Crece el superávit del automóvil

El sector del automóvil sigue marcando el camino de la recuperación en España. La balanza comercial de este sector tuvo un superávit en 2013 de 7.809,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 6,8 % con respecto al registrado un año antes. Y lo mismo ocurre si se analizan las cifras de exportaciones o las de producción de automóviles en España, que cerró el 2013 con un incremento del 10%.

Según los datos de Comercio Exterior elaborados por el Ministerio de Economía y Competividad, este saldo favorable, y su evolución, colocan a la industria automovilística de España como una de las actividades que han impulsado las exportaciones de la economía española. Y es que 2013 ha supuesto un nuevo récord para esta industria.

En este balance tan positivo para el sector, sin duda los protagonistas han sido los fabricantes de vehículos, que han logrado un superávit de 13.122,8 millones de euros. Esto supone un incremento de un 15,5 % con respecto a las cifras de 2012.

Lo más importante es que poco a poco los coches que se fabrican en España tienen cada vez un mayor valor añadido, lo que permite que esta balanza pueda crecer más que el número de unidades fabricadas. En el lado menos positivo destacar el déficit que arrastra la industria de componentes. En 2013, este sector registró un déficit en su balanza comercial de 5.313,3 millones de euros, lo que supuso un retroceso interanual del 31,1 %.

Pero este resultado no significa que la industria española de componentes no sea competitiva, sino que la llegada de nuevos modelos para su producción en España hace que parte de los componentes, algunos cada día más sofisticados, tengan que llegar desde fuera.

El valor exportador global de la industria automovilística cerró en 2013 con 33.549,3 millones de euros, el 9,7 % por encima del registro de 2012. De ellos, un 66% correspondió a los fabricantes de automóviles, mientras que el resto se debió a la industria de componentes.

Y eso significa que el 14,3 % del total de las exportaciones de las empresas españolas fueron del sector de automoción, un índice solo superado por los bienes de equipo y la alimentación y superando ya, aunque por un escaso margen, a la industria petroquímica.

Hay un dato que hace ser aún más optimista para la situación de este sector en el próximo año. Si la evolución durante todo el año 2013 fue positiva, en los últimos meses está fue aún mejor, debido sin duda al incremento de las ventas de coches en España. En diciembre el crecimiento fue espectacular con respecto a diciembre de 2012. El superávit de la balanza comercial ese último mes fue de 647 millones de euros con un incremento de un 50% con respecto a las cifras de 2012.

Todos estos datos elaborados por el ministerio de Economía demuestran de una forma muy clara que el sector de automoción se está posicionando como uno de los estandartes de la recuperación económica española. Esa recuperación que va a tardar aún mucho tiempo en llegar a los bolsillos de los ciudadanos, pero que ya parece dar sus resultados en las cifras de macroeconomía, las de exportaciones o de balanza comercial.

Pero todavía queda mucho por hacer, hay que consolidar estas cifras de producción y exportaciones y las fábricas españolas tienen que seguir creciendo, conseguir que nuevos modelos completen su capacidad de producción. Hay que mejorar aún más en competitividad.

De momento, se ha ganado mucho en este sentido gracias al esfuerzo de trabajadores, sindicatos y empresas fabricantes, que han llegado a unos acuerdos que en principio son muy interesantes para todos y que han permitido no solo mantener el empleo sino crear cerca de 5.000 nuevos puestos de trabajo directos el pasado año.

Pero hay algunos aspectos que deben seguir mejorando. Por ejemplo, en temas logísticos, que son fundamentales para este sector industrial. Una fábrica de coches es un gran rompecabezas al que llegan cada día millones de piezas diferentes y de la que salen cada día miles de coches terminados. Y esa llegada de componentes y salida de coches depende de una logística que debe estar optimizada. Y otro aspecto muy importante, que ya está empezando a crear problemas a esta industria, es el coste de la energía eléctrica.

Cuando una marca toma una decisión sobre si hacer un coche nuevo en una planta en España, o en Francia o en Turquía, se analizan los costes hasta el último céntimo de euro y se decide en función de ese precio de coste. Si en España cuesta 10.700 euros, por ejemplo y en Francia 10.500 euros, cuando acabe su ciclo de vida el sucesor se irá a Francia. Los costes de logística o de la energía están incluidos en el coste final.

Aunque el resultado de 2013 es muy bueno e indica hacia dónde debe encaminarse el futuro de esta industria, hace falta seguir trabajando muy duro. Se trata de conseguir la máxima competitividad en todo, en producción de vehículos, en logística, en componentes, en costes de energía. Esa combinación nos puede hacer imbatibles.