km/h y que en ese recorrido completo de 30 kilómetros hubiera una raya continua que prohibiera adelantar.

Y con eso, según la revista de la DGT, parece que el problema se soluciona. Es, además una forma muy poco costosa de solucionarlo, solo unos cuantos cientos, o miles, de botes de pintura blanca y algunas señales de limitación para recordar el 80 km/h. Y hasta es una solución ecológica porque los coches al ir más despacio emitirán menos contaminantes. Las pruebas son claras, de 129 accidentes se ha pasado a 38 y las víctimas se han reducido de 10 a 3.

Quizá es el camino, la prohibición. Solo hay que pensar qué es lo que se quiere reducir y se reduce drásticamente. Que aumentan los accidentes de motos, pues se prohíben las ventas de motos y las que quedan se limitan drásticamente mediante multas. Que hay atropellos en las ciudades, pues solo hay que prohibir los coches en las ciudades, o prohibir los peatones en las ciudades, que sería otra medida a tener en cuenta por Navarro.

Si una carretera tiene un problema grave habrá que pensar qué es lo que pasa realmente en esa carretera, en qué tramos, si tiene mucho tráfico o poco, si conviene hacer algún desdoblamiento, o si los cruces hay que señalizarlos de otra manera. Revisar si las señales de permitido adelantar están bien situadas o con los árboles se ha perdido visibilidad, estudiar algún límite puntual de velocidad en alguna curva.

Pero no, la solución a todos los problemas de esta carretera conflictiva es una raya continua, un 80 km/h y los que tengan que circular por esa carretera 30 kilómetros detrás de un camión…pues a aguantarse.  

Sinceramente creo que con lo que nos cuestan los políticos deberíamos poder exigir que sean un poco más serios, o más trabajadores, o que tengan más ideas pero de las buenas.

No pensaba volverles a hablar de la DGT y de Pere Navarro, pero es que cada cosa nueva que se sabe de esa dirección general hace obligado hablar de ellos. Ahora ha sido el artículo en el último número de la revista Tráfico. Hace unos días El Confidencial publicaba el testimonio de un ex agente de la DGT que contaba muchas cosas que demuestran que lo único que falla en la DGT es su director general y su forma de solucionar los problemas del tráfico. Ya saben, más radares, más multas. Y ahora, de verdad, les prometo que voy a intentar no volver a hablarles nunca más de este personaje.    

En su último número la revista Tráfico y Seguridad Vial, que edita la Dirección General de Tráfico, parece que este organismo ha dado con la piedra filosofal, al comentar que no es caro salvar vidas. Y lo hace en base a un artículo sobre cómo con reducir la velocidad a 80 km/h y poner una raya continua en un tramo de 30 kilómetros se ha conseguido reducir las víctimas en un 70%.