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Inversión de 4.200 millones de euros de Volkswagen en sus plantas españolas

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El pasado jueves saltaba la noticia que sin duda es la mejor del año en lo que al mundo del motor se refiere, el anuncio de una inversión multimillonaria de Volkswagen en sus plantas de producción españolas. En concreto en la de Landaben donde produce el Polo y en la de Seat en la que se fabrica casi toda la gama de la marca española. Nada menos que 4.200 millones de euros hasta el año 2019, lo que supone la mayor inversión industrial en la historia de España.

Por eso no es solo la mejor noticia del sector de automoción, sino también la mejor en cuanto a la economía de España y un fuerte espaldarazo para que nuestro país siga creciendo más que el resto de la zona Euro.

Ese jueves era la primera jornada de prensa del Salón del Automóvil de Barcelona, pero la noticia del sector del automóvil llegaba desde Moncloa, donde Francisco Javier García Sanz, el vicepresidente de compras del grupo Volkswagen, se reunía con Mariano Rajoy y era entonces cuando anunciaba al presidente la buena nueva. Esas inversiones son muy importantes para un sector que tiene cada día más peso específico en la economía de España, y viene a asegurar el futuro de dos de las plantas más importantes, las de Landaben y Martorell.

En la primera, la de Navarra, solo se hace un modelo, el Polo, que por cierto se exporta a los cinco continentes y que es el único modelo fabricado en España que se sitúa en el top 20 de modelos a nivel mundial. En cuanto a Martorell, es una de las fábricas más eficientes del grupo a nivel mundial y en ella se fabrican los Ibiza y León, además del Audi Q3. Y también se hace, aunque en fase de fin de ciclo, el Altea.

Las inversiones anunciadas son para preparar ambas fábricas para añadir a la producción un nuevo modelo que se anunciará en los próximos meses. Eso va a significar fabricar más coches, al menos 100.000 o 150.000 nuevas unidades en cada una de las factorías a partir del año 2017. Eso supone más empleo directo en ambas, pero sobre todo un importante refuerzo para el sector de la industria auxiliar. Los 4.200 millones supondrán la creación de decenas de miles de empleos entre puestos directos e indirectos en el sector de automoción. Empleo de calidad.

Pero todavía queda un aspecto muy importante por comentar, y es el efecto psicológico que supone que el primer inversor en I+D+I del mundo, el Grupo Volkswagen, mire a España para hacer la mayor inversión de la historia de nuestro país en ampliar sus instalaciones pero también en tecnología y en I+D+I.

A partir de ahora, cuando Opel, Nissan, Ford, Renault o PSA vayan a hacer nuevas inversiones para ampliar sus fábricas o para crear un nuevo centro tecnológico o para desarrollar un nuevo área de negocio, probablemente miren primero a España y analicen si la competitividad lograda en los últimos años hace que nuestro país sea el lugar elegido para invertir. Y abre la puerta también a otros grupos que aún no tienen fábricas aquí.

Esta competitividad de la que ahora se habla tanto, y de la que se va a hablar mucho más a partir de ahora, tiene nombres y apellidos. ANFAC, la asociación de fabricantes de automóviles, tiene mucho que ver en ello, como también lo tiene su vicepresidente ejecutivo, Mario Armero. Cuando en el 2011 se empezó a hablar del Plan 3 millones, algunos le tacharon de loco y tras este anuncio de Volkswagen parece que ya la cifra se empieza quedar corta.

Los trabajadores del sector de automoción y los comités de empresa son también claros protagonistas de este éxito. Mientras que los trabajadores franceses o los belgas decidieron presionar para seguir con subidas de sueldo en los momentos de la crisis, los españoles supieron apretarse el cinturón para asegurar su futuro. Y el resultado, creo, ha merecido la pena.

Ford es otro de los nombres propios de este éxito de la industria española de la automoción. En plena crisis, cuando nadie apostaba por España para fabricar coches, la marca del óvalo decidió apostarlo todo a la planta de Almussafes. Desde el año 2011, en lo peor de la crisis, hasta el 2015, Ford ha invertido 2.300 millones de euros en su factoría valenciana, lo que le ha situado como el pilar de Ford en Europa.

Fue la primera, y en el peor momento, pero después fueron Renault con sus plantas de Valladolid y Palencia, el grupo francés PSA con la de Vigo y más recientemente en Madrid, el grupo General Motors con su fábrica de Figueruelas y Nissan que en los últimos dos años ha pasado de estar avocada al cierre a ser una de las plantas con más futuro del grupo.

El último protagonista de este éxito indudable de la industria del automóvil es el Gobierno de Mariano Rajoy. Si con Zapatero y con el ministro de Industria Miguel Sebastián el sector del automóvil fue el gran olvidado, desde la llegada de Rajoy a la Moncloa el diálogo ha sido constante entre la Administración y el sector. Y el resultado no puede ser más claro.

El pasado jueves saltaba la noticia que sin duda es la mejor del año en lo que al mundo del motor se refiere, el anuncio de una inversión multimillonaria de Volkswagen en sus plantas de producción españolas. En concreto en la de Landaben donde produce el Polo y en la de Seat en la que se fabrica casi toda la gama de la marca española. Nada menos que 4.200 millones de euros hasta el año 2019, lo que supone la mayor inversión industrial en la historia de España.

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