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¿Se puede cerrar el centro de Madrid a los coches?
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

¿Se puede cerrar el centro de Madrid a los coches?

El último proyecto del Ayuntamiento de Madrid de cerrar el centro de la ciudad al tráfico pone sobre la mesa un grave problema que es el

El último proyecto del Ayuntamiento de Madrid de cerrar el centro de la ciudad al tráfico pone sobre la mesa un grave problema que es el de la contaminación en los entornos urbanos. El transporte, y sobre todo el automóvil privado, es una de las causas, pero supuesto que no es la única. Y tampoco la solución, al menos desde mi punto de vista, pasa por cerrar al tráfico el centro de la ciudad. Es un problema grave, a medio y largo plazo, y por ello requiere un trabajo muy serio y cocienzudo para afrontarlo, y no un parche más, de los que habitualmente se toman.

Creo que hay un punto de partida muy claro, hay que reducir el tráfico en las zonas del centro de las grandes ciudades. Cientos de miles de coches a diario por el centro de la ciudad es algo inasumible. Y hay que trabajar muchos aspectos diferentes, que todos ellos convergen en lograr una mejor calidad del aire que se respira. Transporte público, transporte privado, vehículos más eficientes, el uso de la motocicleta o de la bicicleta, mejor gestión de los aparcamientos, ajustes de los horarios de carga y descarga, y un largo etcétera. Y todo ello, puesto en marcha de forma coordinada debe contribuir a la mejora deseada.

Imaginemos que se quiere cerrar un diámetro de un kilómetro en torno al centro de la ciudad, un espacio que creo que es razonable. Por supuesto, los usuarios que viven en esa zona y que tienen su coche deben tener permiso para entrar con sus vehículos hasta su plaza de parking. De lo contrario para qué pagan su Impuesto de Circulación. Los transportes públicos deben funcionar también en esas zonas pero deben optimizarse para el incremento de uso.

Los conductores que viven fuera de ese anillo central y quieren acceder a él deben tener muy clara la indicación de hasta dónde pueden llegar. Es decir, lo contrario de lo que ocurre ahora, con señales lo más pequeñas posible y la cámara para hacer la foto con la que sancionar al que se pasa la prohibición sin darse cuenta. Y sobre todo, en la esquina anterior a la entrada a ese “kilómetro de oro” un gran parking con un precio ajustado. Algo que ahora no ocurre.

Se debe potenciar el uso de la motocicleta, porque cada moto en circulación contamina mucho menos que un coche y, lo que es mucho más importante, evita atascos de coches. Y esto reduce drásticamente la contaminación. Los ciclomotores son una magnífica forma de reducir la contaminación en el centro de las ciudades. Pero de los 450.000 ciclomotores que se vendían en el año 1990 hemos pasado a menos de 15.000 unidades en 2013. Y cada ciclomotor menos es una moto grande más o en la mayor parte de los casos un coche usado y contaminante más en circulación.

Las bicicletas son otra posible solución, pero solo si de verdad se toma en serio este medio de transporte como una alternativa. Parece una broma que la solución al tráfico rodado en Madrid, por ejemplo, quieran que pase por pintar una señal en los carriles normales de los coches con un dibujo de una bicicleta. Y un 30 km/h.

No sé si han llegado a ver una bicicleta subiendo por la Gran Vía a 5 km/h, o menos, entre los autobuses y los coches y por mitad de la calle. Esa, sin duda, no es la solución. Es mejor cerrar un carril solo para bicis, pero no que todos vayamos por el mismo sitio, porque unos van a 5 km/h y otros a 50 km/h. ¿Cuántos concejales del Ayuntamiento de Madrid van cada día en bicicleta por el centro de la ciudad?

El coche eléctrico es una muy buena alternativa pero se debe incentivar que se compre este tipo de vehículos y, sobre todo, que haya sitios donde recargarlos. Cada día se anuncian nuevos puntos de enchufe, pero es falso. Se abre uno nuevo con cierta frecuencia, pero no sé si han intentado alguna vez enchufar su coche en un punto de los ya inaugurados en Madrid. Vamos en uno de los que ya ha salido la foto en un periódico. Lo más probable es que no funcione. Por ejemplo, el del Ministerio de Industria o el de la Torres de la Plaza Castilla están siempre fuera de servicio.

Con todos estos ajustes para reducir la contaminación en Madrid lo único que se hace es seguir aumentando la recaudación de dinero a los conductores. El próximo mes de junio entra en vigor una nueva normativa de los parquímetros y el único objetivo es, una vez más, cobrar más dinero.

Si no se hace un carril solo para bicis de verdad es porque cuesta dinero y si además se puede limitar la velocidad en la ciudad a 30 km/h, se podrán poner muchas más multas. Y los coches gastarán más gasolina, lo que supone que pagaremos más, porque el 50% del precio de cada litro corresponde a impuestos.

Si en lugar de gastar millones de euros en poner unos nuevos parquímetros inteligentes que saben lo que contamina cada coche por su matrícula, para poder cobrar más o menos, ayudaran a comprar coches eléctricos y a poner enchufes se reduciría mucho más la contaminación de las ciudades.

El último proyecto del Ayuntamiento de Madrid de cerrar el centro de la ciudad al tráfico pone sobre la mesa un grave problema que es el de la contaminación en los entornos urbanos. El transporte, y sobre todo el automóvil privado, es una de las causas, pero supuesto que no es la única. Y tampoco la solución, al menos desde mi punto de vista, pasa por cerrar al tráfico el centro de la ciudad. Es un problema grave, a medio y largo plazo, y por ello requiere un trabajo muy serio y cocienzudo para afrontarlo, y no un parche más, de los que habitualmente se toman.

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