“La Roja” de la automoción

El mercado del automóvil en España lleva desde el año 2008 en una caída constante, que le ha situado incluso por debajo de las 700.000 unidades anuales, cuando se ha llegado a superar la barrera de 1,6 millones de vehículos hace solo unos años. Ahora, el Plan PIVE parece que puede asegurar que se alcance esa cifra de 700.000 unidades en 2013, pero sin duda con mucho esfuerzo.

La situación en Europa es también muy mala, y es que desde 2007 hasta ahora se ha perdido un 25% de las ventas europeas. Por hablar de cantidades más concretas, se ha pasado de casi 16 millones de vehículos a un entorno de 12 millones en lo que podría terminar este año. Es decir, que se han perdido casi 4 millones de unidades en un plazo de solo cinco años.

La situación de los fabricantes europeos es aún peor si cabe, porque en este plazo de tiempo los generalistas, las marcas francesas Citroën, Peugeot y Renault, o las americanas Ford y General Motors, o la italiana Fiat, han perdido aún más cuota de mercado que el propio descenso de las ventas. Tan solo se salva el grupo Volkswagen y sus marcas asociadas.

Opel ya ha puesto el cierre definitivo de su planta de Bochum, en Alemania, para el año 2015, como ya hicieran antes dos plantas de Ford en Inglaterra. Y otras factorías francesas e italianas están en el punto de mira ante posibles nuevos cierres.

La capacidad productiva europea es muy superior a la demanda, porque estaba planificada para un volumen de 16 millones de unidades y ahora con doce millones los números no salen. Además, se han instalado nuevas fábricas como la de Mercedes en Hungría o las del Grupo Hyundai en la República Checa y en Eslovaquia,  y otras, como es el caso de la de Nissan en Sunderland, sigue ampliando su capacidad de producción a diario y ya supera las 500.000 unidades anuales.

Pese a esta situación crítica, España está superando de momento con muy buenas notas el examen que supone cada día para las fábricas españolas su continuidad. Estas se ven fortalecidas con la asignación de nuevos modelos mientras que otras fábricas, incluso instaladas en el país de la propia marca, se cierran.

España está, sin duda, en el punto de mira de toda la industria automovilística. Se ha conseguido ganar varios enteros en productividad y en costes laborales mientras que en otros países, como es el caso de Francia, se está perdiendo en productividad cada día. Pero eso no significa que la batalla esté ganada.

Hay un dato escalofriante sobre la industria automovilística española, y es que el 90% de la producción de coches en España se exporta, y esta producción va dirigida casi en su totalidad hacia los mercados europeos. Si las ventas en Europa han bajado un 25% en los últimos años, y siguen bajando cada mes, cómo puede ser que la industria española vaya a fabricar más este año que el pasado. Es a costa de quitar producción a países como Francia, o Italia, o Inglaterra, o incluso Alemania.

La industria española del automóvil está muy fuerte en estos momentos tan delicados y parece que ha tomado el ejemplo de “La Roja”, la selección española de fútbol, que con Vicente del Bosque a la cabeza ha demostrado ser insuperable en los últimos años. Ahora algunos de nuestros países rivales, como Francia o Italia estudian cómo se están haciendo las cosas en España para tratar de ganar en productividad.