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Un grave problema en las carreteras
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Un grave problema en las carreteras

El pasado viernes comenzó la Operación Especial Semana Santa en las carreteras españolas en la que la Dirección General de Tráfico prevé 12,5 millones de desplazamientos,

El pasado viernes comenzó la Operación Especial Semana Santa en las carreteras españolas en la que la Dirección General de Tráfico prevé 12,5 millones de desplazamientos, pero esta operación llega en un momento realmente complicado. Por una parte el tiempo ha mejorado, lo que hará que se produzcan más desplazamientos de los previstos por carretera y también esa cierta mejoría de la economía que hace que se vislumbre al menos un poco más de optimismo, lo que lleva a salir con el coche. Pero las carreteras están en su peor momento de mantenimiento.

El anterior fin de semana han saltado todas las alarmas en relación con el tráfico por el fuerte incremento de los accidentes y por ello también de las víctimas en las carreteras españolas. 20 personas en total perdieron la vida en esos accidentes, incluyendo motoristas, ciclistas y peatones.

Llevamos varios años de notable mejoría en la siniestralidad en las carreteras españolas, pero propiciada no tanto, o al menos no solo por las medidas tomadas desde la Administración para mejorar la seguridad vial sino simplemente porque se han hecho menos desplazamientos y porque con la cantidad de radares que hay en las carreteras todo los conductores van más despacio. Y también porque los coches son mucho más seguros cada año.

Pero no se ha hecho nada, o al menos se ha hecho bastante menos de lo que habría que hacer para conseguir que las carreteras sean más seguras, para que todos cumplamos con las normas y que respetemos a los demás, la clave para tener una menor siniestralidad. Y por supuesto no se ha hecho nada en mejorar las carreteras ni tampoco en aumentar la seguridad vial en los colegios, por ejemplo.

El deterioro de la red viaria española es máximo. Según un exhaustivo estudio de la Asociación Española de la Carretera en el que se analiza su estado de mantenimiento, si en 2011 era necesaria una inversión de choque de 5.500 millones de euros para adecuar nuestras carreteras a las necesidades del momento, en 2014 esa inversión de choque llega ya hasta los 6.200 millones, y subiendo.

La pasada semana la DGT puso en marcha una campaña de control de velocidad en las carreteras secundarias, que se ha saldado con 30.000 conductores sancionados y unos cuantos llevados ante el juez.

Los conductores no cumplimos con nuestra parte de la ecuación para reducir la siniestralidad, Y esto es algo que debería ser clave para todos los ciudadanos. Cada día hay más sanciones, pese a que los bolsillos están ya a cero, y la DGT o el ministerio del Interior deberían replantearse cómo hacer para que se cumplan, por ejemplo, los límites de velocidad.

Lo primero que se debería hacer es poner unos límites creíbles y muy claros para los conductores. ¿Para qué vale llenar una carretera de señales con límites específicos en cada curva cuando nadie ve ni una sola señal? Cuando digo nadie me refiero, no solo a esos conductores que van a 200 km/h, no. Hablo del que va a sus 110 km/h, muy tranquilo y cumplidor por el carril del centro, ¡completamente solo, en una autovía de 3 carriles! Ese conductor que va pensando en sus cosas llegará a una señal de 100 km/h con un letrero de “ojo radar” en rojo, pero pasará a sus 110 km/h y pagará una multa.

En ese mismo sitio el coche de Policía o de la Guardia Civil, sin ninguna emergencia, pasará a sus 140 km/h que es su velocidad de crucero, pero el resto tenemos que ir a 120 km/h, luego a 100 porque parece que viene una curva de autovía, o a 90 km/h porque parece que hay un bache, luego a 120 km/h, después a 80 km/h porque hay una bajada con su radar, o a 100 km/h porque hay peligro de viento lateral…. hasta que al llegar a un sitio donde no hay nada más que una señal de 100 km/h nos pillará un radar.

Llevamos más de seis meses oyendo hablar de los 130 km/h (un verdadero timo que servirá para hacer más caja con los radares), de 120 km/h, de los 100 km/h de carreteras secundarias que van a bajar a 90 km/h con el nuevo reglamento. Y en ciudad, de los 50 km/h actuales y de las zonas de 20 y 30 km/h. También se habla cada día más de las bicicletas, de compartir con los ciclistas las calles de la ciudad. En el fondo parece que lo único que se busca es crear cierta confusión en el conductor, que no se sepa a qué velocidad hay que ir en cada sitio, lo que termina en una multa por exceso de velocidad.

Todo eso está muy bien, pero en el fondo, lo único que ocurre es que la Administración, ya sean las comunidades autónomas o el Gobierno Central, lo único que hacen es poner señales en las carreteras, reducir la velocidad máxima permitida y aumentar los radares por todas partes. Las carreteras están en un estado lamentable y cada día peor. Pues el único mantenimiento es para los radares, para que funcionen al máximo, y para el departamento de gestión de las multas de León, para cobrar el máximo de sanciones posible.

El tema de los ciclistas es un ejemplo muy claro de cómo funciona nuestra administración. En todo el mundo hay zonas específicas para las bicicletas, carriles, zonas limitadas y demás. En España todo lo que hacemos es poner una señal o pintar un carril de la calle con un 30 km/h y que los ciclistas vayan por ahí como puedan. Eso no es resolver el problema de los ciclistas, es simplemente hacer que cada día mueran más ciclistas en las calles o carreteras, y eso es inaceptable. Si quieren potenciar la bicicleta, que pongan carriles bici para que los ciclistas vayan seguros.

Cada día hay más atropellos, es una realidad que se puede constatar con las estadísticas de la DGT o con las de los ayuntamientos. La solución no es poner el tráfico a 10 km/h y un radar encima de cada farola. Si hay dos calles paralelas, pues una para peatones y otra para coches. Pero todos debemos cumplir con las normas, los peatones y ciclistas con las suyas y los conductores con las nuestras. Lo que no se puede hacer es que todos tengamos que ir a 10 km/h por todas las calles porque puede haber un peatón escribiendo un e-mail en el móvil y cruzando una calle sin mirar al mismo tiempo.

El ministerio de Fomento acaba de aprobar una ley, no se exactamente si es una ley, un real decreto o qué, para cambiar una serie de señales en las carreteras. Ahora se va a indicar en las carreteras cómo llegar a la capital de la provincia, se van a poner nuevas indicaciones en las señales de las estaciones de servicio para indicar la hora de apertura y de cierre.

Y se hará una nueva inversión para cambiar esas señales en concreto. Pero hay un 30% de señales caducadas según la Asociación Española de la Carretera, y esas no se van a tocar. También hay miles y miles de señales que sobran en nuestras carreteras. Es imposible que un conductor normal pueda asimilar la cantidad de información que ofrecen todas las señales.

El pasado viernes comenzó la Operación Especial Semana Santa en las carreteras españolas en la que la Dirección General de Tráfico prevé 12,5 millones de desplazamientos, pero esta operación llega en un momento realmente complicado. Por una parte el tiempo ha mejorado, lo que hará que se produzcan más desplazamientos de los previstos por carretera y también esa cierta mejoría de la economía que hace que se vislumbre al menos un poco más de optimismo, lo que lleva a salir con el coche. Pero las carreteras están en su peor momento de mantenimiento.

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