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Madrid prepara su gran concesionario del automóvil
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Madrid prepara su gran concesionario del automóvil

Se acabaron los tiempos en los que las cosas se organizaban sin importar el presupuesto. Aquellos años de principios del siglo XXI cuando parecía que el

Se acabaron los tiempos en los que las cosas se organizaban sin importar el presupuesto. Aquellos años de principios del siglo XXI cuando parecía que el dinero brotaba de debajo de las piedras. Todos los años pares, IFEMA organiza el Salón del Automóvil de Madrid en el mes de mayo. Pero en esta edición creo que las cosas se están haciendo muy bien, con los pies en el suelo, y en base a la situación económica real que nos toca vivir.

Cuando las cosas empezaron a pintar mal para el sector del automóvil, en 2008, con la primera caída significativa de ventas de coches, desde IFEMA empezaron a plantearse un cambio de filosofía con este salón. Primero fue una muestra solo para vehículos ecológicos, que tuvo muy poco éxito de visitantes y dos años más tarde un salón más pequeño, con los costes reducidos al máximo, que tampoco enganchó a los visitantes.

Ahora, para la edición 2014, hay un cambio radical en el planteamiento y es que el salón será comercial. Esto significa que el objetivo prioritario de esta edición, y por primera vez en su historia, es que los visitantes puedan comprar coches nuevos allí. Y de hecho no solo está abierto a las marcas fabricantes, sino también a los concesionarios, que son los que al final venden los coches y hacen su negocio con ello. Es decir que el Salón del Automóvil de Madrid será en esta edición un gran concesionario multimarca en las instalaciones de IFEMA entre el 20 y el 25 de mayo.

Sinceramente, creo que eso es lo que necesita el Salón del Automóvil de Madrid. Porque de esta forma, los fabricantes o sus redes de distribución se ven más interesados por participar y al menos parte de los costes de esa presencia en el salón se recupera de alguna forma.

Lo de antes, la verdad, era un poco absurdo. El coste de participar en un salón como este, y con unas buenas instalaciones como las que ofrece IFEMA, es muy elevado. Para una marca fabricante era un coste muy alto que no tenía un retorno claro. Había que estar porque los demás fabricantes estaban, pero a un precio muy caro y sin retorno. Y encima nadie podía comprar un coche y lo único que se hacía era dar imagen.

Este año, en un formato reducido con solo seis días de exposición, el Salón del Automóvil de Madrid puede funcionar muy bien. La situación del mercado está mejorando cada día, con un crecimiento acumulado en lo que va de año de un 11,8%, y creciendo. Además, poco a poco la economía empieza a apuntar signos de mejoría, al menos en cuanto a macroeconomía, aunque todavía no ha llegado esa mejoría a los bolsillos de los ciudadanos.

Para los ciudadanos también es un momento interesante, al menos para pensar en acercarse al salón donde se van a poder encontrar ofertas interesantes para comprar coches, porque los concesionarios van a querer cerrar allí el máximo de operaciones.

El sector del automóvil es muy importante en toda España, pero lo es aún mucho más en esta región. Madrid y su zona de influencia acaparó el 40% de las ventas de coches nuevos en España durante el pasado ejercicio. En un radio de 200 kilómetros alrededor de Madrid hay más de 12 millones de personas que son clientes potenciales, y la idea de montar durante una semana un gran concesionario del automóvil en IFEMA, en el que los visitantes puedan mirar, comparar, probar, elegir y comprar con unas condiciones muy ventajosas puede ser una muy buena alternativa.

El precio de la entrada será de 6 euros y los menores de 12 años gratis. Ya hay muchas actividades previstas, cursos de conducción, una exposición con lo mejor de Madrid Motor Days, habrá también motos disponibles, actividades deportivas, una zona específica para niños… lo dicho la fiesta del automóvil de Madrid.

La verdad es que para esta edición 2014, el Salón de Madrid pinta bien, y de hecho ya hay 15 marcas, o en algunos casos sus redes de concesionarios, que han firmado para estar allí. Y todavía no hay ni una sola marca que haya dicho que no va a asistir. Todas las que no han tomado aún la decisión se lo están pensando.

Las marcas que ya se han apuntado al salón son Hyundai, Jaguar y Land Rover a través de su red de concesionarios, Kia, Lexus, Mazda, Mercedes Benz, Nissan, Peugeot, Renault, Dacia, Smart, Suzuki, Toyota y Volvo. El todopoderoso grupo Volkswagen está en negociaciones y las otras marcas, como les digo, aún están tomando una decisión pero todavía hay mucho tiempo para decir que sí.

Las marcas que asistan no estarán solas, ya que también van a participar entidades financieras, compañías de seguros, compañías de renting y empresas de servicios en general. Vamos todo lo necesario para poder completar la compra de un vehículo allí mismo y poderse llevar los papeles del coche recién comprado. Sobre todo porque también va a tener su pabellón la DGT que se encargará de hacer la tramitación de los papeles del coche y demás.

Creo, sinceramente que para las personas que ahora empiezan a ver con un poco más de optimismo la situación real de la economía y de su situación particular, puede ser el momento ideal para darse una vuelta por las instalaciones de IFEMA, ver los coches nuevos que hay en el mercado y, si se deciden, hacer la operación.

IFEMA, el sector del automóvil, las redes de concesionarios y, en general, toda la economía necesitan que esta buena idea de un salón comercial del automóvil en Madrid funcione. Y los ciudadanos también, porque podrán comprar de manera cómoda y rápidasu coche nuevo, algo que llevan años queriendo hacer.

Se acabaron los tiempos en los que las cosas se organizaban sin importar el presupuesto. Aquellos años de principios del siglo XXI cuando parecía que el dinero brotaba de debajo de las piedras. Todos los años pares, IFEMA organiza el Salón del Automóvil de Madrid en el mes de mayo. Pero en esta edición creo que las cosas se están haciendo muy bien, con los pies en el suelo, y en base a la situación económica real que nos toca vivir.

Ifema