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Ir a 297 km/h, una actitud incívica
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Ir a 297 km/h, una actitud incívica

En lo que va de Semana Santa han perdido la vida en las carreteras españolas 36 personas, según el balance provisional hasta la noche del sábado

Foto: Actitudes incívicas al volante
Actitudes incívicas al volante

En lo que va de Semana Santa han perdido la vida en las carreteras españolas 36 personas, según el balance provisional hasta la noche del sábado. Las cifras son inaceptables, pero parece que a los españoles eso nos importa muy poco. Esa misma semana, un conductor discapacitado y sin carné de conducir fue cazado cerca de Madrid a 297 km/h. Otro dato aterrador, en una campaña de vigilancia de la Dirección General de Tráfico: 3.000 personas fueron multadas por no llevar el cinturón de seguridad puesto.

Lo del exceso de velocidad parece un chiste, porque era un conductor discapacitado, que necesita una silla de ruedas para desplazarse, que no tenía carné de conducir porque había perdido todos sus puntos y que además llevaba un coche que supuestamente no tenía seguro para circular. Pero iba a 297 km/h por la carretera R4 en dirección a Madrid.

Seguro que por el camino se encontró con algún otro coche que se llevaría un susto de muerte. Seguro que al conductor no le importó lo más mínimo que hubiera otros coches en su camino. Pero, ¿qué habría pasado si ese otro conductor se hubiera acercado a otro vehículo y hubiera iniciado una maniobra de adelantamiento? No es posible ver por el retrovisor que un coche se acerca a 300 km/h.

El coche empleado para esta 'hazaña' de ponerse a 300 km/h era un Porsche 911, un vehículo que está perfectamente preparado para poder alcanzar esa velocidad pero en unas condiciones ideales, y estas no son precisamente las de un conductor discapacitado, con un vehículo sin seguro y sin carné, en una carretera con el límite de 120 km/h, que en el caso del conductor implicado era de 100 km/h por su discapacidad.

Vivimos en sociedad en la que es necesario cumplir con las normas. Y si no se cumplen no se puede vivir en sociedad. De la misma forma que un conductor tiene 'derecho' a circular a 300 km/h por un sitio limitado a 120 km/h, otro tiene exactamente el mismo 'derecho' a circular por ese mismo sitio a 40 km/h por la izquierda con un tanque, por ejemplo. Y por qué no pararse en mitad de la carretera a tomarse una tortilla con la familia.

El conductor ya ha tenido un juicio rápido, en el que ha sido condenado a una multa de 3.600 euros y a la privación del carné de conducir por un año. Ese plazo supongo que se deberá sumar al que ya tenía en su haber. Pero no creo que sea justo que a un conductor como este, arriesgando la vida de todos los usuarios de la carretera, solo se le imponga esta multa. Porque lo del carné supongo que le dará igual, ya que sin carné iba conduciendo a 300 km/h y lo seguirá haciendo. Parece que la Justicia, la DGT y los ayuntamientos solo buscan financiarse y les da igual la seguridad vial. Y la mejor prueba es este caso.

El conductor del Porsche ha cometido un delito contra la seguridad vial, pero qué me dicen de las 3.000 personas que en la semana del 14 al 20 de marzo han sido detectadas y multadas por circular sin el cinturón de seguridad. Lo peor de todo es que de esas 3.000 personas, 167 eran menores de 12 años y de ellos 46 circulaban en el asiento delantero y sin cinturón.

El asiento delantero derecho es el asiento de la muerte, sobre todo si se circula sin el cinturón puesto. Yo me pregunto, qué padre o madre en su sano juicio permite que su hijo se siente en ese asiento. Otra cosa es que el tutor del niño vaya conduciendo y hablando por teléfono, o mandando un tuit o saltándose los semáforos. Entonces ya se trata de que "yo hago lo que me da la gana…".

Tenemos un problema muy grave con la siniestralidad en las carreteras. Llevamos años rebajando esa cifra a base de poner nuevos límites de velocidad y más multas. Pero eso ya no funciona y ahora hace falta educar de verdad a los conductores y, sobre todo, a los niños para que entiendan que de lo que se trata es de cumplir las normas y de ser respetuosos con el resto de ciudadanos. Pero esto no se refiere solo a circulación, sino a todos los campos de la vida.

El término accidente creo que se emplea de forma inadecuada. Por ejemplo, el siniestro del autobús de Freginals sí es un accidente. Es un conductor que jamás había sufrido un accidente, el vehículo estaba perfectamente revisado, en ese tramo de carretera no se había producido ningún siniestro desde 2010 y el conductor dio 0,0 en alcohol. Por contra, la mayor parte de los fallecidos no llevaban puesto el cinturón de seguridad, pese a que el autobús sí tenía este sistema de seguridad.

En cambio, hablar de accidente en un siniestro en el que un conductor circula muy por encima de la velocidad permitida, sin carné de conducir o sin cinturón, o bien mandando mensajes con el móvil o con dos o tres copitas encima, es un error. Lo peor es que hay algunos conductores así, y son los que ponen en peligro la vida de todos los demás, que sí cumplimos las normas. Y eso es injusto.

En lo que va de Semana Santa han perdido la vida en las carreteras españolas 36 personas, según el balance provisional hasta la noche del sábado. Las cifras son inaceptables, pero parece que a los españoles eso nos importa muy poco. Esa misma semana, un conductor discapacitado y sin carné de conducir fue cazado cerca de Madrid a 297 km/h. Otro dato aterrador, en una campaña de vigilancia de la Dirección General de Tráfico: 3.000 personas fueron multadas por no llevar el cinturón de seguridad puesto.