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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La industria española en peligro

Las ventas de coches en España siguen bajando y parece que, al ritmo que vamos, nunca van a llegar a dejar de caer. En febrero se

Las ventas de coches en España siguen bajando y parece que, al ritmo que vamos, nunca van a llegar a dejar de caer. En febrero se ha vuelto a producir un descenso que en esta ocasión ha sido de un 2% con respecto a las cifras, malísimas, de 2011. Si este ritmo se mantiene la previsión es que este año cierren otros 500 concesionarios y más de 3.000 personas relacionadas con el mundo de la distribución perderán su trabajo.

Estas cifras son malas, sin duda, pero creo que hay una cosa todavía mucho peor y es la repercusión que sobre la industria automovilística pueden tener estas cifras tan negativas del mercado español.

En 2011 la industria del automóvil instalada en España ha logrado batir un nuevo record, muy importante, situándose en segunda posición europea en producción de coches. Tan solo Alemania ha superado los casi 2,4 millones de vehículos que se han fabricado en España. Pero tanto Francia, como Italia e incluso Reino Unido se han situado por debajo de esta cifra. Y otro dato más, España es desde hace años el primer fabricante europeo de vehículos industriales.

Europa tiene en estos momentos un grave problema de sobrecapacidad de producción instalada en territorio comunitario. Es decir, que todas las fábricas no pueden funcionar a tope de su capacidad porque sobrarían muchos coches cada año.

Y ese es el grave problema con el que tiene que luchar ahora España. Si  nuestro mercado tuviera unas buenas cifras de ventas los fabricantes, todos ellos extranjeros instalados en España, aguantarían con las fábricas españolas a tope de su capacidad, pero este no es el caso. Ahora que los principales mercados europeos están evolucionando a la baja y sobran coches, las fábricas tienen que reducir su ritmo de producción.

Y la pregunta que yo me hago es si los franceses van a aceptar que sus fábricas de marcas francesas reduzcan su ritmo de producción y echen trabajadores a la calle para que las fábricas españolas sigan a tope y generando, o al menos manteniendo el empleo. Y lo mismo con los fabricantes alemanes, como es el caso de Opel y Ford, que aunque filiales europeas de multinacionales norteamericanas, se pueden asimilar con empresas europeas.

En los últimos días se ha anunciado el acuerdo entre General Motors y el grupo PSA en el que se trata de dejar de perder dinero y de optimizar los recursos para volver al buen camino. Y no les tengo que recordar que tanto Peugeot como Citroën y Opel, los tres grandes fabricantes que atraviesan ahora problemas, también tienen plantas instaladas en España.

España atraviesa una situación económica muy mala, cada día hay nuevas informaciones que nos sitúan cada vez peor, pero el balance del sector del automóvil es bueno hasta ahora porque en 2011 se han exportado más de 2.100.000 vehículos. Eso, unido a la caída de ventas de coches de importación, ha permitido reducir drásticamente el déficit exterior. Y ese es uno de los pocos datos positivos de la economía española en los últimos años.

Las fábricas españolas han logrado un muy buen nivel de competitividad y por eso los fabricantes extranjeros apuestan por las plantas españolas, pero lo que no sé es por cuánto tiempo van a poder aguantar la presión de los sindicatos alemanes o franceses, mucho  más potentes y serios que los españoles, para mantener el empleo en Francia o Alemania y no hacerlo en España.

Además, los fabricantes europeos se enfrentan a otra situación complicada y es que poco a poco el “pastel” del mercado europeo está cada vez más repartido fuera de Europa. Hoy en día existen plantas de producción muy eficientes de Nissan o de Toyota en territorio europeo.

Pero es que las marcas coreanas Kia y Hyundai ya tienen una eficiente fábrica en Eslovaquia y sus ventas en el territorio comunitario no hacen más que crecer y crecer, lo que hace que las marcas europeas pierdan cada día cuota de mercado. Y la pregunta es ¿qué ocurrirá cuando los chinos empiecen se desembarco en Europa? Y ese temido desembarco ya ha comenzado discretamente en Bulgaria.       

Las ventas de coches en España siguen bajando y parece que, al ritmo que vamos, nunca van a llegar a dejar de caer. En febrero se ha vuelto a producir un descenso que en esta ocasión ha sido de un 2% con respecto a las cifras, malísimas, de 2011. Si este ritmo se mantiene la previsión es que este año cierren otros 500 concesionarios y más de 3.000 personas relacionadas con el mundo de la distribución perderán su trabajo.