Es noticia
Madrid para peatones y ciclistas
  1. Motor
  2. Automaníacos
Carlos Cancela

Automaníacos

Por
Carlos Cancela

Madrid para peatones y ciclistas

A partir de ahora las prioridades serán peatones, bicicletas, transporte público, taxi, moto y solo en el último lugar de todos el automóvil particular

Foto:

La más que posible nueva alcaldesa de Madrid, si los pactos políticos llegan a buen fin, Manuela Carmena, parece que tiene muy claro cómo va a enfocar el problema del tráfico en la capital. Velocidad limitada a 30 km/h y, sobre todo, dejar claras las nuevas prioridades que pasan por el peatón y la bicicleta como protagonistas en el tráfico. Todo ello con el único objetivo de “pacificar el tráfico”. Así, a partir de ahora las prioridades serán peatones, bicicletas, transporte público, taxi, moto y solo en el último lugar de todos el automóvil particular.

Es una postura lógica pero que va a resultar complicado ponerla en práctica. Si estuviéramos hablando de los años cincuenta o sesenta quizá sería más razonable, porque la mayor parte de los ciudadanos de Madrid vivían realmente en Madrid. Por ello, podían desplazarse andando o en bicicleta, y en algún caso extremo en taxi, pero pagando una cantidad razonable.

En aquella época la Plaza de Castilla era casi el final de Madrid, más adelante solo había campo. Cuando se hizo La Vaguada, a finales de los años setenta, se planificó sobre unos campos en los que no había nada más que ovejas. Pero la ciudad ha crecido mucho en los últimos cincuenta años y con ello las distancias a recorrer también.

Si Manuela Carmena plantea prohibir el tráfico particular y que solo circule el transporte público, al menos en el centro de Madrid, me parecería una postura razonable, pero a cambio habría que reforzar el transporte público, habría que hacer carriles bicicleta bien hechos, como los hay en otras ciudades de España, habría que hacer aparcamientos disuasorios en la entrada de las ciudades...

Pero teniendo en cuenta que en este país se gobierna para cuatro años, la cosa es un poco más complicada. En Madrid se podrían solucionar algunos de los problemas del tráfico, pero nunca con soluciones chapuceras, con parches que duran cuatro años y que se acaban cuando se va el alcalde en cuestión y viene otro con nuevas ideas revolucionarias.

¿Qué es lo que va a pasar con el tráfico de Madrid? No tengo una bola de cristal, pero la posible futura alcaldesa ya ha dicho que va a imponer el límite de 30 km/h, que va a potenciar al peatón y al ciclista frente al resto de los medios de transporte. Lo que hay que ver ahora es cómo se va a potenciar a cada uno.

En el caso de los peatones, solo hay que poner unas cuantas señales en la entrada de las calles y decir “solo para peatones”. Si un coche no ve la señal y entra, mil euros de multa. Y para los ciclistas se pintan unas cuantas señales en el suelo y solucionado. La velocidad en Madrid se limita a 30 km/h y en los carriles de bicicletas, pero compartidos con el resto de vehículos, se pone un 20 o un 10 km/h.

En todo este plan solo falla una cosa, la financiación. Los peatones y los ciclistas no pagan impuestos especiales por usar las calles, mientras que motos y coches particulares si lo hacen. Si estos últimos no van a poder circular por las calles para qué van a pagar un impuesto de circulación. Eso también tiene solución, solo hay que poner muchos más radares, y los pocos coches que circulen que paguen miles de euros de multas al mes. Además, no hay problema porque son los ricos. Nótese la ironía.

Si yo viviera en el centro de Madrid, estaría encantado de que se pusiera en marcha este plan para reducir drásticamente el tráfico en la ciudad y que los que vinieran de fuera se buscaran la vida para entrar cada día en Madrid. Pero, los alrededores de la capital son ahora demasiado grandes y ¿cuántos aparcamientos disuasorios hay? ¿Cuánto tarda en llegar el metro ligero al centro? ¿Cuánto cuesta el autobús que une los pueblos limítrofes con la capital? Desgraciadamente, todas las respuestas a estas preguntas son negativas.

Ahora Madrid va a cambiar todas las señales, las normas y la manera de funcionar en el tráfico de Madrid. Eso va a suponer una gran inversión de dinero, pero lo peor es que cuando dentro de cuatro años las urnas digan otra cosa, llegará el partido “X” y volverá a cambiar los límites, a modificar las normas, y con ello habrá nuevos gastos.

Es la rutina de la política española, como la de la DGT de cambiar los límites de velocidad y otras normas cada pocos años, o la del Ministerio de Educación haciendo en cada legislatura un nuevo plan de enseñanza que siempre es peor que el anterior, o la Ley del Aborto, que se cambia cada cuatro años. Ahora, todos los partidos políticos apuestan como eslogan para las elecciones “por el cambio”. Pero solo es cambiar por cambiar y de paso cambiar los nombres de los dirigentes, los que cobran de todos los españoles, o en este caso de los madrileños.

La más que posible nueva alcaldesa de Madrid, si los pactos políticos llegan a buen fin, Manuela Carmena, parece que tiene muy claro cómo va a enfocar el problema del tráfico en la capital. Velocidad limitada a 30 km/h y, sobre todo, dejar claras las nuevas prioridades que pasan por el peatón y la bicicleta como protagonistas en el tráfico. Todo ello con el único objetivo de “pacificar el tráfico”. Así, a partir de ahora las prioridades serán peatones, bicicletas, transporte público, taxi, moto y solo en el último lugar de todos el automóvil particular.

Ayuntamiento de Madrid Transporte