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Alcohol y drogas, otro problema

La conducción de un vehículo de motor es una actividad de riesgo porque la persona que se sienta al volante debe analizar constantemente una serie de

La conducción de un vehículo de motor es una actividad de riesgo porque la persona que se sienta al volante debe analizar constantemente una serie de factores y tomar decisiones importantes en función de la circunstancias. Y además en la conducción están en peligro muchas vidas humanas.

La semana pasada les hablaba del problema, del grave problema, que la velocidad supone para la conducción. Pero no la velocidad en base a los límites que nos ponen en las carreteras, sino a la velocidad inadecuada. A principios de esta semana, la directora general de Tráfico, María Seguí ha añadido un nuevo problema, igualmente muy grave, a la conducción: el consumo de alcohol, drogas y psicofármacos.

Y es que según datos oficiales del Instituto Nacional de Toxicología, casi el 50% de los conductores fallecidos en un accidente de tráfico habían consumido drogas, o alcohol, o fármacos que dificultan la conducción.

Es un dato aterrador pero no lo son menos otros datos que incluye este informe, y que conviene analizar un poco más en detalle. Como el hecho de que de los 164 peatones fallecidos en un accidente, el 51,22% dio positivo en una de estas sustancias.

La evolución de conductores con positivo en estas sustancias que murieron en un accidente suben cada año. En 2008 fue el 40%, que pasó a ser del 41% en 2009, el 42,5 en 2010 y el 45% en 2011. Y la cifra de 2012 es de un 47,3%. Esta subida es lógica si tenemos en cuenta que cada vez se producen menos accidentes con víctimas en las carreteras españolas y demuestran de forma muy clara la incidencia que el alcohol o las drogas tienen en la siniestralidad.

Por ello, hay que conseguir concienciar a los conductores, pero no solo a ellos sino también a los peatones, a los ciclistas y todos los que tienen alguna relación con el tráfico, del peligro que supone la combinación de alcohol y conducción.

Estos datos del informe de Instituto de Toxicología también demuestran que poco a poco los jóvenes están cada día más concienciados de esta circunstancia y que ahora la edad media de los conductores fallecidos y que habían consumido alcohol o drogas está entre los 31 y los 40 años de edad.

Y otro dato importante, el 70% de los conductores muertos  que dieron positivo en estas pruebas presentó una tasa en sangre al realizar la autopsia superior a 1,2 gramos por litro, porcentaje que sube al 84% en el caso de los peatones atropellados.

Sin duda la clave es concienciar a la sociedad, inculcar unos valores que se cumplan siempre y que reduzcan drásticamente y de una vez por todas los accidentes de tráfico. Hay que conseguir que los ciudadanos respeten a los coches y a sus conductores y por supuesto que los conductores respeten también a los peatones, o a los ciclistas. Pero también que los ciclistas hagan lo mismo con los coches o los peatones. Que todos nos respetemos.

Yo creo que no se trata de multar y multar a los conductores y que el único objetivo sea cobrar las multas. Es habitual escuchar en una barra de un bar, “no a mí ponme una sin alcohol que los guardias se ponen a la salida del pueblo y me hacen soplar”. No, el argumento debe ser “voy a conducir, ponme una sin alcohol” o bien “yo tengo que conducir y no bebo nada de alcohol” pero eso haya o no guardias civiles para multarnos.

Y con la velocidad debería ser “hay que circular a 120 km/h, pues voy a 120, pero no voy a 120 porque delante hay un radar o porque en esa zona está el coche camuflado de la DGT, o porque en lo que va de mes ya me han puesto dos multas”.

Las normas están para cumplirlas, es obligatorio, pero además hay una cosa indiscutible: si todos las cumplimos se pueden evitar casi el 100% de los accidentes. Creo que es un hecho que el cinturón de seguridad salva vidas cuando se produce un accidente. Pues, según las estadísticas de la DGT, un 20% de los muertos en accidente de tráfico no llevaba puesto el cinturón y en bastantes casos si lo hubiera llevado probablemente no hubiera perdido la vida.

Hay que eliminar la desidia que rodea a los españoles en la conducción. Si no se cumplen los límites de velocidad, a parte de que en muchos casos son excesivos y hay demasiadas señales, sin duda,  es porque se pasa de ir pendiente, los pasos de cebra no se respetan porque se pasa de ir atentos a la conducción. Se conduce bebido, o drogado, porque se pasa y no se le da la gran importancia que tiene este hecho.

Los conductores, los peatones, los ciclistas y todos los ciudadanos debemos concienciarnos de la importancia de la seguridad vial. Y nuestros políticos deberían incluir una asignatura de Seguridad Vial en los colegios, pero desde párvulos. Sería una asignatura importante.

La conducción de un vehículo de motor es una actividad de riesgo porque la persona que se sienta al volante debe analizar constantemente una serie de factores y tomar decisiones importantes en función de la circunstancias. Y además en la conducción están en peligro muchas vidas humanas.