Volvo enseña a los niños

Volvo enseña a los niños

Últimamente les he hablado en varias ocasiones de la DGT y del escaso papel que juega en la educación vial. Seguro que hay colegios al que algún día ha asistido un agente de la Guardia Civil para enseñar algo a los niños, pero desgraciadamente no es nada frecuente. Entre cursos propios de formación y la tarea de cazar a conductores que circulan a 107 km/h por la M-40 con el radar móvil tienen poco tiempo para otras funciones, que también creo que son importantes de cara al futuro.

Por eso, esta semana me he llevado una grata sorpresa cuando una empresa privada, Volvo Car España, ha hecho la entrega de los premios de la Iniciativa Volvo. En ella, 2.500 alumnos de 5º y 6ª curso de Educación Primaria de colegios de la Comunidad de Madrid han tenido la oportunidad de ser por unos días ingenieros de Volvo en temas de seguridad vial.

Esta interesante iniciativa consistía en pensar ideas para poner en marcha nuevos sistemas de seguridad vial, pero no era para ingenieros expertos, sino para niños de entre 10 y 12 años. Las ideas han sido muy variopintas y algunas realmente geniales si tenemos en cuenta que se trata de niños de esa edad. Pero lo  más importante es que por un tiempo, un par de meses, se han puesto a pensar en seguridad vial.   

Pero lo más importante es que esos niños se han puesto por un momento en el papel del ingeniero de seguridad de Volvo o de cualquier otra marca fabricante de coches y por ello a pensar en cómo hacer más seguros los coches del futuro. Este tema es importante, porque los coches serán cada vez  más seguros, pero lo más importante es que esos niños ya tienen dentro de sí la idea de la seguridad vial.

Cuando se produce un accidente de tráfico, un mal llamado accidente de tráfico en el que el conductor del vehículo va sin cinturón de seguridad o con tres copitas de alcohol encima o usando el móvil o con los neumáticos mal revisados, en realidad no deberíamos hablar de que se trata de un accidente, sino más bien de una imprudencia o negligencia.

Pero no les hablo tontamente, más de 250 personas que murieron el año pasado en un accidente no llevaban el cinturón puesto. Y casi un 40% de los conductores involucrados en un accidente dieron positivo en el control de alcohol. Y otro tanto en el consumo de drogas. Y otras 650 personas fallecieron  por distracciones al volante, por usar el móvil o el navegador, etc… Y si hablamos de atropellos, la presencia del alcohol en las víctimas es realmente preocupante.

Es decir, que si una persona viaja en coche, con el cinturón puesto, a la velocidad adecuada, con el coche bien revisado, sin haber bebido alcohol o consumido drogas o pastillas que inhabilitan para la conducción, si guarda la distancia de seguridad y si además no se va despistando con el móvil o el navegador, las posibilidades de sufrir un accidente son realmente mínimas en España. Y eso es lo que tenemos que hacer todos cada día.    

Y de ahí la importancia que esta iniciativa de Volvo tiene porque ha servido para inculcar en un montón de chavales, que dentro de unos pocos años serán conductores, ese germen de seguridad vial. Ese punto de hacer bien las cosas al volante, de ir pendientes del coche y de las condiciones que rodean a la conducción en todo momento, respetar a los demás en la carretera.

La Seguridad Vial es clave para todos los ciudadanos. Hay un dato estremecedor, desde el año 1960 en España han muerto en accidente de tráfico más de 225.000 personas. Y en muchos de estos casos esas víctimas se han producido por errores humanos, por saltarse un semáforo, o un stop, o por adelantar con una raya continua, o por circular más deprisa de lo que se puede ir por una carretera, o por circular pegado al coche de delante o por tantas y tantas locuras que se hacen al volante cada día.

Yo me meto cada día con la DGT, porque creo que lo hacen mal centrando todo su trabajo en multar a los que pasan por un radar de una autovía a 133 km/h, por poner un límite de 80 km/h en un sitio en el que no hace falta tal limitación y detrás un coche camuflado con un radar. Yo preferiría que los agentes de la DGT estuvieran en los colegios poniendo en los niños ese germen de seguridad vial que Volvo ha puesto este curso en 2.500 chavales de la Comunidad de Madrid.

La educación  vial, como la educación en general, se debe inculcar en los niños desde pequeños. Es entonces cuando se pueden aprender unos valores, unas normas básicas de funcionamiento como las que hacen falta para ser un buen conductor, respetar a los demás, no intentar ser el más listo siempre, no pensar solo en adelantar a los demás, no creerse que uno va solo por la carretera, o que los límites son solo para los demás.

O dicho en otro orden de cosas, que no hay que pasar siempre el primero en una puerta, que hay que respetar a las personas mayores, que hay que ceder el asiento a una persona que lo necesita más que nosotros, que no hay que romper los cristales de una parada de autobús, que no hay que tirar los papeles al suelo, que no hay que ensuciar todo a nuestro paso. Vamos, educación.