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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

A más educación, menos accidentes

Antes del comienzo de la operación de tráfico de Semana Santa y según las cifras oficiales hasta el día 26 de marzo, la siniestralidad en las

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Antes del comienzo de la operación de tráfico de Semana Santa y según las cifras oficiales hasta el día 26 de marzo, la siniestralidad en las carreteras españolas ha aumentado un 13% con respecto a las cifras de igual periodo de 2014, mientras que las víctimas mortales han aumentado un 14% hasta totalizar 235 personas. Y tras los once días de esta operación especial de tráfico serán otras 30 o 40 personas más las que engrosen la lista de víctimas mortales.

Cada año mueren en todo el mundo más de 1,2 millones de personas que se ven involucradas en accidentes de tráfico, siendo la Unión Europea una región privilegiada en este sentido, ya que “solo” fallecen 26.000 personas cada año por esta causa. A su vez también España es un país que logra buenos resultados en este sentido, ya que la cifra de víctimas mortales se sitúa en torno a los 2.000 muertos anuales, cuando hace 20 años esta cifra se multiplicaba por tres.

Pese a ser unas cifras buenas en comparación con el resto de países de nuestro entorno siguen siendo inaceptables. Sobre todo porque si nos ponemos a analizar en detalle las causas de estos accidentes vemos que en la mayor parte de los casos son errores humanos cometidos por el propio conductor, o por el ciclista, o el motorista o el peatón.

Unos son de manera involuntaria, por desconocimiento, o por falta de pericia al volante o a los mandos de la moto o la bicicleta, los que acaban provocando el accidente. Cada día hay más conductores mayores o muy mayores que siguen conduciendo y que van despacio, supuestamente para evitar riesgos. Pero también son un peligro para la carretera.

Las distracciones son la principal causa de accidente en carretera. Se puede ir pendiente todo el camino pero un momento de despiste, por un comentario de una persona que viaja en el coche o la llamada de un móvil que suena, nos hace perder la concentración. Esto es algo que nos puede pasar a todos. Y eso provoca los accidentes.

Pero lo que no puede pasarle absolutamente a nadie es que el despiste llegue porque estamos enviando un mensaje por el móvil, o leyendo un whatsapp o por estar en el twitter. Y eso, desgraciadamente es cada día más frecuente. Hay muchas estadísticas, pero les aconsejo que hagan una prueba.

Un día que viajen en autobús o si va conduciendo otra persona el coche, aprovechen y miren a los otros vehículos. Se sorprenderán cuántos conductores y conductoras van mirando hacia abajo y solo de vez en cuando levantan la cabeza para mirar la carretera. Hablar por teléfono conduciendo es ya casi una broma frente al peligro que supone escribir un mail con el móvil. Pero cada día más gente lo hace.

Hace un par de semanas la DGT hizo una campaña de control de los sistemas de seguridad del vehículo. Más de 250 niños viajaban sin ningún tipo de retención en carretera. Es decir, que un frenazo o un choque en esas circunstancias puede suponer la muerte del niño. No entiendo, sinceramente, que un padre pueda ser tan pasota como para dejar que su hijo arriesgue su vida. Lo malo es que solo es por no perder cinco minutos en ocuparse de que se lo ponga. Según las estadísticas de Tráfico, el 20% de los fallecidos en un accidente no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

Y lo peor es la distancia de seguridad. Cuántos conductores que se creen seguros y cumplidores circulan pegados al coche de delante creando el mayor peligro de la carretera. Y es que si el conductor de delante duda por cualquier causa y levanta el pie del acelerador, el de detrás, que viaja tranquilo sin fijarse en la carretera, provocará graves lesiones a los ocupantes del coche de delante.

Lo que más me indigna es que hablamos cada semana de accidentes, pero realmente no deberíamos emplear ese término, porque en la mayor parte de los casos no es algo accidental, sino que se trata de algo casi previsible y entonces ya no es un accidente.

Ponerse un día a observar en una esquina de una calle es muy esclarecedor de lo que ocurre con el tráfico, con los peatones, con los ciclistas y con todo lo que rodea al tráfico. Y la conclusión que se puede sacar es que, en general, poca gente hace caso de las normas, que cada uno se las salta a su manera. Unos por rodar más deprisa, otros por saltarse rayas y dobles rayas continuas, otros por apurar los semáforos cuando están en rojo o por no respetar a los peatones. Y todos, en general, por intentar siempre superar al de al lado, ser más listo que el otro y llegar antes que nadie.

Los peatones cruzan por mitad de la calle, y lo peor es que hasta hace unos años yo creo que lo hacían también, pero al menos mirando a ver si venía algún coche por la calle. Ahora pasan por la calle sin mirar si hay un coche cerca, y muchas veces porque van leyendo sus mensajes. En este caso lo peor es que el peligro es para ellos, y ni siquiera siendo los más perjudicados si se produce un atropello miran a ver si viene un coche.

Antes del comienzo de la operación de tráfico de Semana Santa y según las cifras oficiales hasta el día 26 de marzo, la siniestralidad en las carreteras españolas ha aumentado un 13% con respecto a las cifras de igual periodo de 2014, mientras que las víctimas mortales han aumentado un 14% hasta totalizar 235 personas. Y tras los once días de esta operación especial de tráfico serán otras 30 o 40 personas más las que engrosen la lista de víctimas mortales.

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