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Carlos Cancela

Delincuentes sobre ruedas

Parece divertido circular a más de 200 km/h por una carretera abierta al tráfico, pero esa actitud nos puede llevar a la cárcel o provocar un grave accidente

Foto: Excesos de velocidad, conducir sin carné y homicidios imprudentes los delitos más frecuentes.
Excesos de velocidad, conducir sin carné y homicidios imprudentes los delitos más frecuentes.

En España tenemos muchos problemas, sin duda, pero lo malo es que estos, con el paso del tiempo, no solo no mejoran, sino que cada vez van a peor. El espectáculo protagonizado por nuestros políticos en la última semana, con Ignacio González en prisión y Jordi Pujol Ferrusola también tras las rejas, o el anuncio de que 20 exresponsables de la Junta de Andalucía se sentarán en el banquillo de acusados por el desvío de los fondos de formación es desgraciadamente nuestro día a día.

Pero este es solo un ejemplo más de lo que está ocurriendo en una sociedad española que, a falta de unos valores básicos y de una educación bien cimentada, ve cómo los casos de violencia de género, los de pederastas o los de acoso escolar aumentan. Y todo es lo mismo: la falta de respeto hacia los demás y el 'aquí vale todo'.

Por supuesto, el mundo del automóvil vive exactamente la misma situación, los mismos excesos y la misma tendencia suicida que lleva la sociedad española. Un informe elaborado por la compañía Línea Directa Aseguradora desvela que 4,5 millones de conductores, de los poco más de 26 millones que hay en España, reconocen ser delincuentes al volante.

Y es un dato que si se analiza pone los pelos de punta. Porque cometer un delito contra la seguridad vial no es una cuestión de ir a 145 km/h en una zona limitada a 120, algo que creo que todos hemos podido hacer en algún momento de manera consciente o inconsciente. Estamos hablando de superar en esa zona de 120 km/h los 200 km/h. O hablamos de conducir borracho o drogado o de conducir de manera temeraria provocando un accidente de tráfico.

Según el mencionado informe, un 35% de los delitos que se cometen en España se refieren a conductas relacionadas con la seguridad vial. Desde 2008 se han celebrado en España 900.000 juicios sobre seguridad vial de los que 650.000 han terminado en condenas a los implicados. Pero parece que los conductores españoles no se dan cuenta de la gravedad que pueden tener sus actos al volante.

Que 4,5 millones de conductores reconozcan que en alguna ocasión han cometido un delito al volante es gravísimo, y lo peor es que este reconocimiento no se hace con un sentimiento de culpabilidad o de arrepentimiento, sino que incluso se alardea de ello. Parece divertido circular a más de 200 km/h por una carretera abierta al tráfico, pero esa actitud nos puede llevar a la cárcel o provocar un grave accidente.

Según el estudio de Línea Directa Aseguradora, más de 9 millones de conductores no saben que pueden ir a la cárcel por una cuestión relacionada con la conducción. Tampoco 11 millones de ellos son conscientes que conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas puede hacer que ingresen en prisión. Y por supuesto tampoco se paran a pensar que conducir así, borracho o drogado, a velocidades por encima de los límites o de forma temeraria puede provocar graves accidentes.

Que 4,5 millones de conductores reconozcan que en alguna ocasión han cometido un delito al volante es gravísimo

De todos los delitos contra la seguridad vial, sin duda la palma se la lleva la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, que supone un 60% de los casos. Otra de las actitudes más habituales es conducir sin carné, normalmente tras haber sido retirado por acumulación de infracciones, que supone un 27% de los casos, mientras que provocar graves riesgos a la circulación es otro 7% y un 3,5% corresponde a negarse a realizar las pruebas de alcohol o drogas. En resumen, 1.200 personas están en este momento en las cárceles españolas por delitos contra la seguridad vial. De ellos, un 39% es por conducir sin carné y otro 22% por homicidio imprudente.

El problema para la circulación y para todo es el mismo: hay unos valores o unas normas básicas que se han de cumplir siempre y que todos tenemos la obligación de aceptar, pero que muchos ya no cumplen. El primer día se pasa de 120 a 140 km/h y no pasa nada, y la siguiente vez se hace a 150. Luego ya nos venimos arriba y nos ponemos a 180 km/h. Y de ahí a la barrera de los 200 hay un paso. Y casi nunca pasa nada, hasta el día que pasa y ya es tarde.

El político un día ayuda a un amigo a conseguir un trabajo y, como no pasa nada, luego son tres amigos, luego la familia, se monta una empresa y acaba llevándose cientos de millones de euros del dinero de todos los españoles. Lo mismo ocurre cuando un hombre un día levanta la voz a su pareja y como no pasa nada y no tiene unos valores éticos fuertes, la siguiente vez le pone la mano encima. Y lo mismo con los niños, con el abuso en los colegios y con todos los problemas que están minando la sociedad española.

En España tenemos muchos problemas, sin duda, pero lo malo es que estos, con el paso del tiempo, no solo no mejoran, sino que cada vez van a peor. El espectáculo protagonizado por nuestros políticos en la última semana, con Ignacio González en prisión y Jordi Pujol Ferrusola también tras las rejas, o el anuncio de que 20 exresponsables de la Junta de Andalucía se sentarán en el banquillo de acusados por el desvío de los fondos de formación es desgraciadamente nuestro día a día.