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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La OCDE, también contra el automóvil

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ha elaborado un completo informe en el que arremete contra el sector de automoción basándose en

Foto: Trabajadores en una cadena de montaje en Turquía. (EFE)
Trabajadores en una cadena de montaje en Turquía. (EFE)

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ha elaborado un completo informe en el que arremete contra el sector de automoción basándose en que la fiscalidaddel automóvil es muy baja en todos los países. Y cita en el mismo trabajoque todo esto tiene consecuencias dañinas para la salud y para el medio ambiente, por lo que debería corregirse.

La conclusión general de este informe es que los fabricantes de automóviles tienen una fiscalidad muy baja, los impuestos de los carburantes son también muy bajos y, a modo de resumen, determina que de media cada automóvil en el mundo está subsidiado con 1.600 euros cada año por los Gobiernos. Esta cifra sube en el caso de países como Bélgica, en el que se superan los 2.600 euros de subvención por vehículo y año.

En la Unión Europea, los automovilistas pagan de impuestos por usar el automóvil más de 500.000 millones de euros cada año, pero eso es algo que la OCDE considera, según este informe, demasiado bajo. Que una asociación ecologista diga que hay que poner más impuestos al automóvil tiene su lógica, pero que lo diga un organismo como la OCDE parece que es un poco temerario.

Cada vez que un funcionario de la OCDE tiene que desplazarse a una ciudad a 30 o 40 kilómetros de su lugar de residencia para hacer una entrevista, seguro que lo hace en bicicleta o andando, para no contaminar. O si lo hace en coche, porque no tiene un día entero para llegar al lugar de la entrevista, se lo va a pagar su organización, que a su vez lo saca de los impuestos. Y por ello es lógico que quiera subir los impuestos de los coches y de todo.

En el mencionado informe, el director del departamento del Medio Ambiente de la OCDE, Simon Upton, argumenta que "el costo de conducir un coche ahora no refleja fielmente el impacto sobre el medio ambiente y sobre la sociedad", y eso tendría que corregirse con la fiscalidad. Un buen argumento si el coche es un Ferrari y se utiliza para ir a tomar el aperitivo una soleada mañana de primavera.

Pero a un trabajador normal, en cualquier país de la OCDE, que tiene que hacer cada día unos cuantos kilómetros para ir a trabajar, si le suben más los impuestos de la gasolina probablemente no le salga a cuenta ir a trabajar. Una subida de, por ejemplo, un 20% en el precio del gasóleo conlleva inmediatamente una subida en el precio de todo, del pan, de los alimentos, del calzado, de los medicamentos, porque casi todo se transporta por carretera. Y si nos suben más los impuestos y con ello el precio de todo finalmente, vamos a trabajar sólo para pagar los impuestos. Quizá los Gobiernos, en lugarde pensar cómo sangrar más a los ciudadanos, podían pensar cómo reducir los gastos, excesivos en muchos conceptos y absurdos en otros.

Se habla de desarrollo sostenible y una forma de entenderlo es que se reduzcan los desplazamientos en coche, porque es un medio de transporte que contamina. Pero habrá que buscar una alternativa para el futuro. El coche contamina, pero un coche eléctrico y unas instalaciones para conseguir electricidad de manera limpia serían una solución perfecta.

Pero la OCDE no habla de qué hacer con la cantidad de millones de euros de impuestos que dice que se deberían cobrar de más. El parque de automóviles en todo el mundo roza la barrera de los mil millones de unidades. Y cada año se venden unos 70 millones de vehículos nuevos. Si la media de 1.600 euros por coche de la que se habla en el informe se multiplica por los mil millones de coches, la recaudación de impuestos subiría en 1,6 billones de euros cada año.

Y me pregunto en qué aconsejan que se gasten todo ese dinerolos funcionarios de la OCDE que han hecho este informe contra el automóvil. Quizá en poner más trenes que contaminan, más transporte público que contamina o más aviones que contaminan. Y más centrales térmicas para producir la electricidad menos limpia. Un desarrollo poco sostenible.

También arremete duramente contra los fabricantes de automóviles porque pagan menos impuestos de lo que deberían. Yo creo que las empresas del sector hacen lo que pueden. Tienen desarrollados y para comercializarlos mañana mismo, si fuera posible por las infraestructuras, vehículos muchos menos contaminantes, o incluso cero emisiones. Y no los pueden vender porque no hay sitios donde repostar hidrógeno, por ejemplo, o donde enchufar el coche eléctrico.

Ellos, los fabricantes, tienen su trabajado hecho, gastan muchos millones de euros cada año en tener la tecnología más limpia, pero otros organismos, por ejemplo la OCDE, podrían obligar a los países a utilizar los impuestos multimillonarios que cobran a los ciudadanos para poner en marcha también estas nuevas infraestructuras que son el futuro. Y no en hacer este tipo de informes.

Pero no, es mucho más fácil redactar un informe, decir que los ciudadanos no pagan bastantes impuestos y pedir que paguen mucho más. Que luego ya estarán ellos, o los Gobiernos o la UE para decidir dónde y cómo repartir ese dinero tan suculento.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ha elaborado un completo informe en el que arremete contra el sector de automoción basándose en que la fiscalidaddel automóvil es muy baja en todos los países. Y cita en el mismo trabajoque todo esto tiene consecuencias dañinas para la salud y para el medio ambiente, por lo que debería corregirse.

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