Las bicicletas, un problema sin resolver

Los usuarios de las bicicletas forman parte del tráfico y hay que poner en marcha soluciones para que todos podamos compartir las calles. Pero no vale con poner una bicicleta pintada en el suelo de un carril y pensar que ya se ha solucionado el problema. El tráfico es algo que afecta a todo el mundo dentro de una ciudad, los conductores de coches, los de motos, los de autobuses y camiones, los de bicicletas y los peatones. Todos, cada uno a su manera, debemos contribuir a que los desplazamientos sean lo más seguros posible para todos.

En las últimas semanas he viajado por varias ciudades y me he fijado mucho en la relación entre conductores de coches y de bicicletas. El caso más reciente, el viernes pasado en Copenhague. Hay miles de bicicletas rodando por la ciudad y hay un respeto mutuo que me parece realmente envidiable.

Pero sobre todo hay un punto de partida que pone la administración danesa. No sé si es el ayuntamiento de Copenhague o si el responsable es el equivalente al ministerio de Fomento español en Dinamarca. Pero hay carriles bici en todas las calles y aparcamientos para bicicletas por todas partes. Estos carriles, además, tienen sus semáforos diferentes, específicos, y coordinados con el resto de los semáforos.

La primera vez que uno circula en coche por las calles de esta ciudad va inquieto pensando que los ciclistas, que hay muchos, pueden venir por cualquier sitio. Pero no. Al cabo de unos pocos minutos se comprueba que no, que los ciclistas van siempre por su sitio, por su carril, que esperan sus semáforos y cumplen con todas las normas. No vale que tengan más frío o más calor o que lleguen tarde para saltarse las normas.

En España se parte de una base completamente distinta. Hay muchos menos ciclistas en las calles y no hay esa tradición que tienen daneses, holandeses o suecos de circular en bici. Pero sobre todo no hay, al menos en Madrid, carriles bici. En cambio los hay en algunos municipios de la provincia donde hay más tradición ciclista y donde las cosas funcionan bastante mejor. Alcobendas, San Sebastián de los Reyes o Soto del Real son buenos ejemplos de ello. Y a nivel nacional Sevilla es la meca del ciclista, ya que cuenta con más de 140 kilómetros de carriles o aceras bici perfectamente delimitadas y de ellos 12 kilómetros en el centro histórico.

Un estudio realizado por el Grupo de Investigación de Ingeniería de Carreteras (GIIC) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha concluido que el 71% de los conflictos que se producen en los carriles bici están provocados por peatones que atraviesan dicho carril sin mirar, mientras que solo en el 18% de los conflictos se ven implicados vehículos de motor.

En este estudio se analizan las características que deben tener estos carriles bici para ofrecer la máxima seguridad para todos. Los carriles que tienen setos altos o vallas hacen que dos ciclistas no se puedan cruzar de manera segura y esto crea peligro. Por el contrario, si los carriles no están bien marcados y diferenciados con respecto a la acera, entonces son frecuentes los choques o incidentes con peatones.

Por ello, este estudio recalca que lo mejor es instalar carriles bici con una delimitación baja, como puede ser un bordillo de una altura pequeña que permita advertir a los peatones que es un carril bici y que deben mirar para cruzarlos, pero que al mismo tiempo no sean unos márgenes muy elevados para evitar accidentes entre los ciclistas.

Pero lo que no sirve para nada es lo que se hace en el ayuntamiento de Madrid, que es poner pintado en el suelo de las calles unas bicicletas y decir que hay que circular a 30 km/h por ser un carril bici. Eso es un peligro para todos, y los que se llevan la peor parte son los ciclistas que están permanentemente en riesgo.

¿Qué seguridad ofrece para un ciclista, por ejemplo, subir por la Gran Vía en una bicicleta por el carril central como tiene que hacer, a 5 o 10 km/h, con un autobús adelantando por la derecha a 40 km/h y con los coches pasando por la izquierda a 40 o 50 km/h?

Los conductores de coches no tienen la costumbre de compartir con los ciclistas las calles, de estar pendientes en los cruces o de verles pasar pegados a la derecha. Y los ciclistas, en general, y por supuesto que los hay muy buenos y cumplidores de las leyes, en general hacen lo que quieren, se saltan los semáforos van en dirección prohibida, cruzan por los pasos de peatones y demás.

El tráfico nos obliga a todos a compartir las infraestructuras, pero todos tenemos que poner de nuestra parte para que todo funcione bien. Y la Administración, los ayuntamientos o Fomento según los casos deben hacer las inversiones necesarias para que todo funcione bien. En muchos países lo han logrado y nosotros, si nos esforzamos, seguro que podemos…pero cumpliendo cada uno con su responsabilidad. Y la primera, inversiones en carriles bici.