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La localización de los radares y la premeditación
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La localización de los radares y la premeditación

Si antes de salir voy a apuntarme exactamente dónde van a estar situados los radares móviles en mi recorrido es porque tengo claro que no voy a cumplir con las velocidades establecidas

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Tal y como había anunciado la Dirección General de Tráfico hace unos meses, los conductores ya pueden conocer las zonas en las que se van a intensificar los controles de velocidad con radares móviles. Son 1.500 tramos que han sido elegidos por su mayor índice de siniestralidad y se anuncian con el objetivo de que los conductores sean más estrictos en cumplir los límites de velocidad en ellos.

Creo que es una actitud en principio positiva por parte del organismo dirigido por María Seguí, que ha cumplido una promesa. Con anunciar su posición busca que en zonas complicadas los conductores cumplan en general un poco más con los límites de velocidad. Además, en los navegadores estarán en poco tiempo anunciados también dichos tramos conflictivos, que son los que acumulan más accidentes cada año.

Eso no significa, lógicamente, que todos los radares móviles vayan a estar anunciados y situados en esos tramos con especial vigilancia por la velocidad. Pero aparte de porque puede haber radares en otros sitios no anunciados, los conductores deben en cualquier caso cumplir siempre, y en toda la red viaria española, con los límites de velocidad establecidos, ya sean los genéricos u otros específicos.

Para acceder a la localización de estos tramos más vigilados por radares móviles, y también a todos los radares fijos, no hay más que entrar en una dirección de internet, en concreto en http://www.dgt.es/es/el-trafico/control-de-velocidad/index-radares.shtml , y comprobar los puntos kilométricos donde podremos encontrar estos radares en nuestro recorrido previsto. La búsqueda es además muy sencilla de hacer. Una vez situados en esta página, solo hay que poner el número de la carretera por la que vamos a circular y en unos segundos tendremos tanto los radares fijos como los móviles en dicha vía.

Pero hay algo que me parece mal. Si yo voy a hacer un viaje a Lugo o a Cádiz, por ejemplo, y antes de salir voy a apuntarme exactamente dónde van a estar situados los radares móviles en mi recorrido es porque tengo claro que no voy a cumplir con las velocidades establecidas. Y eso creo que no es aceptable. Los límites de velocidad están para cumplirlos estrictamente. Si hay un límite genérico de 120 km/h, eso significa que hay que rodar a un máximo de 120 km/h. Si se lleva un camión o una furgoneta, hay que hacerlo a 90 km/h, si es que no hay una limitación específica más restrictiva. Y esa es la ley.

Todavía hay muchos pueblos por los que pasan las carreteras y siempre hay un 50 km/h de límite. No vale buscar a ver si en ese pueblo puede haber un radar para frenar y si no está en la lista se “puede” pasar a 70 km/h. No, el límite es de 50 km/h y no se puede pasar a más de 50 km/h. Las personas que viven en ese pueblo tienen también sus derechos.

Uno de los conceptos básicos de la justicia es el de las circunstancias atenuantes o agravantes, pero que no se aplican en el derecho administrativo, basado solo en cifras. Si un conductor circula a 80 km/h (una vez descontado el margen de error legal) en un sitio de 50 km/h la multa que le corresponde será de 300 euros y 2 puntos y si lo hace a 81 km/h será de 400 euros y 4 puntos. No importa que haya cometido esa infracción llevando niños en el coche, si estaba fumando o si lo hacía en un momento en el que había muchas personas por la calle. No hay agravantes o atenuantes.

Cuando un conductor se estudia en la página de la DGT dónde están los radares en su recorrido está poniendo un toque de premeditación bastante peligroso en su actitud de saltarse los límites de velocidad. Y eso debería ser un agravante.

Desde mi punto de vista, solo hay una manera de hacer las cosas, bien. Un conductor tiene que cumplir los límites de velocidad, tiene que circular con el cinturón de seguridad puesto, tiene que pararse en el semáforo rojo… La Dirección General de Tráfico debe hacer sus cosas igual de bien. Sus agentes, salvo por una emergencia, tienen que circular a los mismos límites de velocidad que el resto de ciudadanos y pararse también en los semáforos en rojo. También los responsables de la DGT deben revisar honestamente los recursos que los ciudadanos hacen de las multas, porque en muchos casos están bien fundamentados. Fomento debe poner en las carreteras las señales adecuadas a cada tramo y circunstancia… Vamos, hacer todos bien nuestro cometido.

Cuando la DGT dice que va a aplicar unos nuevos márgenes de error algo más amplios para los radares, lo que debe hacer es cumplirlo de verdad. Según la asociación Automovilistas Europeos Asociados, la DGT y otros organismos y ayuntamientos de toda España han impuesto más de 300.000 denuncias sin aplicar correctamente el margen de error legal desde el año 2010. Y por ello son multas impuestas ilegalmente a los conductores, como han sentenciado numerosos jueces de toda España.

La DGT ha anunciado que sus radares puestos en coches parados en la carretera deben tener siempre un cartel que avise de su presencia. El viernes pasado a los agentes de un coche plateado, creo que un Peugeot 407, situado en una zona peligrosa de la carretera de Fuencarral, se les debió olvidar sacar el cartel. Pero no se les olvidó poner en marcha el cinemómetro para multar a todos los que pasaban por allí más deprisa. Ya saben eso de “una cosa es predicar y otra dar trigo”…

Tal y como había anunciado la Dirección General de Tráfico hace unos meses, los conductores ya pueden conocer las zonas en las que se van a intensificar los controles de velocidad con radares móviles. Son 1.500 tramos que han sido elegidos por su mayor índice de siniestralidad y se anuncian con el objetivo de que los conductores sean más estrictos en cumplir los límites de velocidad en ellos.