El Gobierno apuesta por el automóvil

El pasado viernes, y desde Chile donde realiza un viaje oficial, Mariano Rajoy anunció la prórroga del Plan PIVE de ayuda a la compra de coches nuevos más eficientes. Una gran apuesta por el automóvil en su vertiente comercial. Una decisión importante para fortalecer un sector que según comentó hace algunas semanas  el ministro de Industria, José Manuel Soria, representa la segunda industria del país, tras el turismo.

El nuevo PIVE tiene una dotación económica del doble que el anterior, agotado el pasado 10 de enero. Si el primero fueron 75 millones de euros para realizar 75.000 operaciones, este nuevo supone 150 millones de euros, o lo que es lo mismo 150.000 operaciones sujetas a este plan de ayudas. Además, a estas ayudas se suman otros 40 millones de euros para un programa específico de ayudas a la compra de vehículos comerciales. Con ello, el ministro calcula que el plan estará vigente hasta final del verano.

Esta decisión es muy importante porque finalmente el Gobierno decide apoyar de alguna forma el crecimiento y no seguir reduciendo, como en los meses anteriores. También es importante porque en un momento en el que en el seno de la Unión Europea se estudia la necesidad de poner en marcha planes de ayuda a la compra de coches nuevos equivalentes a este PIVE, por una vez España es pionera.

El plan 2000E, el anterior programa de ayudas puesto en marcha por el Gobierno de Zapatero, fue una chapuza, estuvo mal gestionado, se perdieron una parte de las peticiones y casi todo lo pagaron directamente los concesionarios.  Ahora, el PIVE se gestiona perfectamente a través del IDAE, el instituto de diversificación energética, y todos los que quieren apuntarse a dicho plan lo pueden hacer fácilmente.  

El balance del pasado plan PIVE no puede ser mejor. La inversión del Gobierno ha sido de 75 millones de euros, y se han recuperado de impuestos directos por esas ventas 296 millones de euros. Además, el valor añadido bruto sobre la economía española aportado por el PIVE ha sido de 930 millones de euros.

Y por si todo esto fuera poco, se han creado 1.500 nuevos puestos de trabajo y se han mantenido otros 3.000 que se hubieran perdido de no ponerse en marcha este plan de reactivación en los distintos sectores, tanto comercialización, como distribución, componentes, aseguradoras, financieras y demás. Las financieras de marca han sustituido directamente a las de los bancos, que cada día han dejado menos dinero para comprar un coche. Por el contrario las financieras de marca han llegado a aceptar hasta el 85% de las operaciones solicitadas.

Todos estos datos son importantes y forman parte del estudio que ANFAC, la asociación nacional de fabricantes de automóviles, ha hecho en base a las operaciones del Plan PIVE realizadas. Hay otro dato importante, y es que según Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de dicha asociación, 26.000 operaciones de las 75.000 totales del PIVE, es decir más de un tercio del total, son coches que no se hubieran vendido si no hubiera existido este plan de ayudas.

El mundo de la automoción puede y debe ser un motor para la economía española. En los últimos meses ha habido muchas buenas noticias sobre inversiones para fabricar más coches en España, para aumentar el entramado productivo español y para crear empleo.

Conviene recordar que cuando una fábrica de coches crea 500 empleos, por ejemplo, para aumentar su producción con un nuevo modelo, por lo menos se crean otros tres puestos de trabajo por cada uno creado en la fábrica matriz en otras empresas de componentes de la zona. Y también hay más movimiento y más dinero en la zona, los bares tienen  más clientes, y se venden más periódicos y se gasta más gasolina, y se compran muebles y se adquiere más ropa. Y todo empieza a funcionar. Solo hace falta un motor para empezar a mover la economía, y ese motor puede ser el sector del automóvil.