Los parquímetros, nueva movida madrileña

La puesta en marcha de los nuevos parquímetros en Madrid supone otro problema para los conductoresque se ven obligados a aprender un complicado sistema para poder seguir aparcando en las calles de la ciudad. Un ayuntamiento debe estar para facilitar la vida de los ciudadanos y no para hacérsela cada vez más complicada. Lógicamente, la implantación de estos nuevos aparatos supone un mayor coste para el usuario y también nuevas restricciones al aparcamiento.

La idea de estos parquímetros, en principio, creo que es buena. Hacer que paguen más por aparcar en el centro de la ciudad los coches que más contaminan es bastante lógica, pero hay que estudiar una manera de hacerlo para que sea fácil de llevar a cabo. Hasta ahora, el tema de los parquímetros era sencillo. Se metían monedas y en la pantalla aparecía la hora hasta la que estaba pagado el parking. Cuando aparecía la hora deseada solo había que apretar el botón verde y coger el tique.

Era un sistema sencillo, que se complicaba un poco cuando uno tenía que anular una multa porque se había pasado 10 minutos de la hora máxima, por ejemplo. Y tenía otra limitación, la necesidad de llevar siempre muchas monedas, porque estas máquinas no devolvían dinero y eso siempre era un engorro. Pero en general se puede decir que el sistema funcionaba biensalvo cuando había varios aparatos fuera de servicio en una zona.

Las nuevas máquinas del parquímetro necesitan un curso avanzado para su utilización y requieren, como mínimo, cinco minutos mientras se meten los datos de la zona en la que estamos, de la matrícula, el sistema se conecta con la base de datos y hace el cálculo preciso para cada coche en función de su antigüedad y de su motor.

A pesar de que estamos en el mes de julio, ya con bastante menos tráfico en la ciudad, lo normal es ver una cola detrás de cada parquímetro con tres o cuatro personas. Y ya he leído algún comentario de alguien que decía que se pasaba más tiempo haciendo la cola para pagar el parquímetro que realmente con el coche aparcado.Además, esto crea y va a crear muchas tensiones entre ciudadanos intentando llegar rápido a una cita o reunión. Estar esperando para usar la “máquina” y tener delante una persona que no sabe cómo funciona, que se equivoca y tiene que volver a empezar el proceso, va a terminar mal en algún caso.

Hay otro problema importante, con el propio funcionamiento del sistema. Yo lo he utilizado tres veces, la primera con la ayuda de una controladora de la ORA, por cierto muy agradable que estaba explicando a todo el que se acercaba cómo funcionaba el nuevo parquímetro. La segunda vez llegué a un terminal que estaba bloqueado y que no fuimos capaces, ni uncontrolador que se acercó ni yo, de ponerlo en marcha nuevamente. Y una tercera experiencia se saldó con una indicación que decía algo parecido a “al no tener conexión se aplica la tarifa más económica”.

La violencia callejera, desgraciadamente es una realidad en España y las calles de la ciudad de Madrid no son ajenas a ella. Con los anteriores parquímetros, muy sencillos, era frecuente encontrarse alguno quemado o con la pantalla rota. Pero con estos nuevos aparatos, mucho más complejos y también más frágiles, cada vez que un energúmeno decida estropear uno de estos aparatos el coste de la reparación va a ser mucho mayor.

Por supuesto, el ayuntamiento va a sacar mucho más dinero con la puesta en marcha de este nuevo sistema de recaudación, mucho más eficaz, pero lo que no sé es si realmente va a merecer la pena. Lo único que tengo claro es que los conductores vamos a pagar más por aparcar.