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Chapo vs Trump, el combate del siglo
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Ángel Villarino

Ratas de dos patas

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Chapo vs Trump, el combate del siglo

En una esquina del ring, Donald Trump. En la opuesta, el Chapo Guzmán. Es el combate más esperado a los dos lados del Río Grande y una metáfora salvaje de lo peor de Norteamérica

Foto: (D.M).
(D.M).

ElChapo Guzmánestrenó su recién recuperada libertad la semana pasada tecleando mensajes enuna cuenta de Twitterque hasta entonces administraba uno de sus hijos (y quetiene más de 500.000 seguidores, muchosfervientes admiradores). Se dedicó a celebrar su fugay festejar que estaba de vuelta con su familia. Tambiéna amenazar a quienes le apresaron y juzgaron.Entre medias, tuvo tiempo para remitir el siguiente recadoal magnate estadounidenseDonald Trump:"Sigue chingando y voy hacer que te tragues todas tus putas palabras pincheguero cagaleche".

No nadamas lo digo yo lo dice toda la gente nadie te quiere @realDonaldTrump ni en tu país, yo tengo el apoyo de todos se acerca tu final.

Concentrado en su carrera hacia la candidatura republicana a la Casa Blanca,Trump quiso dar importancia al mensaje paraexplotar un papel que leinteresa, el dearchi-rival delnarcotraficante y, por extensión, de la "progresiva mexicanización" de EEUU. En los últimos días ha hablado de las amenazas del Chapo en las entrevistas que ha concedido, ha pedidoprotección al FBI y ha anunciado que reforzarásu equipo de guardaespaldas.

También ha expresado cosas como las que siguen:"Tenemos que cerrar nuestra frontera. Tenemos que construir un muro (...)Creo que deberíamos boicotear a México, honestamente, nos están tratando muy, muy mal (...)México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (...). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos", dijo nada menos que en su primer acto de campaña.

Presidential Candidate @realDonaldTrump continues to surge in national polls. #1 #MakeAmericaGreatAgain #Trump2016 pic.twitter.com/W3HmegsIYB

La pelea virtual ha sido elevada a la categoría de símbolo en las redes sociales. Han aparecido cientos dememes y ha suscitado un debate en el que han intervenido periodistas, políticos, activistas e inclusoartistas hispanos conocidos. A algunos, generalmente al norte del Río Bravo, les indigna pensar que un sanguinario criminal que acaba de escaparse de la cárcel pueda pasar la tarde tuiteando.

A otros, generalmente al sur del Río Bravo,les mata de risa la idea de que salga en su defensa un campesino nacido en Badiraguato. Un salvaje criminal, sí, perotan "macho" que escapaz de meterle miedo a un ricachón que pone su nombre a los rascacielos y las compañías aéreas.

La historia que rodea al combate constituye una brillante (aunque grotesca) metáfora de la tortuosa relación sentimental entre México y EEUU. El Chapo es la encarnación de todo lo maloque llega desde el otro lado de la frontera: droga, violencia, marginalidad y crimen. Y, al revés, Donald Trump se ha convertido enuna caricatura del “demonio gringo” que exporta desprecio, racismo y una hegemonía económica que muchos mexicanosconsideran la base de la mayoría de sus problemas.

Borrachos en Acapulco

El discurso político y mediático en Méxicoalimenta también el desencuentro: la sociedad estadounidense estan hipócrita, se repite una y otra vez, que es capaz al mismo tiempode venderarmas a los narcos, consumir las drogas que éstos les suministrany pagar una guerra en suelo mexicano que sólo durante el gobierno de Felipe Calderón costó la vida a más de 60.000 personas.

Y los clichés germinan porque el terreno es fértil.Muchos estadounidensesperciben con preocupacióncomo sus calles (yla imagen que de ellas proyecta Hollywood) se llenan de inmigrantes hispanohablantes sin papeles dispuestos a trabajar por sueldos de miseria en turnos interminables, de pandilleros hispanos con tatuajes de vírgenes y cristos; y de drogas facturadas por los'narcos'.

Mientras, muchos mexicanos (tambiénquienes cruzan la frontera a pie) se sienten maltratados en las películas de Hollywood (donde siempre siempre tienenpapeles de sirvientes, tarados o criminales), cansados de trabajar en la 'maquila' y de aguantar borrachos en Cancún o Acapulco.

Y, sobre todo,observan con despreciola privilegiada relación que mantiene su élite corrupta con Estados Unidos. Los poderosos de Monterrey y Ciudad de México esquían en Colorado, compran mansiones y ranchos en Texas, mandan a sus hijos a Harvard,pasan los fines de semana en Las Vegas y se hacen pasar por 'gringos' en cuanto tienen ocasión. Y su presidente,Enrique Peña Nieto, es alabado en los foros económicos de Nueva York, donde se aplaude una pujanza económica que el pueblo no ve por ninguna parte.

Van ganando

El combate Chapo vs Trump tiene muchas más derivadas.Resume, por ejemplo,como las dos sociedades son capaces de echarse mutuamentela culpa de todos sus problemas, perdiendo un tiempo que no dedican amirarse al espejo.En sitios como Sinaloa los hijos de loscampesinos pobres ven al narcotraficante como un Robin Hood con metralleta, artífice de una vía rápida (y ultra-violenta) para salir de la pobreza. Y en sitios comoCarolina del Sur, parte de la clase media venida a menos por la crisiscreeque Trump es un valiente paladín que puedeprotegerles de la "invasión".

El Chapo, recordamos, está de nuevo suelto y el narcotráfico va ganando la batallapor el control del territorio mexicano. ADonald Trump algunas encuestas le dan ya como favorito, especialmente las dela cadena Fox. Los analistas consideran que es poco menos que imposible que acabe representando al Viejo Gran Partido.Algo parecido se dijo en las primeras semanas de campaña con la candidatura de un actor llamadoRonald Reagan.O con la del hijo de un negro de Kenia y una blanca de Kansas.Un tal Barack Obama.

ElChapo Guzmánestrenó su recién recuperada libertad la semana pasada tecleando mensajes enuna cuenta de Twitterque hasta entonces administraba uno de sus hijos (y quetiene más de 500.000 seguidores, muchosfervientes admiradores). Se dedicó a celebrar su fugay festejar que estaba de vuelta con su familia. Tambiéna amenazar a quienes le apresaron y juzgaron.Entre medias, tuvo tiempo para remitir el siguiente recadoal magnate estadounidenseDonald Trump:"Sigue chingando y voy hacer que te tragues todas tus putas palabras pincheguero cagaleche".

Drogas Barack Obama El Chapo Guzmán
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