Es noticia
¿Sobran fabricantes en Europa?
  1. Motor
  2. Automaníacos
Carlos Cancela

Automaníacos

Por
Carlos Cancela

¿Sobran fabricantes en Europa?

En los últimos meses se ha hecho cada vez más patente la crisis que atraviesa el sector del automóvil en Europa. Salvo Alemania, que sigue firme

En los últimos meses se ha hecho cada vez más patente la crisis que atraviesa el sector del automóvil en Europa. Salvo Alemania, que sigue firme en sus cifras e incluso las aumenta ligeramente, en el resto de los principales mercados europeos las ventas caen con fuerza. España, Francia o Italia son tres ejemplos claros de la situación.

Pero el principal problema no es que no se vendan coches que llegan de otros mercados, con la consiguiente reducción de impuestos para los gobiernos y el envejecimiento del parque. El problema es que los coches que se dejan de vender son los fabricados en Europa. No es un problema coyuntural por la crisis actual, sino que hay sobrecapacidad de producción instalada en Europa, desde hace años y con la crisis del mercado este exceso es mucho más notable.

La capacidad de producción instalada en Europa está por encima de los 17 millones de vehículos al año, pero ahora se venden menos de 13 millones. Y además una parte de esas unidades vendidas viene de fuera, de Japón o de Estados Unidos.

Marchionne, presidente del Grupo Fiat y actual presidente de la asociación de fabricantes europeos, ACEA, aboga por una reducción de la capacidad de producción asumida por todos los fabricantes. Y que esa reducción esté controlada de alguna manera por la propia Unión Europea. Vamos que si sobran 4 millones de coches cada año y hay 10 fabricantes, que cada uno reduzca 400.000 unidades de capacidad productiva. Más o menos ese es el argumento.

En el lado opuesto está Ferdinand Piech, presidente del Consejo de Vigilancia del grupo Volkswagen, que apuesta porque sobra un fabricante en Europa. Si llegara a caer este fabricante, se acercarían posturas entre capacidad de producción y mercado real.

Estas dos posturas enfrentadas son claras, mientras que los principales fabricantes europeos ven caer sus ventas mes tras mes, el grupo Volkswagen crece en torno a un 10% de manera constante. Por ello, que al grupo alemán le digan que tiene que cerrar alguna fábrica cuando producen lo que venden sin problemas, no tiene mucho sentido.

Desde hace años se viene hablando de que sobra un fabricante en Europa. El grupo Fiat, el grupo PSA, Opel, Ford o Renault, eso dejando fuera a Seat y al grupo Volkswagen, que no parecen tener ningún problema. Y por supuesto, lo mismo ocurre con los fabricantes de coches Premium, BMW, Mercedes, Jaguar o Land Rover, que parecen fuera de la crisis, en una especie de burbuja.

Cada uno de los grupos que supuestamente tienen problemas ha abordado la crisis de una u otra forma. El grupo Fiat ha adquirido el grupo Chrysler que integra también la marca Jeep. Con ello, ha ganado mucho en producto en distintos segmentos de mercado en los que antes no estaba presente y, sobre todo, ha ganado clientes potenciales, no solo en Europa sino en todo el mundo. Y fábricas en Estados Unidos con las que puede asumir algún cierre de planta en Europa.

En el caso del grupo Renault, ha puesto su objetivo en los coches eléctricos, que por ahora tienen poco éxito pero se prevé que experimenten un buen crecimiento en los próximos años. Una buena alternativa, pero también ha hecho un importante acuerdo con el grupo Daimler para el desarrollo conjunto de modelos y de motores con Mercedes. Y todo ello sin olvidar la marca Dacia que está consiguiendo muy buenas cifras por ser un coche ideal para los tiempos de crisis que vivimos.

Para el grupo PSA, la apuesta va más por ofrecer una gama muy amplia de modelos, cada vez más grande, incluyendo el lanzamiento de vehículos desarrollados y fabricados por otros fabricantes. Este es el caso de los Peugeot y Citroën eléctricos o de los todocamino, los 4007 y 4008 o el C-Crosser y el C4-Aircross, fabricados todos ellos por Mitsubishi. Una apuesta delicada, la de tener una gama muy amplia, porque la rentabilidad por modelo es cada vez menor.

También ha ampliado sus ventas en China y está desarrollado dos líneas diferenciadas, una la línea DS como vehículos más exclusivos, y en el caso de Peugeot una línea de coches baratos para mercados emergentes.

Opel es la división europea de General Motors. Tiene una gama interesante y bastante concentrada con modelos como el Corsa , el Astra y el Insignia que está logrando posicionarse muy bien en el mercado como alternativa a las berlinas Premium  alemanas. Y tiene el apoyo de otra marca del grupo, Chevrolet, que está creciendo de manera constante en las ventas en Europa, pese a las crisis. Y que podría ser una alternativa para seguir en Europa en el caso de cerrar Opel.

Igualmente en el caso de Ford la oferta de modelos es bastante ajustada, con el Fiesta, el Focus y el Mondeo como modelos estrella, que además ya se fabrican a nivel global por lo que las fábricas tienen una mayor flexibilidad de producción. Y cuenta con un modelo todocamino como el Kuga que desde su lanzamiento ha tenido muy buenas ventas y que ahora está en fase de lanzamiento una nueva generación del vehículo, más grande.                  

Si finalmente llega a caer un fabricante, ¿cuál será? La pregunta es muy delicada. Por un lado Opel, y Ford son solo filiales europeas de grandes multinacionales norteamericanas que podrían sobrevivir sin problemas e incluso mejorarían sus cuentas de resultados sin el lastre que supone en estos momentos para ellos Europa. El problema es que las dos tienen fábricas en España, la primera en Figueruelas y la segunda en Almussafes.

La otra alternativa es la del grupo PSA, que también tiene dos fábricas en España, Vigo y Madrid. A principios de este mes el grupo PSA se ha “caído” del selectivo índice francés de Bolsa, el CAC40, al reducir su capitalización bursátil.

En los últimos meses se ha hecho cada vez más patente la crisis que atraviesa el sector del automóvil en Europa. Salvo Alemania, que sigue firme en sus cifras e incluso las aumenta ligeramente, en el resto de los principales mercados europeos las ventas caen con fuerza. España, Francia o Italia son tres ejemplos claros de la situación.