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Los conductores también somos culpables
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Los conductores también somos culpables

Llevamos muchos años en los que la siniestralidad en las carreteras españolas baja de manera constante, pero parece que ha llegado un momento complicado para esta

Llevamos muchos años en los que la siniestralidad en las carreteras españolas baja de manera constante, pero parece que ha llegado un momento complicado para esta lacra de la sociedad que son las personas que pierden la vida cada día en un accidente de tráfico.

Los meses de enero y febrero las cosas iban muy bien en este sentido, pero marzo ha cambiado la tendencia, los accidentes han aumentado y con ello también las víctimas mortales. Y la Operación Especial de Semana Santa, aún con datos provisionales, ya ha sido más trágica que la del 2013, que por cierto fue la mejor en este sentido desde 1959.

En esta columna les hablo con demasiada frecuencia de lo mal que están las carreteras por su escaso mantenimiento, de las señales mal puestas, de los límites de velocidad que no son los adecuados, de la mala política de la DGT o de la falta de interés por parte del Ministerio de Educación para hacer de la Seguridad Vial un tema prioritario en los colegios. Pero pocas veces les hablo de la parte que nos corresponde a los conductores, que también somos culpables de algunas cosas. Y en una buena parte de los accidentes.

En todos los países hay límites de velocidad, hay normas que los conductores tienen que cumplir y que en general se cumplen. No hay ni una sola ciudad del mundo en la que se pueda circular a más de 50 km/h o 60 km/h como máximo. Entonces no tiene ningún sentido que todos, en general, circulemos por la Castellana de Madrid o por la Diagonal de Barcelona, por ejemplo, a más de 70 km/h esquivando unos coches y otros. Y además, protestamos porque cada día ponen más radares para controlarnos.

Hay una norma, que es que el límite en ciudad es de 50 km/h y cualquier cosa que no sea cumplir con esa norma no vale. Otra cosa diferente es que Madrid, por ejemplo, para no gastar en hacer carriles bici pinte en el asfalto de las calles principales un 30 km/h y que haya que circular por una calle a dicha velocidad. Y ya se preparan zonas enteras de las ciudades con límites de 30 y hasta de 20 km/h.

Yo protesto cada día en esta columna porque la M40 en un tramo de 4 carriles tenga un 100 km/h de límite y que los coches de la Guardia Civil circulen a 140 km/h, porque me parece una vergüenza. Pero creo que también es malo que si hay un límite de 100 km/h todos circulemos a 120 km/h.

Alemania tiene un 19% de IVA y España es del 21%. ¿Y ustedes conocen alguna empresa que haga facturas con un IVA del 19% en lugar del 21% legal? Pues con la velocidad debería ocurrir lo mismo. Si hay un 100 km/h, pues se circula a 100 km/h. Pero todos sin excepción, también el coche de la Guardia Civil y el coche del Rey o el de Mariano Rajoy. Y si en las próximas elecciones hay un partido que ofrece subir el límite de velocidad en las carreteras, pues le votamos, si queremos que suba ese límite.

El conductor se debe olvidar de que todo se lo den hecho y debe ir pendiente de la carretera. Si el asfalto está mal, tiene que adecuar su velocidad al estado del suelo, si no hay una buena señalización debe ajustar la velocidad a la que le permita ver lo que hay en la carretera y si se tarda más pues se intenta salir antes para llegar a tiempo. Otra cosa es que, luego, proteste por ello, que tiene todo el derecho.

Las carreteras secundarias son las que aglutinan la mayor parte de los accidentes, cerca del 80%. En estas vías cuando hay que hacer un adelantamiento hay que mirar, decidir si se puede o no adelantar y tratar de hacer una maniobra segura siempre. No vale decir que una señal me permite adelantar y que cuando salgo viene un coche. O que hay una señal de permitido pero aunque no hay buena visibilidad yo adelanto.

Las señales de tráfico están para ayudar al conductor y es verdad que muchas veces no están bien puestas, pero solo son una ayuda. El conductor debe cerciorarse por sí mismo de que tiene sitio suficiente para hacer la maniobra con seguridad. Y si no lo ve claro, pues a esperar detrás del camión o del coche más lento. Más vale perder tres minutos en una carretera que dejarse la vida en ella por precipitarse.

La velocidad es un tema muy importante en este tipo de vías. En una semana de campaña de control de la velocidad en carreteras secundarias la DGT ha sancionado a más de 30.000 conductores. Y eso demuestra que aquí nadie cumple con las normas, que parece que están puestas para los otros.

El año pasado, en toda la Semana Santa se produjeron 26 víctimas mortales consecuencia de accidentes de tráfico en las carreteras. Este año va a ser una cifra mayor. Y los culpables seremos, entre otras muchas cosas, los conductores. Si cuando nos sentamos al volante en lugar de tratar de emular a Fernando Alonso cuando disputa un Gran Premio, de intentar adelantar a cuatro, o cinco o diez coches, lo que nos planteáramos fuera hacer un viaje tranquilo, con la serenidad necesaria para conducir, tendríamos muchas más posibilidades de llegar a nuestro destino en perfecto estado.

Yo no hago nunca un reportaje sobre consejos para hacer un viaje seguro en verano, o en Semana Santa, porque creo que solo hace falta un consejo, educación y atención a la carretera. Este consejo se puede ampliar un poco más, cumplir todas las normas, mantener la distancia de seguridad, por supuesto todo el mundo con el cinturón de seguridad puesto, ni una gota de alcohol al volante, mirar los espejos y usar los intermitentes para que también los demás sepan lo que queremos hacer.

Y así, con los coches tan seguros que tenemos hoy en día, con unas carreteras un poco mejor mantenidas, los españoles seríamos capaces de estar cada día más cerca del cero accidentes en la carretera. Pero los conductores tenemos que poner mucho de nuestra parte, y de momento creo que no hacemos lo suficiente.

Llevamos muchos años en los que la siniestralidad en las carreteras españolas baja de manera constante, pero parece que ha llegado un momento complicado para esta lacra de la sociedad que son las personas que pierden la vida cada día en un accidente de tráfico.

Guardia Civil Semana Santa