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El diésel pierde terreno en España
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

El diésel pierde terreno en España

Durante años los gobiernos europeos han apoyado al gasóleo frente a la gasolina, lo que ha permitido que poco a poco el parque automovilístico europeo se

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Durante años los gobiernos europeos han apoyado al gasóleo frente a la gasolina, lo que ha permitido que poco a poco el parque automovilístico europeo se “dieselizara”. Sin embargo, la tendencia está cambiando y poco a poco los usuarios optan cada día más por la gasolina y, en algunos casos aislados, por los coches híbridos o eléctricos.

Un buen ejemplo lo tenemos en el mercado español. En el año 2010, el 71% de los coches matriculados en España estaban equipados con motores diésel, mientras que el 29% restante eran de gasolina. Entonces no había vehículos eléctricos y las ventas de híbridos eran casi testimoniales. Al cierre del año 2014 estas cifras eran de un 66,1% para los diésel, un 32,3% para los gasolina, mientras que entre eléctricos e híbridos sumaban el 1,6% restante.

En los últimos meses se ha hablado mucho de la mayor contaminación que producen los vehículos de gasóleo, que ha llegado a hacer saltar algunas alarmas entre los políticos más viscerales. Algunos han llegado a avisar de que se prohibiría el uso de coches de gasoil en ls ciudades en solo unos pocos años. Y eso se ha hecho sobre todo en Francia y en España.

El primer resultado de estos anuncios ha llevado a una notable reducción de la dieselización del mercado español. En el mes de enero el porcentaje de coches de gasolina matriculados del total del mercado nacional fue de un 30,3%, contra un 67,5% que supusieron los coches de gasóleo. En febrero estas cifras fueron, respectivamente, de 33,7% y 64,8%. Y los datos del mes de marzo denotan un notable cambio de tendencia, con un 35,4% de vehículos de gasolina y un 63,2% de diésel. El resto, hasta completar el 100% corresponde siempre a vehículos eléctricos e híbridos.

Sin duda una de las razones que han hecho que cambie la tendencia, y que poco a poco los españoles optemos más por un coche de gasolina, es porque cada día hay una mayor concienciación por los temas medioambientales. Todos queremos tener unas ciudades más limpias en las que poder respirar y en las que nuestros hijos vivan mejor. Y para ello, aunque la solución definitiva es el coche eléctrico, de momento inviable por costes e infraestructuras, la opción menos mala es la del coche de gasolina.

Pero hay otra razón muy importante y es que la evolución tan brutal que han experimentado los motores de gasolina ha hecho que estos sean cada vez más competitivos frente a sus equivalentes de gasóleo. Antes, las diferencias de consumo eran muy grandes entre un modelo equipado con un propulsor de gasóleo y otro de gasolina, pero en la actualidad casi están a la par.

Cada día hay más modelos que incorporan en sus gamas motores de gasolina de 3 cilindros con pequeña cilindrada y con unos consumos similares a los de los que emplean gasóleo, que siempre han destacado por su bajo consumo.

Las normativas anticontaminación europeas son las más estrictas en todo el mundo y están obligando a los fabricantes a hacer fuertes inversiones en tecnología para que los coches contaminen cada día menos. Y con ello también los consumos se vean reducidos. Un ejemplo muy claro lo tenemos con la marca británica Mini.

Los modelos de esta marca están pensados para el tráfico urbano, para moverse con agilidad y siempre con un toque deportivo en su conducción. Pues bien, en la gama actual para España, la versión de acceso en gasolina es el One de 102 CV con un consumo de 4,6 litros, mientras que el One diésel tiene 95 CV y 3,4 litros de consumo. Ambos son de 3 cilindros. Pero lo más sorprendente es la versión Cooper, con un potente motor de gasolina, también un tricilíndrico, con 136 CV cuyo consumo homologado es de solo 4,5 litros.

Los fabricantes de automóviles, durante años, se han visto obligados a desarrollar motores de gasóleo casi en exclusiva para el mercado europeo, pero ahora es momento de dejar un poco de lado esa tecnología diésel y apostar por los motores de gasolina más limpios y sobre todo por los híbridos y eléctricos que poco a poco deberían ir aumentando su cuota de mercado. Aunque de momento, con menos de un 2% de cuota de mercado, son solo algo testimonial.

Durante años los gobiernos europeos han apoyado al gasóleo frente a la gasolina, lo que ha permitido que poco a poco el parque automovilístico europeo se “dieselizara”. Sin embargo, la tendencia está cambiando y poco a poco los usuarios optan cada día más por la gasolina y, en algunos casos aislados, por los coches híbridos o eléctricos.

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