El sector del automóvil, un ejemplo para nuestros políticos

La pasada semana Renault y los representantes de los trabajadores de la empresa en España llegaron a un importante pacto con la firma del Acuerdo de Competitividad y Empleo 2017-2020. Con ello, la filial española puede optar, con muchas posibilidades, al 3º Plan Industrial. Y también a fabricar un nuevo modelo en las plantas de nuestro país. Por el contrario, esta misma semana se escenificaba el fin de las negociaciones entre PSOE, Podemos y Ciudadanos de cara a la formación de un nuevo gobierno. Son ejemplos de cosas bien o mal hechas.

[Lea aquí: El PSOE da por finiquitado el diálogo con Podemos]

Fue en la última semana del mes de enero cuando se presentó a los sindicatos de Renault el primer boceto del acuerdo de competitividad, y en un principio sus términos estaban muy alejados de la postura de los representantes sindicales. Pero a lo largo de la negociación, que ha durado dos meses, cada una de las partes ha ido cediendo en algunos aspectos para poder llegar a un acuerdo. Y cada día las posturas estaban más cercanas. Eso es negociar.

Cuando una gran empresa tiene que adjudicar un nuevo modelo a una factoría, la decisión no se toma a la ligera. Se analiza hasta el último céntimo de cada partida y la decisión final se toma por unos pocos euros de diferencia. Las dos partes que se sentaban a negociar este acuerdo de competitividad de Renault son verdaderos profesionales y saben realmente de lo que hablan. Pero ambas partes tienen un objetivo común: ganar competitividad para que el nuevo coche se fabrique en una planta española, porque así todo el mundo gana.

El resultado de la negociación entre Renault y los representantes sindicales de los trabajadores en los centros productivos de Valladolid, Palencia y Sevilla es que se crearán 2.000 puestos de trabajo indefinidos en España, lo que ha sido definido por los representantes sindicales como un logro histórico.

Negocios políticos

Cuando los representantes de varios partidos políticos se reúnen para negociar un posible acuerdo, yo me pregunto cuál es realmente el fin último que buscan con esa negociación. Supuestamente, este debería ser el bien de casi 47 millones de personas que de una u otra forma les pagamos sus sueldos con nuestros impuestos. Y ellos deberían ir con el trabajo hecho a esa reunión en busca de ese objetivo. Al menos así se hace en el sector del automóvil.

En toda Europa se han formado, en distintos momentos, gobiernos de coalición, que parece que en España son imposibles. Sobre todo porque los dos partidos mayoritarios ni siquiera son capaces de sentarse en la misma mesa para empezar a plantearse negociar. Son esas líneas rojas que en los últimos meses ya forman parte de nuestras vidas, pero que no existen en otras negociaciones más profesionales.

El 20 de diciembre, los españoles votaron a sus representantes, pero los políticos no consiguen ponerse de acuerdo para formar un gobierno. Lo único que han conseguido hasta ahora ha sido que 350 parlamentarios tengan 6 meses de sueldo por no hacer nada. Bueno, sí han hecho una cosa: ponerse de acuerdo para empezar a derogar todo lo que ha hecho el anterior gobierno, que todavía está en funciones.