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Los consumos reales no son más altos por culpa de los fabricantes
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Los consumos reales no son más altos por culpa de los fabricantes

Está teniendo una gran repercusión este informe en el que los malos, sin duda alguna, son los fabricantes de automóviles. Pero esto es rigurosamente falso

Foto: La alternativa al diesel debería ser el gas o la electricidad y no la gasolina
La alternativa al diesel debería ser el gas o la electricidad y no la gasolina

La pasada semana se hizo público un informe en el que se analizan las muertes provocadas por el uso de vehículos diésel en las ciudades, con unas cifras realmente escandalosas. Según este informe, 107.000 personas sufrieron una muerte prematura por la contaminación provocada por los vehículos diésel, y de ellas 38.000 se produjeron por el exceso de contaminación de los coches con respecto a los valores homologados.

En los últimos días está teniendo una gran repercusión este informe en el que los malos, sin duda alguna, son los fabricantes de automóviles, que han hecho trampas en las pruebas de homologación, según se dice en el informe. Pero esto es rigurosamente falso.

Volkswagen ha hecho trampa con sus motores diésel y la propia marca lo ha reconocido. El grupo alemán ha utilizado un sistema ilegal para bajar las cifras de consumo y de emisiones en las pruebas de homologación, pero por el momento no se ha detectado de manera oficial que ningún otro fabricante haya hecho una trampa de este tipo. Lo que hacen los fabricantes es apurar al máximo el reglamento, pero eso no es ilegal.

El principal responsable de este problema es la Unión Europea. Fue Europa la que decidió a principios de los años ochenta que había que reducir al máximo las emisiones de CO2 pero que eran menos importantes las de NOX. Y a partir de entonces han sido las autoridades comunitarias las que han ido haciendo unas normativas que cada vez eran supuestamente más restrictivas para las emisiones de CO2 y no tan estrictas para las de los peligrosos óxidos nitrosos.

El hecho de decidir hacer solo pruebas de homologación en un laboratorio, sin tráfico y sin todas las limitaciones que provoca el hacer una prueba en un recorrido abierto, han permitido a los fabricantes ajustar al máximo sus vehículos para lograr las mejores cifras de homologación. Unas cifras que cada día están más alejadas de los valores reales que consigue un conductor normal con su coche. Y eso está permitido por la ley, lo que hay que ver ahora es a quién se le ha ocurrido la genial idea de hacer una prueba así y mantenerla más de treinta años.

Durante años, en España las empresas de telecomunicaciones estaban obligadas a proporcionar como mínimo el 10% de la velocidad de transmisión de datos contratada, y lo que hacían todas las compañías era dar solo ese 10%. Es decir, que uno pagaba por una línea de 10 Mb/seg de transferencia y tenía una línea con solo un mega. No era ilegal. Aunque fuera absurdo, era lo que obligaba la ley.

Con el automóvil pasa lo mismo. Las leyes obligan a que el coche pase una prueba de homologación, que se hace en un laboratorio y en la que un coche consume hasta un 40% menos que lo que gastará en una utilización real. Pero los fabricantes que cumplen con las normas, que de momento son todos menos Volkswagen, creo que no tienen la culpa por anunciar que su coche, según los valores homologados, consume 5,0 litros y que en realidad un usuario consume 7,5 litros. O que contamine en la misma proporción.

Gasolina en lugar de diésel

Ahora el diésel es lo peor que hay, al menos eso quieren destacar en todos estos informes, pero conviene hacerse una pregunta: si el peor carburante de todos, por su eficiencia, por emisiones de CO2 y por precio, es la gasolina, ¿por qué ahora hay que cambiar el gasóleo muy malo por la gasolina, aún peor y un poco más caro?

Yo les digo por qué: los gobiernos necesitan cada vez más dinero para gastar, muchas veces en cosas inútiles. Un coche de gasolina gasta más carburante que uno de gasoil, mucho más que uno de gas y todavía mucho más que uno eléctrico. Además, el combustible que está gravado con un mayor porcentaje de impuestos es la gasolina. Y precisamente por eso ahora hay que usar más gasolina, porque los gobiernos ganan más dinero con ello.

La pasada semana se hizo público un informe en el que se analizan las muertes provocadas por el uso de vehículos diésel en las ciudades, con unas cifras realmente escandalosas. Según este informe, 107.000 personas sufrieron una muerte prematura por la contaminación provocada por los vehículos diésel, y de ellas 38.000 se produjeron por el exceso de contaminación de los coches con respecto a los valores homologados.

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