Por la racionalización del automóvil

Termina el año 2012 que lamentablemente muestra el peor registro de ventas de coches de la historia de España, desde que se pusieron en marcha las estadísticas de matriculaciones, allá por el año 1989. El peor dato se estableció en el año 1993, cuando se matricularon 792.600 unidades.

Pero este registro se va a pulverizar este año cuando se marque una nueva cifra record en torno a las 700.000 unidades o solo ligeramente por encima. Y eso gracias a que el Plan PIVE puesto en marcha por el Gobierno en el mes de octubre va a permitir un repunte en el último mes y añadir otras 25.000 unidades a unas cuentas realmente raquíticas.

En España se han llegado a matricular cerca de 1.600.000 unidades en un año, una cifra sin duda exagerada para el potencial de España. Pero es que en el año 2005 y en esos años de bonanza económica se hicieron los mayores excesos en todos los sentidos y el sector del automóvil no fue una excepción.

Esta crisis va a traer, o mejor está trayendo, muchos problemas para el sector de automoción. Coches cada vez más viejos por la carretera, vehículos sin revisar, coches que circulan sin seguro y personas que miran por encima de todo por el consumo y que no comprenden que también hay que ir pendiente de la seguridad vial.

Pero también va a traer algo que creo que es importante y es que los propietarios pongan los pies en el suelo. Tras esos años de burbuja inmobiliaria en los que al entrar en el banco para pedir una hipoteca para una casa en la playa casi nos “regalaban” un BMW o un Porsche, ahora llega el momento de apretarse el cinturón.

No tenía sentido, en los buenos tiempos, la cantidad de Porsche Cayenne que se han vendido, o los Mercedes o BMW o Audi con motores V8, que son a todas luces una exageración para buena parte de los clientes. Cada vez se da menos, pero todavía se escucha a muchos usuarios de un automóvil hablar de que su coche “solo” tiene 250 caballos, que a ver si puede comprarse la nueva versión con 50 caballos más. Y lo peor es que eso es para circular a un máximo de 120 km/h, porque no se puede ir más deprisa en ningún sitio en España, salvo en un circuito.

Estos últimos años han sido de exageración en muchos sentidos. Yo entiendo perfectamente el concepto del deportivo de verdad, del Ferrari o el Lamborghini o el Porsche Turbo. Coches muy exclusivos para muy pocos clientes que se pueden permitir un capricho así, pero lo que no entiendo tan bien es el de una berlina “normal” pero con 560 caballos bajo su capó.

Hablo de vehículos del tipo del BMW Serie 5 o el Audi A6 Avant, o el Mercedes Clase E con motores V8  con doble turbocompresor y más de 500 caballos. Sobre todo porque son más potentes que el Porsche Turbo o el Ferrari 458 Italia, que representan la máxima deportividad. Y porque hablamos de unos consumos de 15, o 20, o más litros cada 100 kilómetros.

Y peor aún si hablamos de un vehículo de tipo todocamino, o incluso de un todoterreno con marchas reductoras y pensado para circular por el campo… pero con los mismos 500 caballos, o más, que es una exageración absurda se mire por donde se mire.

Esta crisis está haciendo que los clientes normales, los que son mayoría, miren ahora el coche que se van comprar no por su potencia o por su velocidad máxima sino más bien por su consumo de carburante. Y por eso en un momento en el que las ventas de coches caen continuamente empiezan a subir las de vehículos híbridos, que en general no ofrecen unas prestaciones exageradas pero que si permiten un ahorro de carburante.

Desgraciadamente yo creo que hay que olvidarse de carreteras vacías en las que poder disfrutar al volante de un deportivo y con pocos peligros. Ahora cada día hay más coches en las carreteras y para divertirse al volante cada vez es más necesario alquilar un circuito y darse unas vueltas.

Ahora, todos estamos metidos en la vorágine del tráfico, todos debemos cumplir las normas, todos debemos respetarnos unos a otros y tratar de hacer una conducción lo más segura posible, por nuestro bien y por el de los otros conductores. Y si lo hacemos así, también veremos como nuestro consumo se reduce. Y si hay que plantearse comprar un coche nuevo, en lugar de pensar en los caballos y su velocidad máxima, que casi siempre va estar por encima de los 200 km/h, mejor mirar el consumo.

El año que ahora comienza van a empezar a llegar al mercado los coches híbridos enchufables, que sin duda son una buena alternativa a los eléctricos que por el momento son inutilizables porque al acabarse las baterías el coche se queda tirado.

Con el híbrido enchufable, o con el vehículo de autonomía extendida (Opel Ampera y Chervolet Volt) podemos hacer los primeros 60 kilómetros con la electricidad recargada cada noche en el enchufe de casa y cuando se acabe, gastaremos gasolina pero no nos quedaremos tirados.   

Las ciudades son cada día más grandes y por eso hay mucha gente que hace a diario muchos kilómetros. Plantearse comprar un V8 o un vehículo de 250 CV, o un gran todoterreno para hacer todos los días 70 o 100 kilómetros por la M40 o M50 es no tiene mucho sentido.

Los fabricantes lo saben y por eso cada día está más cerca la conducción autónoma, sin excesos, sin superar los límites, sin acercarse en exceso al coche de delante, coches para garantizar los desplazamientos con el máximo de seguridad y el mínimo de consumo. Y el primer paso será el nuevo Mercedes Clase E que llegará en 2013.